En lugar de ocultar las grandes vigas de hormigón —algunas con un descuelgue de hasta 50 cm—, Iriondo decidió integrarlas. “Decidimos incorporar las vigas en el diseño de la nueva distribución en lugar de cubrirlas y así logramos estancias con techos altos de hasta 270 cm”. Una decisión que además marcó la identidad del proyecto: convertir lo estructural en parte del lenguaje.

“Queríamos que todos los espacios tuvieran luz natural y fueran lo más luminosos posibles”, apunta el arquitecto.
Pablo Gomez Ogando
La elección de materiales refuerza esa lectura continua del espacio. Un pavimento de microcuarzo recorre toda la casa, eliminando juntas y rodapiés para generar una sensación de amplitud y ligereza. Los techos, con un ligero matiz en esmalte brillo, multiplican la luz natural y suavizan las transiciones.
Verde salvia que te quiero verde salvia
El gesto cromático más reconocible del proyecto es su apuesta por el verde salvia, un tono sutil pero con carácter, aplicado con inteligencia y sin saturar. “Buscamos un color que complementara el resto de materiales que estábamos utilizando —madera de nogal, acero inoxidable cepillado, mármol de Carrara—”, explica Iriondo. “Barajamos varios colores, y nos convenció el verde salvia. Es un color con matices: unas veces se ve más grisáceo y otras más verdoso, depende cómo le incida la luz”.

Una de las duchas de los baños en suite.
Pablo Gomez Ogando
El mármol de Carrara protagoniza los baños, planteados como espacios de bienestar y autocuidado.
Pablo Gomez Ogando
Se trata de un color que proviene de la naturaleza, pero sin caer en la literalidad. Funciona como una capa más en esa paleta neutra y mineral, un contrapunto cromático que rompe la homogeneidad y da sentido a un interior contenido pero cálido.
El sello Iriondo
El propio Iriondo menciona una referencia que define bien la atmósfera del proyecto: “Como inspiración y punto de partida, siempre tuvimos en mente espacios muy flexibles, versátiles, con cierta estética de galería de arte, el minimalismo de Donald Judd, etc”. Esa influencia se percibe en los volúmenes rotundos, las proporciones y la ausencia de artificio. La vivienda es acogedora porque está bien pensada.