En 1981, el director Steven Spielberg rodaba en Túnez (África) algunas escenas de “Los Cazadores del arca perdida”, la primera aventura cinematográfica del arqueólogo y aventurero Indiana Jones, personaje nacido en la fértil imaginación de su amigo George Lucas.

El rodaje en suelo africano había sido un verdadero infierno, debido al sofocante calor y al hecho de que más de 150 integrantes del equipo se habían enfermado de disentería debido al consumo de comida local (Spielberg fue uno de los pocos que se mantuvo saludable, ya que comía alimentos y agua que había traído de Inglaterra).

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Todo acontecía según lo planeado hasta que llegaron a una escena ambientada en un mercado egipcio, cuando Indy debía enfrentarse a un diestro espadachín vestido de negro que agitaba un enorme sable como demostración de fuerza, mientras la multitud observaba.

La idea original era que se filmara una coreografía de pelea extensa, con látigos, acrobacias y varias tomas de acción. El especialista Terry Richards, que interpretó al espadachín que se enfrentaba a Jones en esta secuencia, pasó de hecho varias semanas practicando habilidades con la espada para una escena de lucha extendida que se suponía iba a ser uno de los grandes atractivos de esa parte de la película.

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Sin embargo, Harrison Ford, el actor que interpretó a Indiana Jones, no estaba en su mejor momento. Llevaba varios días con fiebre y con malestares estomacales por culpa de la disentería. Apenas podía mantenerse de pie y mucho menos pasar horas bajo un intenso calor repitiendo movimientos de combate.

En medio de ese cansancio y sus malestares físicos, mientras ensayaban la escena, Harrison Ford le hizo entonces a Spielberg una sugerencia tan simple que cambiaría la escena para siempre: “¿Y si simplemente le disparo?”.

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Spielberg soltó una carcajada ante la ocurrencia de Ford, pero como el director práctico y visionario que era, aceptó probar la idea. En la escena, la multitud se apartaba cuando aparecía el espadachín, que comenzaba a hacer diversos malabares con su enorme sable para intimidar a Indiana Jones.

Y, cuando todos esperaban una pelea épica, Indy simplemente sacaba su pistola y lo mataba de un sólo disparo. De más está decir que la escena provocó que el equipo de rodaje, y después el público en los cines, estallara en carcajadas, transformándose en una de las secuencias más divertidas y recordadas de la película.

Esa icónica escena, además, también sirvió para retratar a cabalidad el carácter de Indy, un héroe valeroso, íntegro y práctico, que resolvía los problemas de la forma más directa posible.

Video: Escena de “Los Cazadores del Arca Perdida” (1981): Indy se enfrenta al espadachín en el mercado egipcio: