«Este es un Gobierno que quiere y aspira a cumplir con los compromisos pactados». Moncloa acelera para tratar de demostrar su voluntad de avanzar en las promesas adquiridas y pendientes con Junts, en pleno proceso de reflexión del partido de Carles Puigdemont sobre … la idoneidad de seguir sosteniendo a Pedro Sánchez. En este contexto, en el que la formación independentista someterá al criterio de su militancia el apoyo a la coalición, España y Alemania han aprobado una declaración conjunta en la que acuerdan trabajar para hacer oficiales en la UE el catalán, el euskera y el gallego. Esta fue una de las contrapartidas que Junts impuso a cambio de permitir que, en agosto de 2023, Francina Armengol fuera elegida presidenta del Congreso, otorgando así al Gobierno la mayoría en la Mesa de la Cámara baja, un poder clave en el desarrollo de una legislatura en minoría.

En Moncloa presentan el gesto como la prueba de que «el Gobierno no ha dejado de mostrar su determinación para avanzar hacia la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego». «El de hoy es un paso importante para hacerlo posible», dicen, defendiendo que «la incorporación de estas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España». En el documento bilateral se recoge, no obstante, una mera declaración de intenciones: que ambos gobiernos acuerdan «abrir un diálogo con el objetivo de encontrar una respuesta a la solicitud española de que sus lenguas oficiales distintas del español sean reconocidas como oficiales en la Unión Europea de forma que sea aceptable para todos los Estados Miembros». Alemania hace suya la reivindicación española de que «la incorporación de dichas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España» en un momento clave para Sánchez, cuando se está jugando la viabilidad de la mayoría que lo sostiene en el poder.

Lo rubricado se traduce en el inicio de «conversaciones bilaterales a partir de las cuales España presentará un texto para debate y decisión de los 27 estados miembros en una futura reunión del Consejo de Asuntos Generales» prevista para las próximas semanas. Un nuevo intento, tras los previos fracasados, que habían hecho que el Ejecutivo español aparcase la cuestión en las últimas ocasiones. Este diálogo bilateral «comenzará a la mayor brevedad a cargo de nuestros respectivos ministerios de Asuntos Exteriores», se comprometen.

En todo caso, el acercamiento -a la espera de ver si se traduce realmente en un avance- tiene otra lectura y es el impacto sobre Alberto Núñez Feijóo, que tiene al canciller como uno de sus principales socios. De hecho, la noticia de esta declaración conjunta fue una sorpresa mayúscula en la dirección nacional y entre los eurodiputados más implicados en este debate.

Un golpe para el PP

Feijóo estuvo precisamente este jueves en Bruselas, donde se reunió con los principales líderes del PP europeo antes de que comenzara el Consejo con todos los primeros ministros. Un encuentro habitual que mantiene la familia conservadora, pero que también permite testar todo lo que está en el ambiente europeo. Varias fuentes consultadas insisten en que durante la visita de Feijóo a la capital europea «no se habló nada» que tuviera que ver con la oficialidad del catalán, ni tampoco existía «un runrún» que hiciera pensar en algo similar.

Fuentes de Génova minimizan lo pactado entre los dos países, asegurando que, tras consultar directamente a miembros de la CDU (el partido de Merz) «en ningún caso su posicionamiento ha cambiado», dejando entrever que en la votación Alemania continuaría oponiéndose. Según el PP, se trata del «diálogo» habitual entre dos Estados que, en ocasiones, conlleva cerrar acuerdos como este.

Sin embargo, se trata de un gesto que da oxígeno a Sánchez en un momento de debilidad para el socialista y que deja en mal lugar a Feijóo, teniendo en cuenta que Merz es su principal aliado, y se ha apoyado en él en otros momentos para, precisamente, frenar esta iniciativa. Dolors Montserrat es la secretaria general del PP europeo, que está presidido por otro alemán, Manfred Weber. Fuentes europeas no esconden que el acuerdo, por muy superficial que sea, «juega una mala pasada» a Feijóo en un momento clave. «Han primado otros intereses y Feijóo, al final, lidera la oposición», se resignan algunos dirigentes consultados, reconociendo el golpe político para su líder.

Declaración anómala

Para sorpresa de la diplomacia alemana, el Gobierno español ya planteó la cuestión del catalán en la última reunión bilateral de Sánchez y Merz, el pasado 20 de septiembre. El canciller alemán ironizó entonces sobre una petición de carácter tan superficial, en un contexto en el que mantiene reiteradas reuniones con jefes de Estado en la que se tratan asuntos de mucho mayor calado, como el rearme, la crisis comercial o el estancamiento de la industria, y aludió que bastaría la inteligencia artificial para resolverlos. «Creo que de aquí a medio plazo podría haber una buena solución por medio de la inteligencia artificial, porque gracias a la IA ya no necesitaremos intérpretes, vamos a poder entender y hablar en todos los idiomas de la UE», sugirió, mirando a la solución tecnológica, aunque dejó la puerta abierta a una negociación al respecto, al añadir que «he entendido bien el interés del Gobierno español y del presidente del Gobierno con respecto a los desafíos lingüísticos: que son idiomas muy distintos, no se entienden todos entre sí. Cómo resolverlo, eso lo tendremos que ver».