El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) y premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2025, Mario Draghi, ha asegurado este viernes que el futuro de Europa «debe ser un viaje hacia el federalismo», que sea «pragmático», esté basado en «cuestiones concretas», sea «flexible» y «capaz de actuar al margen de los mecanismos más lentos de toma de decisiones de la UE».

Durante su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2025, Draghi ha reconocido que, «por deseable que fuera una auténtica federación, ésta requeriría condiciones políticas que hoy en día no existen». Actualmente, ha agregado, las perspectivas para Europa son «las más difíciles» que recuerda, con «casi todos» los principios sobre los que se fundó, «tensionados». «Construimos nuestra prosperidad sobre la apertura y el multilateralismo, pero ahora nos enfrentamos con el proteccionismo y la acción unilateral», ha lamentado.

El modelo federal que defiende el galardonado con el premio a la Cooperación Internacional se construiría «mediante coaliciones de personas dispuestas a ello en torno a intereses estratégicos compartidos, reconociendo que las fortalezas diversas que existen en Europa no requieren que todos los países avancen al mismo ritmo».

Así, Mario Draghi defiende un federalismo en el que los países con sectores tecnológicos «fuertes» acuerden un régimen común que permita a sus empresas «escalar rápidamente» en el que «las naciones con industrias de defensa avanzadas unan esfuerzos de I+D y financien adquisiciones conjuntas».

«Este federalismo pragmático permitiría a aquellos con mayores ambiciones actuar con la velocidad, escala e intensidad de otras potencias globales», ha asegurado Draghi, quien ha añadido que «podría ayudar a renovar el impulso democrático de la propia Europa».

Según Draghi, este modelo «se convertiría en la construcción de un propósito común de abajo hacia arriba, y no una imposición de arriba hacia abajo», de modo que «todos aquellos que quisieran sumarse podrían hacerlo, mientras que quienes intentasen bloquear el progreso ya no podrían frenar a los demás».

El exjefe del BCE ha defendido «una visión de Europa llena de confianza, en la que los ciudadanos puedan creer» y «donde los jóvenes vean su futuro». «Esta es la visión que debemos ofrecer si Europa quiere renovarse», ha dicho, soñando con «una Europa que actúe no por miedo al declive, sino por orgullo de lo que aún puede lograr».