Hace 15 años, un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) descubrió una original manera de matar células tumorales: les hacía creer que habían sido infectadas por un virus. A partir de esta hipótesis, desarrollaron un compuesto, denominado BO-110 para luchar contra la forma más letal de cáncer de piel: el melanoma. El resultado fue tan llamativo que la revista Cancer Cell lo publicó en su portada. Hoy, este fármaco ya ha demostrado su efectividad en pacientes de unos 20 países y, además, parece que sirve también para combatir otro tipo de tumores. Entrevistamos a la jefa del Laboratorio de Melanoma en el CNIO, Marisol Soengas.