«Cortarse la coleta» es una expresión que hoy se emplea de forma coloquial para aludir a una retirada profesional o vital, pero tiene su origen en una tradición taurina muy concreta. El pasado 12 de octubre, durante la Corrida de la Hispanidad en Las Ventas, Morante de la Puebla recuperó el gesto original, quitándose la castañeta en el ruedo tras cortar dos orejas. En Al Alimón, la sección taurina de Es la Mañana de esRadio, Federico Jiménez Losantos y Andrés Amorós coinciden en que lo vivido fue «extraordinario» y «emocionante».
De la moña al postizo: el origen de una expresión
La coleta del torero tiene su origen en el siglo XIX, cuando los matadores dejaban crecer un mechón de pelo natural que recogían en la nuca en un moño, la llamada «moña». Su función era práctica: servía para amortiguar los golpes en caso de caída, un riesgo habitual en la lidia de entonces.
Con el paso del tiempo, esta práctica se fue abandonando. Juan Belmonte fue uno de los primeros en cortar su coleta natural en activo, marcando así un cambio de época. A partir de entonces, se empezó a usar un postizo llamado castañeta, que imitaba la apariencia de la moña y se sujetaba con horquillas. Aunque ya no era parte del cuerpo, el gesto de quitarla seguía simbolizando la retirada.
Morante recupera el gesto original
Federico Jiménez Losantos confesó que la escena le pilló por sorpresa. Contó que, mientras veía la corrida por TeleMadrid, le llamó la atención un detalle poco habitual:
«Había visto lo que le colocaban la castañeta, como dicen, que era muy raro, con las horquillas, no lo había visto nunca.»
Minutos después, el torero sevillano, tras una faena que le valió dos orejas y la salida a hombros por la Puerta Grande, se dirigió al centro del ruedo, se quitó la castañeta entre lágrimas y anunció así su retirada.
Andrés Amorós definió ese momento como «la sorpresa absoluta«, señalando que probablemente solo su círculo íntimo lo sabía.
«Pocas veces se ha visto algo comparable así. Es que se echan al ruedo centenares, yo no sé si miles. Nunca había visto tanta gente en el ruedo de Las Ventas.»
«Todo confluyó»
Ambos coincidieron en que Morante eligió el momento perfecto. Amorós afirmó que se marchó «en la corrida mejor de su vida», mientras que Losantos subrayó:
«Ha hecho perfecto el monumento a Antoñete, perfecto el festival de por la mañana, por la tarde todo de maravilla y además corta orejas, sale a hombros y ahora me voy.»
La carga simbólica de cortarse la coleta
A lo largo de los años, cortarse la coleta ha sido la ceremonia tradicional de despedida del torero. A veces lo hace él mismo; otras, se la corta un familiar o compañero. Es el caso de José María Manzanares padre, cuya coleta fue cortada por su hijo en un acto que combinaba tradición y vínculo familiar.
Robleño también se corta la coleta
El mismo día, Fernando Robleño también puso fin a su carrera. Cortó una oreja en su segundo toro y salió a hombros por la puerta de cuadrillas. TeleMadrid ofreció imágenes de su despedida y recogió sus declaraciones a la salida del Hotel Wellington, donde resumió la jornada con palabras claras:
«Era un día histórico en Madrid por el festival de tan bonito resultado que se celebró en la mañana y luego la corrida por la tarde el día de la Hispanidad.»
Robleño, como Morante, encarnó ese cierre de ciclo con el gesto tradicional que da sentido a la expresión taurina.
Un gesto que trasciende el ruedo
La expresión «cortarse la coleta» ha trascendido el ámbito taurino y forma ya parte del lenguaje común. Hoy se utiliza para hablar de la jubilación, la retirada o el cierre de una etapa vital o profesional, con el mismo sentido simbólico de renuncia o despedida que tuvo siempre en el toreo. En la vida cotidiana, equivale a «colgar las botas» o «bajar el telón».
Pero en el caso del torero, no es solo una metáfora, sino un gesto real, público y ritualizado. En el caso de Morante, además, fue un acto de valor y absoluta entrega emocional, realizado en silencio y ante miles de personas, devolviendo a esa tradición su fuerza original.
Esa carga simbólica ha sido asumida también por otras figuras públicas. En 2021, el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, se cortó su característica coleta pocos días después de abandonar la política activa tras las elecciones madrileñas. Un gesto de ruptura con una etapa, inspirado —consciente o no— en el mismo simbolismo taurino que Morante ha vuelto a encarnar con autenticidad y solemnidad en Las Ventas.