Los nuevos datos confirman los hallazgos preliminares: pausar el tratamiento para intentar un embarazo en mujeres con cáncer de mama hormonal -bajo control médico y durante un periodo temporal que no supere los dos años- no aumenta el riesgo de recaída. Además, la mayoría de las participantes han retomado su tratamiento endocrino tras el parto y el periodo de lactancia.

Concretamente, la incidencia acumulada de recaídas locales o a distancia tras este periodo de seguimiento es del 12,3% en las pacientes que han pausado el tratamiento del cáncer para intentar un embarazo dentro de POSITIVE frente al 13,2%, extraído de un grupo control en un ensayo externo que incluía pacientes jóvenes y de similares características pero que no quedaron embarazadas en su seguimiento, el SOFT/TEXT. Asimismo, el riesgo de metástasis a distancia fue, incluso, ligeramente inferior (6,2% frente a 8,3%, respectivamente).

Primer estudio para mujeres que quieren ser madres

POSITIVE es el primer estudio prospectivo diseñado para dar respuesta a la inquietud de las mujeres a las que se les diagnostica de cáncer de mama en edad temprana y sin haber completado su deseo de tener un embarazo; entre el 40% y el 60% de las pacientes a las que se diagnostica un cáncer de mama a los 40 años o antes, están preocupadas por su futura fertilidad. Liderado por el International Breast Cancer Study Group (IBCSG) y con la participación de los grupos cooperativos SOLTI y GEICAM en España, ahora aporta un seguimiento a casi 6 años (mediana de 71 meses) que consolida y amplía los hallazgos iniciales presentados en 2023.

“Es una actualización muy esperada. Sabíamos que los datos iniciales eran aún limitados en el tiempo, pero ahora, con un seguimiento mayor, podemos seguir informando a las pacientes con una evidencia más robusta que así lo desean, interrumpir temporalmente la terapia hormonal contra el cáncer para intentar un embarazo no impacta negativamente en su pronóstico ”, explica la Dra. Cristina Saura, coordinadora del estudio POSITIVE en España, miembro de la Junta Directiva de SOLTI y Jefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Vall d’Hebron e Investigadora Principal en el Programa de Cáncer de Mama del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO).

Resultados muy positivos

Además de confirmar que esta estrategia terapéutica no empeora el pronóstico de las mujeres jóvenes con cáncer de mama hormonal, los datos relacionados con la consecución de su deseo de ser madres dentro del ensayo han sido muy positivos:

  • El 76% de las mujeres logró al menos un embarazo, y el 69% concluyó el embarazo y parto satisfactoriamente, con un total de 440 recién nacidos, incluyendo varios partos múltiples.
  • Entre las pacientes que permanecieron libres de enfermedad tras el embarazo, más del 80% reanudó posteriormente la terapia hormonal.

“Estos datos son muy relevantes para informar las decisiones reproductivas de las mujeres jóvenes diagnosticadas de un cáncer de mama que no han cumplido su deseo de ser madres”, añade la Dra. Saura. “Además, los análisis por subgrupos -como pacientes HER2 positivas, con afectación ganglionar o tumores de mayor tamaño- aportan información muy útil para estimar riesgos individuales y orientar mejor las decisiones clínicas.”

En esta línea, el Dr. Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio POSITIVE en España, vocal de la Junta Directiva de GEICAM y coordinador de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Virgen del Rocío, destaca que “estos resultados ampliados del estudio POSITIVE son, un gran paso adelante, ya que nos confirman que es segura la opción de suspender el tratamiento hormonal en estas pacientes para que puedan quedarse embarazadas y, posteriormente, retomar su tratamiento. Además, ahora podemos concluir que esta decisión no afecta al pronóstico de su enfermedad, lo que nos permite trasmitir la esperanza a nuestras pacientes de que podrán ser madres y eso como investigador es una satisfacción”.

Impacto clínico y humano

“Este trabajo nos permite dar una respuesta basada en evidencia científica a una inquietud profundamente humana”, señala la Dra. Saura. “Es un ejemplo claro del valor de los estudios académicos: el POSITIVE no habría sido posible sin la colaboración internacional y la voluntad de abordar preguntas que son esenciales para las pacientes, aunque no impliquen el desarrollo de un nuevo fármaco.”

El Dr. Ruiz Borrego subraya además la relevancia de mantener el seguimiento a largo plazo de este tipo de estudios, que permiten evaluar no solo la seguridad oncológica, sino también el impacto global sobre la salud y el bienestar de las pacientes.

En este sentido, destaca que “el diagnóstico de cáncer de mama en mujeres jóvenes es cada vez más frecuente y supone un gran impacto en el proyecto vital de estas pacientes. Por eso, que el estudio POSITIVE nos ofrezca la perspectiva de que podamos interrumpir el tratamiento de las pacientes de forma segura para que puedan quedarse embarazadas y luego volver a retomarlo, es sin duda un paso muy importante que va a cambiar el paradigma en el manejo de esta enfermedad cuando las pacientes desean ser madres”.

“Gracias al estudio POSITIVE sabemos que estas mujeres pueden ser madres si así lo desean sin aumentar el riesgo de recaída de su cáncer de mama”, concluye la Dra. Saura. “Disponemos de datos no solo sobre los embarazos logrados, sino también sobre las técnicas de reproducción asistida, la lactancia y otros aspectos que se seguirán analizando con el tiempo. Son resultados que aportan conocimiento, esperanza y una nueva perspectiva sobre la vida después del cáncer.”

Sobre POSITIVE y la participación española en el estudio

El estudio POSITIVE ha incluido a pacientes de 20 países; el 23% de América del Norte, el 16% de Asia/Pacífico y Oriente Medio y el 61% de Europa, de los cuales 72 pacientes proceden de 18 hospitales españoles y han sido reclutados a través de los grupos de investigación SOLTI y GEICAM.

Para examinar el impacto de la pausa de la terapia endocrina con el objetivo de buscar un embarazo, 518 mujeres de 42 años o menos con cáncer de mama de receptores hormonales (RH) positivos que deseaban quedarse embarazadas se incluyeron en el estudio POSITIVE. Antes de pausar su tratamiento, las pacientes habían completado entre 18 y 30 meses de terapia endocrina adyuvante. Además, se recomendó encarecidamente a las participantes en el ensayo que reanudaran el tratamiento endocrino tras un intento de embarazo o un paréntesis de tratamiento hormonal de hasta dos años para intentarlo.

Los datos actuales surgen tras un seguimiento de casi 6 años, no obstante, los investigadores continuaran el seguimiento de las participantes en el estudio durante 10 años algo que consideran básico para corroborarlos, pues el cáncer de mama con RH positivo puede reaparecer hasta muchos años después del diagnóstico inicial.

El estudio es promovido y liderado a nivel mundial por el International Breast Cancer Study Group (IBCSG), una división de la Fundación ETOP-IBCSG Partners y por Alliance for Clinical Trials in Oncology in North America, en colaboración con el Breast International Group (BIG), que opera a través de los grupos SOLTI y GEICAM en España.