Es decir la palabra «Anaitasuna» y brotar las sonrisas por doquier en el polideportivo de Vallobín. Fue el filial del equipo navarro el rival del Base Oviedo en el partido decisivo para subir a Plata en 2022. Aquel 29 de mayo fue el día perfecto para el club ovetense, que logró el ansiado ascenso en un repleto Vallobín, con un ambiente que no se recordaba. De regreso en la segunda categoría del balonmano español, los caminos del ahora Confía Base y el Anaitasuna se vuelven a cruzar mañana en el pabellón ovetense (18.30 horas). Ya no es el filial, es el primer equipo navarro en su lucha por recuperar la Liga Asobal. Los recuerdos se agolpan en la cabeza de los tres supervivientes de aquel histórico ascenso azul: Rubén Menéndez y Jayro Pérez, en la pista, y Ricardo Díez, que ha cambiado el vestuario por los despachos y ejerce de director deportivo.
Un colofón perfecto
«Fue el colofón perfecto a mi carrera, todo salió perfecto«, rememora Díez, que tiene grabado a fuego el tremendo ambiente que se vivió aquel día: «Nos hicieron pasillo al entrar… todo el mundo estaba volcado. Recuerdo que había tantas voces que no nos escuchábamos entre nosotros«.
El director deportivo del Base es el primero que destaca que este no es el Anaitasuna de entonces, pero cree que «los chicos están en un momento muy bueno y la victoria del otro día en Alcobendas, la primera de la temporada, nos da un plus de confianza y nos indica que vamos en el buen camino».

Rubén Menéndez y Ricardo Díez se abrazan para celebrar el ascenso de 2022. / Confía Base
Más nervios en la grada
También vivió aquel gran día Rubén Menéndez, pero en su caso sentado en la grada porque estaba recién operado de una grave lesión de rodilla. «Era un día que el club llevaba esperando muchos años y desde la grada lo viví con la misma emoción que en la pista, pero con más nervios si cabe. Se sufrió y se disfrutó muchísimo«, apunta Rubén, que no olvida que el Base ganó de uno y no le valía el empate. «No he visto Vallobín así en mi vida, no había ni un asiento libre, había gente de pie, volcada…», dice el jugador, que mañana apuesta por los suyos: «estamos trabajando muy bien, un grupo muy majo con 17 tíos que van a muerte. Estamos progresando en el juego y creo que después de ganar en Alcobendas los resultados van a ir dándose mejor».
Para Jayro Pérez, aquel 29 de mayo de 2022 fue «el día soñado». «Con el pabellón lleno y el ambiente espectacular, fue un sueño ascender con el club de toda mi vida, delante de mis amigos y de mi familia«, apunta el canterano, contento de que ante el Alcobendas «llegara por fin la ansiada victoria, que vivimos con mucha ilusión. El partido del sábado lo afrontamos con muchas ganas».
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