La noticia saltó en el momento más inesperado, en plena disputa de la tercera jornada de la Champions League. El plan de Javier Tebas y LaLiga para sacar un partido liguero fuera de España se venía definitivamente abajo. Al menos de momento. Después … de anunciar el pasado 8 de octubre que el Villarreal-Barcelona, correspondiente a la jornada 17, se disputaría el 20 de diciembre en el Hard Rock Stadium de Miami, la empresa promotora del evento, ‘Relevent Sports’ decidió echar el freno.
«Relevent ha informado a LaLiga de la necesidad de posponer el partido planeado entre el Villarreal y el Barcelona en Miami el 20 de diciembre. Dada la actual incertidumbre en España, hay un tiempo insuficiente para ejecutar apropiadamente un evento de esta escala. Sería además irresponsable empezar a vender entradas sin que el encuentro esté confirmado», explicó en ‘The Athletic’ la empresa estadounidense.
¿Pero de dónde viene esa incertidumbre? El proyecto de jugar el Villarreal-Barça en tierras estadounidenses, el cuarto intento por parte de LaLiga de promocionar la competición española en otros países, nació viciado por una falta de claridad e información. En agosto la propuesta del organismo presidido por Javier Tebas se llevó a la Junta Directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), donde recibió el visto bueno pese a la oposición de David Aganzo y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Ya en ese primer momento los jugadores, por boca de su presidente, dejaron claro que sentían que no se había contado con ellos para tomar esta trascendental decisión, pues no se les había consultado ni se les había informado correctamente del plan. Y al mismo tiempo también algunos clubes comenzaron a alzar su voz en este sentido, destacando de entre todos ellos la oposición frontal del Real Madrid, que presentó incluso una denuncia ante el Consejo Superior de Deportes (CSD).
Férrea oposición de los futbolistas
Comenzó a gestarse ahí una unión entre los futbolistas, representados por la AFE y molestos porque se tomase una decisión que no respetaba su convenio sin consultarles, pero la LaLiga, centrada únicamente en cumplir su objetivo, no le dio demasiada importancia. Tampoco la UEFA, que el 6 de octubre dio igualmente su aprobación al partido en Miami y al Milan-Como de la Serie A italiana en Perth (Australia), pese a puntualizar que no era partidaria de que los encuentros de las ligas nacionales se jugasen en otros países. «Aunque es lamentable tener que permitir que estos dos partidos se disputen, esta decisión es excepcional y no debe considerarse un precedente», explicó aludiendo las lagunas normativas al respecto.
El visto bueno del organismo europeo llevó al anuncio de LaLiga del día 8 de octubre, que terminó de enfurecer a los futbolistas. Tras varios intentos de los capitanes de los clubes de reunirse con la patronal en busca de explicaciones, frustrados entre propuestas de fechas imposibles, decidieron dar un paso más con una protesta pública durante los partidos de la novena jornada. Quince segundos de parón al inicio de cada encuentro.
Tras intentar sin éxito parar esta medida de los futbolistas, LaLiga reaccionó tratando de censurarla, bien evitando mostrarla en las retransmisiones de televisión, bien confundiéndola con otras iniciativas solidarias como el apoyo a Palestina. Una forma de actuar que le acabó pasando una elevada factura en términos de imagen, primero por las críticas en los medios de comunicación, y después por las de algunos de los actores del fútbol español como por ejemplo el portero del Real Madrid Thibaut Courtois.
Críticas públicas
El belga se mostró muy duro este martes en su comparecencia de prensa previa al Real Madrid-Juventus de Champions, un escenario de gran relevancia internacional. «No sé qué os sorprende. Ya lo dije durante el Mundial de Clubes. Tebas hace contestaciones públicas, en redes… No he visto nunca a un presidente de una Liga hablar así. Ocultar la protesta de los jugadores de este fin de semana y además cambiar el por qué estamos protestando es censurar y manipular, y eso es muy grave», sentenció.
Apenas unas horas más tarde su compañero Dani Carvajal, capitán del Real Madrid, se sumó a las críticas argumentando que llevar un partido de liga fuera de España era «una adulteración clarísima de la competición, que no hace que todos los equipos de LaLiga compitamos en las mismas condiciones». Las palabras del madridista hicieron saltar a Tebas, que contestó que «adulteran más la competición todos los vídeos de Real Madrid TV». Una respuesta que lejos de callar a Carvajal, provocó una nueva respuesta del lateral: «Incumplir el reglamento es adulterar la competición. Puede opinar sobre los videos de RMTV lo que usted quiera, pero no puede obviar que lo anteriormente citado es saltarse las normas. Quedará una mancha en su competición si se celebra el partido».
Tebas y Laporta se contradicen
Un par de días antes de estas críticas, en la asamblea del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta había echado más leña al fuego del polémico partido en Miami con unas sorprendentes declaraciones. Ante las preguntas de los socios azulgranas dentro del punto del orden del día referente a la votación de los presupuestos 2025-26, el presidente aseguró que «se ganará dinero por Miami. El Villarreal y el Barça seremos los más beneficiados. De los ingresos todavía nos debe informar con detalle LaLiga. No puedo decir una cantidad que todavía no me han comunicado. Solo por ir, el Barça cobrará un dinero y habrá otras partidas que generarán más dinero».
Una afirmación que terminó de enervar a otros clubes, pues además de verse favorecidos en lo deportivo al cambiar La Cerámica, en Villarreal, por un estadio con mayoría de aficionados azulgranas, resultaba que también recibirían una compensación económica. Algo que Tebas había asegurado que no sucedería en una comunicación a los capitanes de los clubes, en la que escribió que «los ingresos generados se destinan a reforzar la presencia internacional y el valor global de la Liga, no a un reparto puntual entre los clubes».
Presión de la Concacaf
El del dinero no fue el único aspecto controvertido del partido de Miami en los últimos días. Otro punto en el que el plan de LaLiga generaba cierta incertidumbre era el de la coordinación con la Concacaf, la confederación a la que pertenece Estados Unidos.
Molesta por no haber sido consultada para la organización del choque en Miami, decidió lanzar un pulso a la RFEF asegurando que sería ella quien pusiese a los árbitros del encuentro.
El Madrid apremió al CSD
Otro de los factores importantes para frustrar el plan de Tebas ha sido la presión del Real Madrid. A primera hora del martes se conoció que el club blanco había enviado una segunda denuncia al CSD, que ya estudiaba el caso y había requerido a la Federación información sobre si la disputa del partido en Miami infringía alguna normativa. Petición a la que la RFEF aún no había contestado.
El club blanco pretendía así acelerar una respuesta del ente gubernamental y evitar que este se inhibiese, y en último término no descartaba acudir a la justicia ordinaria en caso de que fuese necesario.
Finalmente la presión pública de los futbolistas, la oposición de algunos clubes y la incertidumbre de cuestiones como la de las contraprestaciones económicas a los participantes o la coordinación con la Concacaf, unidas al retraso en la preventa de entradas, prevista inicialmente para el 21 de octubre, y los problemas que podían surgir por el hecho de vender localidades para un partido que no estaba completamente confirmado, han dado al traste una vez más con el plan de Tebas de disputar un partido de la liga española en otro país.