El barrio de Sants de Barcelona pierde a un curioso vecino, el gran gorila rojo que ha decorado la fachada de los apartamentos Cosmo los últimos años. La escultura, titulada Wild Kong, es obra del artista francés Richard Orlinski y llama considerablemente la atención por su ubicación a muy poca distancia de la estación de Sants, en el paseo Sant Antoni número 30. Ha protagonizado vídeos en Tik Tok, por ejemplo del popular @elrafadetiktok, y selfies incontables de los turistas que pasan cada día por debajo de este simio.

El bufete del abogado Mario Sol Muntañola, especialista en propiedad intelectual en España, sostiene en un comunicado que “el Ayuntamiento de Barcelona obliga a desmontar una instalación artística” en “una sorprendente actuación, falta de toda sensibilidad artística”. El letrado estudia si la acción municipal pudiera entrañar alguna infracción de los derechos morales del autor de la obra, “que se ha visto destruida sin su consentimiento”.

“Tras una larguísima batalla administrativa con el Ayuntamiento de Barcelona, que consideraba la instalación artística del señor Orlinski una ‘instalación publicitaria’ o un ‘elemento publicitario’, el propietario del edificio en el que se encontraba situada la instalación artística, después de pagar varias multas coercitivas, se ha visto obligado a retirarla y taparla”, sostiene la nota difundida.

Orlinski defiende que su obra en Sants, como las obras de grandes dimensiones que ha creado, “tiene como propósito dialogar con el paisaje urbano, provocar emociones en el público y hacer el arte accesible a todos, más allá de las instituciones tradicionales”. Por ello, cree que “la retirada forzosa es un atentado” contra sus “derechos morales” como autor, “acentuado por la vulgarización de la obra al ser considerada una instalación publicitaria”.

“La ubicación específica de la obra, en interacción directa con la estructura del edificio, forma parte esencial de mi enfoque artístico y del mensaje que deseo transmitir con esta escultura. En este sentido, cualquier intento de obstrucción, reubicación injustificada o cubrimiento de la obra constituye una alteración de su integridad artística”, alega. Orlinski (París, 1966) es un peculiar escultor neopop, que dio un giro a su carrera como economista para volcarse en el arte contemporáneo. Sus figuras de animales en resina o metal han protagonizado diversas exposiciones en Europa y Estados Unidos.

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