Definida como de éxito, la jornada sobre los primeros diez años del tratamiento endovascular del ictus isquémico en España describió los sobresalientes méritos alcanzados, con 60.000 trombectomías mecánicas realizadas en los últimos diez años, por ejemplo, pero sin esconder las lagunas que todavía quedan por cubrir. Tal como se pudo comprobar en rueda de prensa organizada para …

Definida como de éxito, la jornada sobre los
primeros diez años del tratamiento endovascular del ictus isquémico en
España describió los sobresalientes méritos alcanzados, con 60.000 trombectomías
mecánicas
realizadas en los últimos diez años, por ejemplo, pero sin esconder las lagunas
que todavía quedan por cubrir. Tal como se pudo comprobar en rueda de prensa
organizada para los medios por la Sociedad del Grupo Español de
Neurorradiología intervencionista (GeNI), contando con la plena
colaboración de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).

Dr José Carmelo
Albillos

El primero en tomar la
palabra fue el presidente de la SERAM, doctor José Carmelo
Albillos
, para resaltar la importancia de los códigos ictus y los rápidos
diagnósticos. Gracias a unidades de ictus multidisciplinares, porque la unión
hace la fuerza cuando el tiempo es la clave. Y cuando el diagnostico radiológico
es esencial para confirmar el ictus y su tipología, además de localizar la arteria exacta
en la que es posible practicar una trombectomía. Ahora que el parque nacional
de TAC se ha modernizado con el plan Inveat de inversión en equipos de
alta tecnología. Y así dicho TAC permite saber, si el ictus es hemorrágico o
isquémico, para aplicar cuando procede las técnicas de perfusión según el angioTAC
de los vasos del cuello y cerebro. Dentro de una innegable mejora alcanzada en
los últimos años en virtud de un gran esfuerzo formativo de los especialistas. Pero
sin dar la batalla por ganada porque aún quedan áreas geográficas que quedan
alejadas de estas prestaciones.

Alabó Albillos el gran trabajo en neurointervencionismo
de los compañeros neurorradiólogos del grupo GeNI al reducir la carga de
morbimortalidad por ictus isquémicos y también importantes costes al sistema.
Mientras que, en el debe, delató la escasez de neurorradiólogos a corto y medio
plazo.

Dr Pedro Navia

Presidente del GeNI, el
doctor Pedro Navia también defendió este tratamiento
multidisciplinar del que no había sospecha de que pudiera llegar cuando él era
residente, dos décadas atrás. Con una medicina futura que hoy ya es real. Pero
que requiere una muy rápida detección del problema con llamada al 112 y
traslado sanitario al hospital especializado en ictus más próximo. Allí donde
el neurorradiólogo hace posible el diagnóstico preciso y el neurólogo se
convierte en el gestor del caso, entrenados todos de manera esmerada. Para
proceder con tratamiento fibrinolítico intravenoso cuando el ictus isquémico se
produce en vasos pequeños, o con intervencionismo endovascular en quirófano, guiado
por rayos X en el caso de las arterias que, no obstante, apenas tienen el diámetro
de algunos milímetros. Para que el catéter o el stent llegue al punto de
obturación del vaso afectado, desde incisión en la ingle o el brazo. Momento en
el que se extrae el trombo por aspiración o por efecto de arrastre. Para pasar
a continuación a la unidad de ictus en la que se estudia la calidad de las
arterias, una vez que el radiólogo ya determinó que tejidos cerebrales se habían
salvado.

En general, el doctor Navia acusó a los malos hábitos
de vida del aumento de los ictus, de los que se producen 90.000 al año en
España, con una mortalidad de 20.000. Pero en paralelo a unos tratamientos que, si eran 2.000 en 2015, se estima que llegarán a 10.000 este año 2025, con un
aumento medio del 13%.

Celebró el presidente que formen GeNI ya dos
centenares de compañeros desde los 70 fundacionales, pero alerto de la falta de
relevo generacional para su perfil. Para atender las necesidades de personal de
los 50 centros especializados del país, presentes en todo el territorio a
excepción de La Rioja, cuyos pacientes son tratados en Pamplona (Navarra). Y sin que haya centros de referencia en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cuyos pacientes son tratados en Andalucía.

Julio Agredano 

Completó la visión de
los clínicos el presidente de la Fundación Freno al Ictus, Julio
Agredano
, para quien es esencial que la población detecte a tiempo los
síntomas de la fase híper aguda y así se pueda iniciar de inmediato el código
ictus, en línea con la estrategia estatal de 2024, que desplazó esta rápida identificación de
los sanitarios a la población general. Dándole ese poder realmente para
aumentar las cifras de supervivencia.

De los cuatro hospitales
de la Comunidad de Madrid especializados en ictus, preciso que este intervencionismo únicamente recibe 2.500 casos a tiempo, mientras que un resto indeterminado se
pierde con funestas consecuencias.

Agredano explicó también
que su entidad trabaja con el medio empresarial para que los trabajadores también
estén sobre aviso y puedan actuar en espacios laborales seguros. Para que no
pase lo que le pasó a él. Ya que su amargo aprendizaje fue empezar a ver doble
una tarde cuando tenía 39 años e irse a la cama, sin darle importancia.
Descubriéndose su cuadro patológico al día siguiente. Pero siendo en cualquier caso más afortunadamente
que la mitad de los pacientes de ictus, que no supera la enfermedad por
fallecimiento o por las importantes secuelas. Porque, como aseguró, si se actúa
a tiempo todo el mundo sale beneficiado y es mejor cien veces pedir perdón que
permiso en estos casos, como aseguró.

Los ponentes coincidieron al recordar la
sintomatología esencial del ictus y sus tres claves principales, como son la
parálisis facial, la hemiplejia y la alteración del habla. Mientras que el
dolor de cabeza no es signo distintivo de ictus, aunque sí se puede
experimentar un fuerte latigazo en ictus hemorrágicos. Mientras que ictus isquémicos
pueden no doler en absoluto. Razonando además que, no hay relación directa
conocida entre migraña e ictus isquémico aunque este sí se ve favorecido por
drogas como el tabaco, las metanfetaminas y la cocaína.

También se concluyó con que la ventana de actuación
efectiva puede elevarse de las seis a las ocho horas, con los nuevos equipos tecnológicos
que permiten saber antes qué tejido es recuperable tras el ictus y cuál no. Porque no
actuar siempre resulta desastroso. Y no sólo para personas mayores, ya que el
15% de estos accidentes cerebrovasculares se producen en menores de 45 años,
por cualquier arritmia que lanza un trombo del corazón al cerebro. Pasando a la
mitad cuando se superan los 65 años y a dos tercios de los pacientes cuando la persona tiene más de 75 años.