La retirada es el peor momento de la carrera de un deportista profesional. El cuerpo ya no responde, la mentalidad ya no es la que era en el pasado y el ciclo vital pide al cuerpo del competidor decir adiós a una disciplina que, en la mayoría de casos, ha conformado la completitud de la vida del individuo. Dustin Poirier dejó los guantes sobre el octágono, este mismo verano, ante Max Holloway, para cerrar así un capítulo de 20 años aferrado a las artes marciales mixtas. Sobre su marcha de la disciplina, El Diamante ha confesado pasar más dificultad de la que pensó en un principio.

«Sí, es más difícil de lo que pensé. Pensé que sería un alivio. Cuando finalmente deje los guantes, y no tenga este peso sobre la espalda, ni esta nube sobre mi cabeza de mejorar, ni qué sigue, habrá otro luchador entrenando para competir contra mí. Eso ha estado en mi mente durante 20 años. Pensé que sería un alivio y un respiro, y que la vida comenzaría de otra manera, pero en realidad todavía no ha sido así«, confesó Poirier, en una entrevista para MMA Fighting.

«Quizás todavía lo estoy procesando, quizás me lleve más tiempo del que esperaba, pero cuando haces algo durante tanto tiempo y le dedicas tu vida, cada día me despertaba con una pasión por ser mejor luchador, ponerme en mejor forma, aprender nuevos trucos, hacerme preguntas. Fue un viaje para descubrir mucho sobre mí mismo, pero a través de las artes marciales. Y luego, un día, te despiertas y simplemente no está ahí, pero la pasión sigue ahí. Pero el hecho de que no voy a poder volver a hacer esto —y cada vez que he perdido en mi carrera siempre he enderezado el barco, siempre he vuelto a encaminar las cosas— y ahora, al alejarme de esto, sé que eso fue todo. Ya no tengo la oportunidad de enderezar este barco, no tengo la oportunidad de volver a levantar las manos«, añadió.

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La historia de Dustin Poirier, como competidor profesional de MMA, ha estado definida en su totalidad por un sueño que jamás pudo conformar. El americano dijo adiós al deporte sin llegar a ser campeón mundial en la UFC. The Diamond no consiguió la victoria en sus tres intentos titulares, ante Khabib Nurmagomedov, Charles Oliveira e Islam Makhachev. Sin duda, el factor de no tener una correa de la compañía de artes marciales mixtas más prestigiosa del mundo en su haber fue el sustento y el motivo de que el recorrido del estadounidense fuera tan largo y prolífero.

«Lo extraño más de lo que pensaba, y todavía lo estoy procesando día a día. El tiempo lo cura todo, pero solo espero encontrar un mejor ritmo. He estado intentando mantener la mente ocupada, ocupada haciendo cosas para no tener tiempo para estar sentada. Pero, Dios mío, tengo que decirte que los días son largos cuando no me despierto entrenando, volviendo a casa, entrenando de nuevo, trabajando en la carretera. Es una forma de vida. No es solo un deporte en el que competía, era una forma de vivir, y todavía lo estoy procesando«, expresó.

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Sin embargo, el competidor de artes marciales mixtas dejó la puerta abierta a un posible regreso a la acción, pero admitió que necesitaba las condiciones ideales para pensar en una vuelta factible: «Mi esposa y mi familia realmente no quieren que siga peleando. Tal como fue esa última pelea, obviamente premeditada, tuvimos tiempo para organizar todo y grabar estos videos, y mostrar partes de mi carrera que la gente podría haber olvidado de cuando era más joven, mostrando clips al público y demás. ¿Cómo podría —y fue en mi casa, en Luisiana— volver a hacer eso? Fue una despedida tan perfecta que me estaría perjudicando si regresara. Nunca digas nunca, pero se necesitarían las circunstancias perfectas y todo para que yo pudiera volver a ponerme un par de guantes y pelear con alguien«, zanjó.