La Asociación de Fabricantes de Vehículos, Anfac, ha trasladado la necesidad de una reforma «realista, eficaz y pragmática» de la política de reducción de CO2 para turismos y comerciales ligeros, en respuesta a la declaración de España y Francia durante el Consejo de Medio Ambiente … de esta semana.
«Respecto de las medidas planteadas como punto de partida en la citada declaración por ambos países, Anfac considera que deben ser más ambiciosas si se desea ofrecer las soluciones duraderas que la UE necesita para armonizar sus objetivos de descarbonización, resiliencia y competitividad», ha expresado la asociación en un comunicado.
Para Anfac, con una cuota de mercado actual de vehículos BEV inferior al 16% en la UE para turismos (8,4% en España) y menos del 9% para comerciales ligeros (5,6% en España), los objetivos de reducción de CO2 para 2030 y 2035 para vehículos ligeros «no son alcanzables».
Así, ha trasladado que se necesita un enfoque «pragmático, flexible y tecnológicamente neutral» para acelerar la transformación y proteger las inversiones y empleos en la Unión Europea. «Anfac quiere destacar que las normas que afectan al sector de automoción son críticas para nuestro futuro, industria y empleo», ha añadido.

Bruselas revisará este año los estándares de emisiones
La Comisión Europea ha confirmado el adelanto, inicialmente previsto para 2026, de la revisión de los estándares de emisiones de CO2 para turismos y furgonetas que, en la práctica, prohíben la venta de nuevos vehículos de combustión a partir del año 2035.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comunicó este cambio en una misiva a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en el marco de la cumbre donde debatirán estrategias de competitividad y clima.
Von der Leyen aseguró el compromiso de Bruselas con la «neutralidad tecnológica y la eficiencia de costes». Precisó que la Comisión está evaluando el potencial de los combustibles bajos en emisiones de carbono, como los electrocombustibles y los biocombustibles avanzados, en la transición más allá de 2030.
Este adelanto en la revisión se produce bajo una fuerte presión de la industria del motor y de países como Alemania e Italia, que buscan suavizar los objetivos de 2035 al considerar inviable el fin del motor de combustión en esa fecha por la escasa demanda actual de vehículos eléctricos.
La UE ya cedió anteriormente al retrasar hasta 2027 los objetivos de reducción de emisiones que estaban fijados para 2025, evitando así multas millonarias para los fabricantes. El diálogo con los fabricantes de vehículos pesados también derivará en medidas concretas para asistirles en el cumplimiento de sus metas de reducción de emisiones, según la presidenta de la Comisión.
El documento hispanofrancés reconoce que el sector del automóvil se enfrenta a un crecimiento más lento de lo esperado en las ventas de vehículos eléctricos y reconoce la necesidad de flexibilizar. Sin embargo, se abstiene de aplicar la neutralidad tecnológica total más allá de 2035.
En esta línea, Anfac ha apuntado que la sugerencia de vincular estrictamente la flexibilidad a los esfuerzos de producción en Europa debe tener también en cuenta la complejidad de las cadenas de suministro, el tiempo necesario para aumentar la fabricación de baterías en la UE y la propia necesidad de ofrecer ya vehículos asequibles a los ciudadanos europeos.
En lo que respecta a los vehículos comerciales ligeros, aparte de un mecanismo de promedio de 5 años, Anfac ve necesario modificar el objetivo para 2030 a fin de evitar costes desproporcionados por incumplimiento, «lo que socavaría aún más la capacidad de los fabricantes de comerciales ligeros para reinvertir en la transformación».
«Adoptar un enfoque regulatorio adaptado a la realidad de las furgonetas es preciso, ya que funcionan en condiciones diferentes a las de los turismos», ha comentado, al tiempo que ha valorado este segmento como «fundamental» para muchas pequeñas empresas que actualmente dudan en pasar a vehículos de cero emisiones debido a los mayores costes de propiedad, la menor capacidad de carga de las furgonetas eléctricas de batería y la falta de una infraestructura de carga rápida densa.