Era una de las grandes esperadas en la jornada. La última premiada en llegar a las cerca de 80 actividades programadas en las jornadas previas a los Premios Princesa de Asturias, que otorgará mañana la Familia Real en el Teatro Campoamor de Oviedo. Y no defraudó. Serena Williams bailó por la mañana al ritmo de las gaitas asturianas a su llegada al Hotel Reconquista y por la tarde mantuvo un encuentro con el público en el que habló de su vinculación con España; se sinceró sobre lo odioso que le resultó competir contra su hermana Venus o jugar en competición oficial (spoiler: y ganar) tras pasar en alguna ocasión la noche con su hija en el hospital.
Serena fue recibida con una ovación en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Calatrava de la capital asturiana por casi 2.000 personas, entre ellos cientos de niños integrantes de los clubes de tenis del Principado. En una conferencia titulada Serena, legado y leyenda dividida en tres sets y un match point moderada por dos de los miembros del jurado (la ex campeona olímpica Theresa Zabell y el extenista y director del Mutua Madrid Open, Feliciano López) Williams dijo que para ella sería “lo mejor” que su hija Alexis Olympia, que la escuchaba con atención en las primeras filas, decidiera seguir sus pasos porque “es la mejor carrera posible que podría tener”.
La campeona habló de la motivación familiar que la ayudó a llegar lo más alto y aseguró que para ella fue muy importante un consejo que le dio su hermana Venus cuando tuvo algún día de bajón. “Me dijo, un día tendrás tu momento, y tenía razón, nunca lo olvidé”. Precisamente, competir contra una de sus cuatro hermanos ha sido de lo más duro que ha tenido que afrontar a lo largo de su carrera. “Fue muy muy muy muy muy muy difícil, de hecho lo odiaba porque crecimos juntas y tener que ganarla fue un rollo, pero sabíamos que el deporte no sería para siempre”, confesó.
Serena ha logrado 73 títulos individuales, 23 grand slams (entre ellos seis US Open y siete torneos de Wimbledon), dos títulos dobles mixtos, 23 títulos de dobles femeninos, cuatro medallas de oro olímpicas (tres dobles y una individual) y el Golden Slam de carrera (es decir, ganó los cuatro majors y el oro olímpico). Un palmarés incontestable que logró teniendo que hacer demasiados sacrificios. “Cuando miro atrás, hice muchos que no tenía que haber hecho porque mis hijas no se hubieran acordado después”, bromeó, pues en realidad asegura no arrepentirse de nada.
Uno de los momentos complicados en la vida de la atleta fue ganar a su hermana Venus en el camino hacia el Open de Australia estando embarazada. “Fue increíble, aún no sé cómo lo conseguí”, ni eso ni cómo pudo ganar una noche después de estar con su hija en el hospital hasta pasadas las seis de la mañana.
Si pudiera hablar con su yo más joven para darle un consejo no tendría dudas. “Me diría a mí misma: invierte en Amazon, en Apple, en ChatGPT… lo siento, pero es la verdad, eso me diría”, confesó ante las risas de los presentes. Apasionada de la tecnología, Williams se dio cuenta de que los inversores suelen firmar más cheques para un tipo determinado de compañías que para proyectos liderados por mujeres o personas racializadas, y por ello tomó la decisión de invertir en compañías rentables que ayudaran a estos perfiles. “Quiero que se me recuerde más fuera de la pista”, enfatizó.