«Estamos todos devastados, horrorizados. Es un verdadero símbolo del patrimonio francés, así que es una conmoción». Laurent Salomé, director del Museo Nacional de los Palacios de Versalles y Trianon, no oculta que el robo de joyas en el Louvre ha supuesto … un duro golpe para todos los franceses y en especial, para la comunidad museística. «Hoy, obviamente, todos los museos están evaluando las condiciones de seguridad que, en general -afirma a ABC-, son bastante buenas».
En el caso de Versalles, asegura que «es muy complicado robar algo», dada su extensión y su ubicación más tranquila y remota en un dominio independiente, fuera de París, y no en el corazón de la capital francesa como el asaltado Louvre. «Tenemos diferentes niveles de seguridad, es un recinto completamente cerrado», indica, aunque admite que «es evidente que este suceso ha impulsado todo un proceso de evaluación y reflexión sobre el nivel máximo de seguridad».
A pesar de que Salomé entiende que se aborden las circunstancias que hicieron posible que cuatro ladrones robaran a plena luz del día nueve joyas en el Salón Apolo, no cree que el problema radique tanto en cuestiones técnicas. «Siempre olvidamos lo esencial en estos casos de delitos, fraudes y robos» y «lo más importante», lo que él considera «realmente urgente», es «luchar a nivel internacional con mucha más fuerza contra el tráfico de arte. Debemos atacar las redes criminales con recursos considerables porque ése es el origen de todo y es lo que deberíamos intentar destruir».
«Nuestros tiempos no son los más fáciles, no sólo en Francia. El mundo da un poco de miedo ahora mismo», valora el director de Versalles al recordar que el robo del Louvre se ha producido en medio de una grave crisis política en Francia y tras el incendio de Notre Dame, otra tragedia que también conmocionó al país. «No sé si Nostradamus predijo cosas de nuestra época, pero da la impresión de que todo va mal», añade con cierto humor. Sin embargo, se muestra confiado en que se recuperen las joyas robadas. «Por supuesto que hay esperanza, se trata de objetos muy importantes», señala en la Galería de las Colecciones Reales, donde se ha presentado este jueves un retrato de la infanta Mariana Victoria de Borbón junto a Luis XV, procedente de Versalles, que podrá contemplarse hasta el 15 de febrero.

Detalle de ‘El Amor presentando a Luis XV el retrato de la infanta Mariana Victoria de Borbón’
PATRIMONIO NACIONAL
Esta pintura de 1724 del francés Alexis-Simon Belle es la primera obra invitada internacional que recibe la Galería, un cuadro «que abre la puerta a colaboraciones con otras residencias reales y otros museos europeos con colecciones que sean de interés para la historia de España y de la monarquía española», según su director Víctor Cageao. Y que además «tiene un hondo significado político», como ha destacado la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva.
Una niña en la corte francesa
El óleo sobre lienzo representa una escena simbólica en la que el Amor, a la derecha del cuadro, presenta a Luis XV, por entonces adolescente, un retrato de su prometida, la infanta Mariana Victoria de Borbón, que había sido entregada a la corte francesa con menos de cuatro años para que fuera criada en Versalles. Aunque en el juego de planos de Alexis-Simon Belle la diferencia de edad se disimula, la hija de Felipe V era tan solo una niña de 7 años, ocho menos que su primo hermano, cuando fue retratada en la obra.
Este matrimonio concertado formaba parte de un intento de reconciliar las monarquías francesa y española en 1722, que también incluía el enlace del príncipe de Asturias y heredero de la corona española Luis (1707-1724) con Luisa Isabel de Orleans, una de las hijas de Felipe, duque de Orleans y regente de Francia. «Las alianzas entre las casas reales francesas y españolas estaban en la primera línea de la estrategia diplomática de los dos países», ha recordado De la Cueva junto a la pintura, colocada ante los retratos de sus padres en el área de la Galería dedicada a los borbones.
El proyecto matrimonial entre Luis XV y Mariana Victoria se frustró ante la necesidad francesa de asegurar rápidamente una descendencia para el joven rey, de salud enfermiza. La brusca devolución de la hija de Felipe V a España en 1725, un año después de que se realizara este doble retrato, supuso una afrenta, que puso fin a la reconciliación franco-española.
Tanto la presidenta de Patrimonio Nacional, como Laurent Salomé y el director de la Galería de las Colecciones Reales, Víctor Cageao, han destacado que el cuadro invita al visitante a adentrarse en el complejo entramado de relaciones dinásticas y políticas entre España y Francia y a conocer la dimensión humana de esas estrategias que obligaron a pequeñas princesas, como la «pobrecita» Mariana Victoria, a separarse de sus familias e integrarse en otras cortes, a veces hostiles.
Patrimonio Nacional ha cedido, por su parte, un retrato de Luis de Francia de Hyacinthe Rigaud y dos cómodas de gran valor para la retrospectiva ‘El Gran Delfín (1661-1711), Hijo de Rey, Padre de Rey y Nunca Rey‘, recientemente inaugurada en el Museo Nacional de los Palacios de Versalles y Trianon. Para De la Cueva, «la coincidencia en el tiempo de estos dos eventos, de la exposición en Versalles y esta obra aquí en la Galería, no es solamente una circunstancia feliz, sino también una metáfora de lo mucho que compartimos ambos países».