Se conocieron en un café de París, en la primavera de 1943, durante los años de la ocupación nazi de Francia. Él era un pintor … de prestigio de 61 años. Ella, una joven artista de 21. Empezaba así una relación «compleja, rica en diálogo y de mutua influencia» que duraría diez años, daría dos hijos (Claude y Paloma) y generaría un enorme caudal creativo en un rejuvenecido Picasso. El Museo Casa Natal reúne 37 de los 111 retratos inspirados en Françoise Gilot que conserva en sus fondos, una colección que refleja el «deslumbramiento» que ella causó en el artista. La exposición, titulada ‘Picasso: vida con Françoise’, abre los actos del Octubre Picassiano que recuerdan que hace 144 años Picasso nació en la plaza de la Merced.
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Qué
‘Picasso: Vida con Françoise’ reúne 37 grabados inspirados en Françoise Gilot. -
Cuándo
Hasta abril de 2026. -
Dónde
Sala de Exposiciones Temporales del Museo Casa Natal de Picasso (plaza de la Merced, 13).
Era su musa, pero esa palabra se queda corta para definirla. «Nunca fui solo su modelo. Fui su compañera, y mucho más que eso. Estuve involucrada en su vida y en su arte, y, a mi manera, colaboré en su proceso creativo», explica la propia Françoise, la única de las siete mujeres de la vida de Picasso que lo dejó y que en 1964 contó su visión de la relación en ‘Vida con Picasso’. Esta exposición se plantea como «el reverso» de aquel libro. En los 37 grabados que se exponen el tema es siempre el mismo: Françoise mirando de frente. Pero ninguno es igual a otro, ni en el trazo ni en la técnica. «Nos enfrentamos a miradas muy diversas. Picasso no se limitaba al retrato convencional sino que experimentaba».
Son años en los que Picasso «se siente renovado y se hace más osado, más valiente y más luminoso», detalla el comisario Mario Virgilio Montañez. Él los define como los tiempos «de la alegría de vivir». Se conocieron en plena ocupación alemana de Francia, pero juntos vivieron la liberación y la vuelta de la normalidad. En 1948 se mudaron a Vallauris, un pueblo de la Costa Azul donde Picasso se reencontró con el Mediterráneo y fue de nuevo padre. Fue un momento de «revitalización» personal y «renovación» en su arte. «Nunca me sentí impulsado a retratar a nadie en esta forma. Es extraño, ¿verdad? Aunque creo que es perfectamente normal. Ese cuadro eres ‘tú’», le dijo Picasso a Françoise en referencia a unos retratos en los que la pinta más próxima al reino vegetal que al animal, al que supuestamente todos pertenecemos. «Tú eres como una planta que está creciendo», añade.
La primera sala se abre con siete retratos pintados entre 1945 y 1947, todos con el nombre de Françoise en el título: ‘Cabeza de joven (Françoise)’, ‘Joven con cabellos largos (Françoise)’, ‘Joven con blusa de triángulos (Françoise)’ o simplemente ella, ‘Françoise’. Siete cuadros en los que Picasso juega con las sombras, las formas y el trazo para componer de diferentes maneras y estilos de un mismo rostro.



En el siguiente espacio, otros seis grabados descubren una anécdota de su relación. Cuentan que Picasso acudió a un congreso pacifista en Polonia acompañado de su chófer. Cuando volvió le regaló a Françoise una blusa polaca, de manufactura rumana, que ella correspondió con una bofetada. ¿El motivo? Sabía que todos los telegramas que le había enviado desde Polonia no los había escrito él porque estaban firmados como Picasso, y no como Pablo, y se despedía con una expresión de cariño que ellos no utilizaban. El pintor reconoció que se lo había encargado a su chófer y para recompensarla le pidió que posara para él con la blusa.
El resultado es la serie ‘Mujer en un sillón’, unos grabados «fascinantes» de Françoise sentada «como una Virgen en un trono, hierática, majestuosa y siempre distinta». Como señala el comisario, Picasso «se iba a retando» en cada una de esas piezas «expiatorias». «Era su manera de pedirle perdón», concluye. Es la Françoise que le inspira, pero también la madre, reflejada en la preciosa litografía dedicada a su hija Paloma con su muñeca.
Destaca una serie de grabados donde la pinta «como una Virgen en un trono» como una manera de pedirle perdón tras una discusión
En ese periodo, Picasso explora con las formas de hacer grabado. Con aguada y raspador sobre piedra o sobre zinc; con lápiz litográfico sobre papel litográfico; con pincel, raspador y escuadra metálica sobre piedra… Las fórmulas son múltiples. Llaman especialmente la atención los grabados en negro, como la impresión negativa de una plancha al buril de ‘Cabeza sobre fondo negro (Françoise)’ o el dibujo en pluma en papel de lija sobre zinc parcialmente entintado ‘Figura en negro (Françoise)’.
La exposición, con el patrocinio de la Fundación la Caixa, se completa con fotografías, libros y recortes de prensa que revelan la influencia de la creadora francesa en la obra picassiana. E incluye, además, un guiño al arte contemporáneo: un cuadro del norteamericano Robert Harvey, vecino durante años de Macharaviaya, inspirado en la emblemática fotografía de Robert Capa en la que Picasso sostiene una sombrilla tras Françoise Gilot. La muestra estará abierta al publico hasta abril de 2026.


La guitarra picassiana del luthier de Les Luthier
El luthier argentino Hugo Domínguez ha construido durante dos días en el aula taller de la Casa Natal una guitarra inspirada en aquellas tridimensionales que Picasso realizó en la época cubista. Hugo Domínguez es conocido como el luthier de Les Luthier, grupo para el que ha diseñado numerosos instrumentos informales. La guitarra finalizada se presentará el viernes en un encuentro entre Hugo Domínguez y el productor José Ignacio Zapata con un grupo de escolares en la Casa Natal, y se quedará en el museo para su exposición.