LACUNA COIL

+ NONPOINT

Jueves 16 de Octubre de 2025 – La Riviera – Madrid

Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que «In a Reverie», «Unleashed Memories» y «Comalies» llegaban a mis manos, mientras, a su vez, les veíamos en aquel VHS promocional que muchos teníamos en nuestras estanterías, dedicado al ROCK MACHINA 2001, el famoso festival celebrado en Moncofa por aquella época. Años prolíficos para el panorama, con la presencia de una banda italiana llamada LACUNA COIL, en la que una tal Cristina Scabbia ponía las voces y carisma, acompañada de una voz masculina, la de Andrea Ferro, que en complemento con la suya, generaban sensaciones únicas.

Los inicios de aquel sonido deslumbraron a una escena en la que todavía se estaban gestando estilos, la creatividad dentro del mundo del metal estaba en plena ebullición, y un nombre como el suyo haría historia…era cuestión de tiempo. Evolución, cambios de formación, pero mucha constancia, dieron forma a lo que son hoy… un peso pesado indiscutible, que tendríamos tocando en vivo a nuestra disposición en La Riviera madrileña, presentando su nuevo trabajo de estudio, «Sleeples Empire», décimo en su discografía. Se han confirmado para el ROCK IMPERIUM 2026, pero para los más ansiosos, no creo que importe verles en plena temporada de conciertos una vez más. Al menos a mí, me importó más bien poco.

Antes de navegar por aguas italianas, y encontrarnos con un escenario copado por una pantalla y una plataforma en primer plano que ocupaba todo el frontal del mismo, viajaríamos a Estados Unidos para encontrarnos  con los sonidos de NONPOINT, banda de metal alternativo formada a caballo entre Forida y Puerto Rico, dado el origen de sus miembros, que de por sí, podrían liderar una gira ellos solos, sin complejos. Cuentan con casi un millón de oyentes mensuales en Spotify y una historia que comienza en 1997 discográficamente hablando, aunque sus miembros ya diesen sus primeros coletazos como banda de thrash metal en los primeros 90.

Su aparición en el OZZFEST, varias bandas sonoras de videojuegos, películas como Miami Vice y un sinfín de colaboraciones promocionales, avalan su nombre, y con su simple logotipo iluminado tras de sí, asaltaban el escenario de La Riviera, presentando la batería del gigantesco Robb Rivera en el centro del mismo y uniformados con camisetas deportivas con su nombre, con el número 97 a la espalda, prenda que, por otro lado, se podía adquirir en el merchadising oficial. Buena estrategia de markenting para que a todos les entrasen ganas de ir a por ella, y hacerse alguna foto con la banda al finalizar el show.

Con «Breaking Point» del disco de regreso, «The Return», de 2014, empezaban el espectáculo, y…a ver cómo lo puedo describir lo suficientemente bien para que podáis sentir un poco de lo que percibíamos desde allí, en primera persona… ¿sabéis lo que es estar en el ojo del huracán?. Elias Soriano no solo anima, salta, grita aquello de «make some noise!» cada dos por tres, sino que la energía que desprende él y la banda es altamente contagiosa, te atrapa…como un virus infeccioso que se expande a la velocidad de la luz. Si a ello le sumamos un sonido demoledor, actitud, un batería salvajemente bueno como Robb, un estribillo sensacional y unos riffs increíblemente limpios por parte de Rasheed Thomas y B.C. Kochmit, os puedo asegurar que nadie puede permanecer impasible ante semejante cóctel. Incluso al personal de seguridad se le escapaban pequeños headbanging. «What a Day», uno de sus grandes clásicos, nos cautivava con sus sonidos alternativos y un Elias descomunal, jefe, dirigiéndose a nosotros en castellano… los coros son otro punto fuerte de los chicos, que parten la pana como a pocas bandas del género he visto hacer. Incluso Robb se levanta de la batería de vez en cuando para partir la caja al dejarse caer. Puro nervio musical, que hacía que las rastas del frontman no parasen de moverse mientras nos volaban la cabeza en lo visual y lo musical, solo con su presencia.

Pura potencia que no bajó de intensidad con una de las grandes de la noche. Un «Chaos and Earthquakes» del álbum «X» de 2018, que cautiva con sus partes iniciales rapeadas, pero que, llegado el estribillo es todo un estallido de sensaciones que hace que cada alme salte, grite y se desgañite con el tema. No tienen nada que ver con LACUNA COIL, desde luego, pero si eres abierto de mente, y no un «true» al uso (aunque dudo que lo seas si vas a ver a los italianos), es literalmente imposible no gozarlo con el espectáculo que estábamos disfrutando. Del mismo álbum sonaba a continuación «Dodge Your Destiny», en la que pudimos disfrutar de la destreza de Rahseed, que demostró tener un dominio del instrumento y del escenario solo al alcance de grandes figuras.

Un dato curioso, es que no presentaron su nuevo álbum «To The Pain» hasta la llegada de «Buscándome», en la que destacaría unos imponentes coros, y un genial estribillo que se nos quedó a todos adherido a la memoria, y que cantamos con ellos mientras prestábamos atención a los increíbles ritmos de batería de Robb, que no sé si no había roto ya el kit. Para «Ruthless», estábamos en llamas, la banda enloquecida, y el disfrute que se percibía de la banda invitada, un verdadero deleite, con otro temazo en el que Elias nos invitaba a botar hasta que vibrase el suelo, efecto que no vio su fin en «A Million Watts», otro tema cuyas partes rapeadas nos adentran en un melódico estribillo totalmente radiable, acompañado de una base rítmica brutal.

El caso es que «In The Air Tonight», cover del clásico de Phil Collins (que también ha versionado recientemente MARILYN MANSON, por cierto), creo que bajó el pistón, pero sirvió para que la banda al completo tomase aire antes de un final arrasador, iniciado por uno de sus futuros clásicos como es «Alive and Kicking», con cierto aire a Disturbed pero con el sello inconfundible de NONPOINT, haciendo saltar el stage por los aires un final «Bullet With a Name» del último álbum, que fue el colofón para algo muy grande, dejando la vara de medir muy alta, y cerrando uno de los conciertos de una banda «telonera» que más me ha impactado en los últimos años. Y es que si con un show así, te guste el género que te guste, no te mueves, es que estás a punto de palmar, o próximo a ello. Alucinantes NONPOINT.

Tras el shock que había generado una «guest band» de lujo como ellos, y algunos cambios de escenario, dejando la pantalla visible y motivos de su último álbum a ambos lados del escenario, LACUNA COIL se asomaban para un primer contacto a La Riviera con una intro que empezaba a sonar frente a una sala casi llena, y un Richard Meiz que, baqueta en boca, nos saludaba a todos, rompiendo el hielo con «Layers of Time», uno de los temas insignia de «Black Anima», el querido álbum de 2019. Me gustó el sonido inicial de la voz de Andrea, su actitud, forma de moverse, y esa peculiar indumentaria que la banda ha decidido usar para la gira, pero, para ser justos a la realidad, la ecualización de la voz de Cristina, que lucía muy pomposa en cuanto a su look,  no era la adecuada, y se sentía forzada, difusa y quizás con demasiado filtro, algo que no sucedió en «Reckless» del mismo álbum, que, con una exigencia natural por parte del tema, logró que las voces de ambos ensamblasen perfectamente y sonasen como debían, complementándose con unos instrumentos cuyo balance era el correcto.

Justo antes del primer saludo a un eufórico público, los niveles lograron un estado óptimo para que todo fuese un despiporre de emociones, y pudiésemos disfrutar de la esencia LACUNA COIL en su estado más puro. Las proyecciones se iban sucediendo, e igual adornaba la calavera del ave, que algún fragmento de clip, aunque el apartado visual no fuese el fuerte del concierto. Esta noche, Andrea y Cristina eran los protagonistas absolutos, y «Hosting the Shadow» fue todo un despliegue de sensaciones vocales, que en estudio se acompañan de Randy Blythe (de LAMB OF GOD). Así nos lo hizo saber una visiblemente emocionada Cristina, que expresa muy bien lo que siente por el público español, y lo contenta que está de que su gran banda esté de nuevo en Madrid.

Para mí, el primer momento clave de la noche llegó de la mano de «Kill the Light» del «Dark Adrenaline», en la que los efectos delay tan característicos de la guitarra de Daniele Salomone (en realidad, del propio «sonido Lacuna»), y ese sentimiento melódico que desprenden algunos de los temas de los italianos, hicieron que sintiésemos que el concierto había levantado un vuelo absoluto, alcanzando a ver a una banda dejándose la piel, mucho más la de Andrea, al que, por cierto, ya se le empezaba a borrar la pintura del cuello…señal inequívoca de que el calor de los focos, el público, y su propio esfuerzo, hacían su función. «Die & Rise» del «Broken Crown Halo» levantó los puños de todos a través de su fantástico estribillo, viajando a continuación a la etapa más «mainstream» de LACUNA COIL con «Spellbound» de «Shallow Life» de 2009. Me gusta cuando la banda se ciñe a conservar los tonos vocales originales de Andrea, sin convertirlos en gutural, manteniendo la esencia del tema intacta, para que uno de sus hits brillase como debe.

Curioso el contraste que se generó entre este corte y el siguiente… el nuevo «… In the Mean of Time», que sonó, a nivel instrumental, demoledor, y en el que la banda demostraba una versatilidad innata, pasando de las luces a las sombras con una capacidad pasmosa. La batería de Richard pisando fuerte, y los riffs más duros dejando que se fluctúe de lo melódico a lo salvaje con facilidad…uno de los grandes cortes del nuevo álbum, que en directo gana y mucho, especialmente marcado por un Andrea, que me atrevo a decir, fue protagonista de la noche, sin quitarle mérito a una Cristina que se deja el alma en cada sílaba que sale por su boca. Nadie puede decir que LACUNA COIL no lo dan todo. «Intoxicated» nos hizo viajar a la época de «Dark Adrenaline», y lo que realmente me gustó del tema, es el comprobar de primera mano, que la voz de Cristina no necesita de artificios ni efectos absurdos para modular el buenísimo estribillo. La melódica e intensa «Downfall», como guiño a «Delirium», nos mostraba unas voces más desnudas, cercanas, y dejándose escuchar con mucha más claridad, mientras que a la siguiente «Heaven’s a Lie» del celebrado «Comalies», le faltó que hubiesen ejecutado su versión primigenia, ya que, aunque su regrabación de hace unos años no me desagrada en estudio, en directo hubiese preferido disfrutar de ella tal como se gestó, con la voz de Andrea menos agresiva, y con ese punto más espiritual que creo que se pierde en esta nueva adaptación. Se suprime además el teclado inicial y parte de la esencia que hizo del tema algo tan sumamente especial. Supongo que a quienes lo hayan descubierto en «Comalies XX» les gustará su nuevo lavado de cara, pero no es mi caso.

Pasado el ecuador del evento, noté al público especialmente receptivo con «In Nomine Patris» de su último trabajo, que vuelve a empastar muy bien con otro tema de la misma fórmula, pero menos pausado, como «The House of Shame», en el que la voz de Cristina se elevó al cielo, siendo quizás uno de sus picos más altos en el set. «Blood, Tears, Dust» nos mostró la faceta más cuantizada de la percusión, hasta explotar el comercial estribillo. Intenso el maratón que se marcaron antes de los bises con la ambiental e intensa «Gravity», y, del mismo nuevo álbum, «Oxygen», en la que Andrea se desgañita junto a la voz histérica de Cristina, que teatraliza una genial interpretación.

«Nothing Stands in Our Way» señala la retirada de los italianos del escenario, para volver, tras otra intensa intro, rompiendo el hielo con «The Siege» del «Sleepless Empire», seguida del tema actual que más se acerca a las raíces de la banda, como así hace «I Wish You Were Dead», marcando un tramo final que continuó con la nueva versión de «Swamped», de la que vuelvo a repetir lo mismo que con «Heaven’s a Lie». Me hubiese encantado escuchar el tema como en el «Comalies» de toda la vida. Por cierto, Cristina se adelanto al empezar el tema, tras el primer baquetazo…¡cosas del directo!. Salvó muy bien la situación, continuando el clásico con naturalidad, y ajustando su voz al tempo en pocos segundos. Por si no os cabía duda de si LACUNA COIL apuestan por «Sleeples Empire», o no, el tema elegido para despedirse de nosotros fue «Never Dawn» exponiendo sin complejos que son felices con su presente, y que llevan con orgullo su propio estandarte, su sonido, evolución y forma de entender su propia música.

Un repertorio de 20 temas, adrenalina, sudor y un buen sonido, fueron ingredientes clave para que el paso de LACUNA COIL por Madrid fuese un éxito. Por supuesto, echamos de menos temas de «Unleashed Memories», e incluso alguno más de «Comalies», pero valiente me parece el mirar hacia adelante y valorar lo que tus fans más actuales quieren escuchar. Para alguien que les ha seguido toda su carrera, no hubo ningún «pero». La banda dio todo lo que podía dar, que es mucho, y, desde luego, nadie podrá decir que no está bien gastado cada euro que había pagado por su entrada. Italia puede seguir viendo a un valor seguro en ellos. Mejor representación para su país, imposible.

Texto: José Rojo

Fotos: Alex Márquez  (Sevilla)

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