La muestra, abierta este jueves en el propio palacio, reúne fotografías, planos, maquetas y documentos originales de la intervención que culminó en la inauguración presidida por el rey Juan Carlos el 30 de octubre de 2003, y que fue reconocido tres años después con el prestigioso BEX Award 2006, además de un segundo premio de accesibilidad en 2012 concedido por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y la ONCE.

El palacio, conocido antiguamente como mansión señorial de los Serrano, fue construido en 1555 por Per Álvarez de Serrano y doña Leonor Zapata, miembros de una influyente familia abulense. A lo largo de los siglos, el inmueble ha albergado distintas instituciones: el Gobierno Civil, la Diputación de Ávila, e incluso una de las primeras sedes de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad.

El proyecto de rehabilitación de José Manuel Sanz implicó una intervención integral sobre un edificio que, según el propio arquitecto, “llevaba muchos años sin uso y que estaba más abandonado que deteriorado por la acción del tiempo”. La actuación no solo recuperó los valores arquitectónicos originales, sino que permitió dotarlo de nuevos usos culturales y educativos.

La remodelación incluyó la creación de un auditorio, aulas de formación, talleres de pintura y grabado, salas de exposiciones, biblioteca, mediateca y una cafetería con terraza, configurando un centro cultural de uso múltiple.

Patio renacentista
Uno de los elementos más significativos de la obra fue la reconstrucción del patio central, que nunca se había concluido en su trazado original. Sanz diseñó una estructura ligera de cubierta que permitió convertirlo en un gran salón de recepciones, espacio que hoy es uno de los símbolos de la versatilidad del edificio.

“Quizá lo que más puede interesar al visitante es la comparación entre lo que nos encontramos en su día y lo que finalmente se ha hecho. Entre medias está todo el proceso, los razonamientos y los criterios para llegar a donde hemos llegado”, ha explicado.

 

El arquitecto destacó en su conferencia la dificultad de conjugar las necesidades funcionales del nuevo programa con el respeto a la estructura original: “¿Cómo podemos acometer una edificación que, por el cambio de uso y por la necesidad de espacios complementarios, aparece como nueva junto a un edificio antiguo sin que se pierdan las esencias del original?”.

Para resolverlo, el equipo optó por una intervención subterránea que permitió ampliar los espacios sin alterar la volumetría exterior. “El programa era ambicioso y complejo, y la única solución era excavar y meterse debajo del pavimento, lo que hacía la operación mucho más compleja, pero también más interesante, porque se podía completar el programa de una manera más adecuada”, ha detallado Sanz.

Entre la piedra y la memoria
El subsuelo del edificio planteó un desafío técnico por la presencia de roca granítica. “La mitad del solar era de granito entero, especialmente en la zona oeste, más próxima a la catedral”, ha recordado el arquitecto. Este condicionante determinó las soluciones constructivas adoptadas y obligó a un cuidadoso proceso de excavación.

Durante las investigaciones previas, el equipo localizó antiguas caballerizas con bóvedas de piedra y marcas de canteros vascos en los sillares, testimonio del origen de muchos de los artesanos que trabajaron en la Ávila del siglo XVI. “Me llamó mucho la atención comprobar cómo en lugares como Mingorría había asentamientos de aquellos canteros vascos que dejaron sus signos en la piedra”, ha añadido.

 

La muestra ‘Espacios recuperados’ ofrece una visión del proyecto a través de 25 fotografías del prestigioso fotógrafo japonés Hisao Suzuki, 19 paneles explicativos, siete documentos de memoria, dos vitrinas con dibujos originales de Sanz, la maqueta del edificio y una proyección audiovisual.

Proceso arquitectónico

El conjunto permite al visitante adentrarse en las fases del proceso arquitectónico, desde el estado previo de abandono hasta la configuración del actual centro cultural, premiado internacionalmente por su equilibrio entre conservación e innovación.

22 años después de su reapertura, el palacio Los Serrano continúa cumpliendo la función cultural para la que fue concebido. “Creo que el edificio ha funcionado siempre bien, también por la gestión, y es importante que esté completamente vivo”, ha señalado Sanz, quien en el montaje de la muestra ha comprobado “la actividad que se mantiene”.

Para Sanz, “la recompensa no es el reconocimiento profesional, sino el uso cotidiano del espacio, porque lo más satisfactorio para un arquitecto es ver que la obra es útil”. “Nosotros trabajamos pensando siempre en el usuario e intentamos que disfrute del espacio, que le sea útil y que sea feliz en él”, ha destacado.

Además de la conferencia inaugural de Sanz, la programación se completará con una charla del historiador Nacho Hernández, titulada ‘Los entresijos del Palacio Los Serrano’, que se celebrará el martes 18 de noviembre (19 horas).

La exposición permanecerá abierta al público hasta el 22 de noviembre en la sala Eduardo Chicharro del palacio Los Serrano (de lunes a viernes, de 11 a 14 y de 18 a 21 horas, y los sábados, de 11 a 13,30 y de 18 a 20 horas).

 

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