La semana pasada, en cuanto Hansi Flick vio la segunda amarilla en los minutos finales del partido entre el Barcelona y el Girona, el barcelonismo se echó las manos a la cabeza pensando en el siguiente encuentro liguero, el clásico en el Bernabéu. … El técnico alemán, sancionado, no podría sentarse en el banquillo y de hecho verá el encuentro desde la grada, lo que abre el interrogante de quién dará las instrucciones a los jugadores y les corregirá durante el partido. Todas las miradas recayeron en su asistente, Marcus Sorg. Este sábado dio la rueda de prensa previa al clásico. «Si no está Hansi, se le echa de menos, es la parte más importante del equipo. Es una desventaja, pero pasa como con los jugadores. Hay que dar el cien por cien y gestionar esta situación de la mejor manera», explicó sobre su jefe, aunque valoró su rol este fin de semana: «Es un honor estar en el banquillo mañana, es una ocasión especial. Esperamos un partido muy difícil. Hay que demostrar nuestros puntos fuertes, como la presión alta».
Marcus Sorg nació en la ciudad alemana de Ulm, junto al Danubio, en 1965 y dio allí sus primeras patadas a un balón. De hecho debutó en el SSV Ulm y destacó por sus características ofensivas, jugando de delantero en el futbol regional germano. Su carrera duró hasta 1999, momento en el que decidió colgar las botas, aunque había decidido que su futuro iba a seguir ligado al fútbol. No obstante, su etapa por el fútbol humilde le hizo pensar en debía buscarse una alternativa por si su carrera no fructificaba. Al igual que Manuel Pellegrini, Sorg también es diplomado en ingeniería civil.
Un mes después de retirarse ya era entrenador del Stuttgart Kickers. Posteriormente pasó por el Ditzingen, el Heidenheimer, el Ulm, fue entrenador y ojeador del Friburgo y también se hizo cargo del filial del Bayern hasta llegar a la DFB.
Meteórica carrera hasta que en 2013 le dieron los mandos de la selección de Alemania sub-19, con la que se coronó campeón de Europa. Más allá de sus conocimientos tácticos, Sorg destacó por su olfato a la hora de descubrir jóvenes talentos y saberlos exprimir. Joshua Kimmich fue uno de sus grandes descubrimientos. En su hoja de servicios también figuran grandes jugadores en la actualidad como Gnabry, Süle, Brandt, Weigl, Goretzka o Ginter. Sorg también formó parte del equipo de trabajo de Hrubesch, que era el entrenador principal, que conquistó la plata olímpica en Brasil 2016.
Ya en la Federación, Sorg coincidió con Hansi Flick. Los dos hablaban el mismo idioma futbolístico y enseguida les une una buena amistad. «Está siempre muy concentrado. Analiza meticulosamente a cada rival y siempre sabe lo que tiene que hacer. Sabe comunicarse muy bien con sus jugadores», explica Horst Hrubesch, actual director de cantera del Hamburgo, y persona que le conoce a la perfección. Tanto que valora la relación entre Sorg y Flick: «Combinan muy bien. Marcus aportará mucho. Desarrollarán ideas juntos y trabajarán por igual. Forman un gran equipo».
En Alemania le conocían como ‘el entrenador silencioso de la Bundesliga’. Y en el Barcelona le ven como una persona educada, amable y discreta, cuya vida fuera del trabajo se reduce a su pareja y a sus dos hijos. Flick alaba su carácter y fidelidad: «Es un entrenador con mucha experiencia y lo está haciendo muy bien: cuando entrenamos tiene mucho conocimiento, sabe mucho de fútbol, tiene la calidad para hacer de primer entrenador. Creo en él al cien por cien». Ya ha tenido que sustituir a Flick en España haciéndose cargo del equipo en el partido de la temporada pasada ante el Leganés y ante los medios de comunicación. Sorg volverá este domingo Bernabéu, pero esta vez como protagonista en la banda.