“Me corresponde ir cediéndole [a mi hija] ya este espacio como heredera de la corona y como presidenta de honor de la Fundación desde hace 11 años. Lo digo con emoción de padre y de rey y, desde luego, con la intención firme de mantenerme vinculado a los premios, a la Fundación y a Asturias, una tierra querida de la que no puedo concebir ¡y menos la reina! estar lejos”. Con esta claridad quiso formalizar el rey Felipe VI, en las primeras palabras del discurso que pronunció en los Premios Princesa de Asturias 2025, su decisión inequívoca de otorgar un mayor peso y protagonismo a la heredera de la Corona en la presidencia de estos galardones.
El monarca recordó que su hija ha ido asumiendo gradualmente esta tarea “dando a cada paso nuevas pruebas de madurez y sensibilidad, con un papel más activo en la vida pública” y, al cederle el foco, quiso dejar claro que no era ningún adiós pues dijo que estará “siempre, presente o no, comprometido con los objetivos, los valores y el futuro” de estos premios.
Han pasado siete ediciones desde que su hija, con apenas 13 años, habló por primera vez ante tan imponente audiencia mirando aún de reojo a sus padres. A una semana de cumplir 20 años, la heredera se mostró esta vez como una joven segura y más consciente de la voz propia que empieza a tener. Leonor de Borbón y Ortiz empezó a dar señales de estilo institucional propio en su séptimo y sorprendente discurso en la entrega de estos galardones, en el que este año se notó una clara influencia de su madre al hablar de lecturas, el mundo analógico y el abuso de las pantallas.

La princesa ha pronunciado su discurso más ambicioso hasta la fecha.
Jesus Briones
Haciendo referencia a su generación, los zeta, y a que es hija “de un boomer y una equis”, la futura reina dirigió una carta figurada a modo de homenaje analógico a cada premiado evocando el papel y el bolígrafo en el que propuso “volver a lo esencial”: al respeto a quienes piensan diferente; a la educación; a la atención a quienes no lo tienen fácil por ser más vulnerables, por ser jóvenes sin trabajo o formación o niños y niñas en riesgo de pobreza; a tratar bien al prójimo y a “salir de la trinchera” sacudiéndonos el miedo mirando a un futuro compartido.
En unos días en los que Leonor ha tenido la oportunidad de hacer un paréntesis en su formación militar y reencontrarse, además de con sus padres, con su hermana Sofía, que estudia en Lisboa, quiso tener un momento de cariño con la pequeña de la casa cuando mencionó que Serena Williams siempre dice que “sin Venus no habría habido Serena”. “Las hermanas cómplices son nuestras grandes compañeras de viaje”, destacó la hija de los reyes entre aplausos mientras sus padres miraban sonrientes a una sorprendida Sofía.