¿Cómo ha sido el proceso de escribir ‘La modista de Barcelona’?

Escribí el primer capítulo durante la pandemia. Fueron días duros porque daba seis horas de clase on line en una escuela de alta complejidad de Esplugues de Llobregat, así que cuando pasó la pandemia y se abrió un poco todo decidí tomarme una año sabático para viajar. Hice un viaje por Latinoamérica, entre Ecuador y México y me llevé ese capítulo para ver que más salía. Hice unos 12.000 km en bus durante siete meses. Aproveché los trayectos para escribir la historia en mi móvil por el gusto de escribir, sin el objetivo de publicar. Al tener conexión, descargaba documentales de temas sobre los que necesitaba profundizar, me ponía música instrumental y escribía. Al llegar a México me di cuenta de que la historia tomaba forma y se podía convertir en una novela. Fue ahí cuando cogí un mantel de papel de un restaurante y empecé a ordenar lo que había escrito y lo que tenía pendiente. Ahí me di cuenta, por ejemplo, de que necesitaba hablar con una psicóloga para dar consistencia al personaje principal, Loreto.

La protagonista, Loreto, tiene un pasado cargado de secretos y una infancia traumática. ¿Qué le llevó a construir un personaje así?

Por un lado, quería plantear hasta qué punto la forma en cómo hemos crecido influye en quiénes somos y, por otro, si los traumas que llevamos en nuestras mochilas justifican nuestros actos. Para mí es fundamental conocer a los padres de mis alumnos para entender quiénes son. El entorno nos condiciona y la infancia es una etapa que marca en gran parte quiénes somos. Otro aspecto importante son los secretos, que por miedo, vergüenza o supervivencia, no contamos a nadie. Todos tenemos algún secreto que no queremos revelar a los demás.

¿Por qué desarrolla la novela durante los años de la posguerra en el barrio de Gracia de Barcelona?

Escogí el barrio de Gracia porque fue donde viví durante años y lo conocía bien; y porque, cada vez menos, pero todavía conserva alma de pueblo. La masificación de la ciudad está diluyendo la identidad y la personalidad de sus barrios, pero esta novela quiere ser también un homenaje a la Barcelona que una vez existió: aquella donde los vecinos se conocían por su nombre, donde los pequeños comercios familiares marcaban el pulso de la vida diaria y donde los oficios tradicionales daban carácter y sentido a cada calle. Esa Barcelona, cercana e íntima, es la que marca el telón de fondo de la novela. Para escribirla me resultó esencial tener en cuenta el contexto histórico en el que se desarrolla la vida de Loreto: el mundo del textil como motor económico y social de Barcelona con tantas fábricas; la burguesía, como clase que todavía ejercía un gran poder en la vida de sus trabajadores y en la sociedad: su moral, su fuerza, su influencia y sus límites éticos ante la toma de ciertas decisiones; la evolución y la transformación de las ciudades, la pérdida de identidad, el remplazo del comercio familiar por franquicias y cadenas internacionales, la impersonalidad, el anonimato y el crecimiento desmedido; y la emancipación de la mujer no ya como forma de valentía en un mundo hostil, sino por pura supervivencia.

¿Cómo se documentó para recrear la moda, la vida cotidiana y el ambiente social de la época?

La decisión de hacer que Xavi encontrara una colección de vestidos de novia en casa de Loreto, en el primer capítulo, me marcó la trama del libro. No tenía intención de entrar en el mundo de la moda con tanta profundidad. Si en aquel capítulo hubiera visualizado que Loreto coleccionaba mariposas, la trama habría virado hacia una historia diferente. Un amigo que es patronista me ayudó en la visión histórica de la moda, la evolución de los vestidos, los detalles y la descripción minuciosa de algunas creaciones; la parte de la Barcelona histórica fue más anecdótica. Tenía descripciones muy detalladas, pero quería darles más fuerza, así que lancé una llamada en Twitter preguntando si había alguien de Barcelona a quien pudiera hacer algunas preguntas de contexto histórico. Así conocí a una señora llamada Margarita Sans que me explicó al detalle aspectos como el funcionamiento de los chalés, la vida del barrio a mitad de siglo XX y varias especificidades que me ayudaron a componer los capítulos que dibujan el contexto que envuelve la historia de Loreto.

¿Cuánto de real y cuánto de ficción tienen los padres de Loreto, un matrimonio de obreros pobres y sin futuro, claves en la trama?

Todos los personajes que salen en la novela son inventados. Sin embargo, para crear personajes, mentiría si dijera que no me inspiro en personas que conozco o en algún rasgo de ellos que me llama la atención. Los padres de Loreto son ficticios, pero responden a esa generación de obreros que trabajan en fábricas textiles, algunos en colonias (pequeños núcleos industriales fuera de las ciudades, con viviendas para los trabajadores), dispuestos a satisfacer las exigencias de la clase social que les daba trabajo. Son personajes que encarnan la precariedad y el esfuerzo constante, obligados, muchas veces, a renunciar a sus deseos personales en favor de la supervivencia familiar. En el caso de Loreto, la decisión que toman sus padres les catapulta hacia un mundo de opulencia, de ascenso social, tranquilidad económica y prestigio social, pero ¿a qué precio y con qué consecuencias?

¿Y por qué una modista de trajes de novia? ¿Qué le atrae de las novias?

Más que de las novias, me parece más interesante la figura de la novia. El debate en torno al matrimonio. ¿Qué conllevaba el matrimonio? ¿Qué se espera de una mujer casada? Hace unos años, el matrimonio para muchas mujeres era voluntario y sin problema, pero muchas veces, como en el caso de Loreto, fue un verdadero terror. También me interesa el mundo de los oficios, de las modistas, figuras clave, muchas veces invisibles, a quienes la gente acude para los días más importantes de sus vidas. Y, el mundo del textil, que sustentó casi toda una generación y dio trabajo y futuro a muchas familias, incluida la mía. Mis abuelos y mi madre trabajaron en Cal Metre (una colonia industrial de mediados del XIX) hasta su cierre. Las novias fueron la excusa para contar parte de nuestra historia colectiva, desde las fábricas y sus engranajes hasta la denuncia social que se desprende de la novela.

En Cataluña ha vendido más de 5.000 ejemplares en seis meses. ¿Qué espera de su lanzamiento en castellano?

Espero que tenga la misma repercusión que en Cataluña donde la publicamos el 18 de enero de 2024 y todavía hoy sigo participando en clubes de lectura donde debatimos la trama y las actitudes que se describen en la novela. Remover al lector, eso es para mí lo más importante.