Cuando están a punto de cumplirse dos décadas del final de Aquí no hay quien viva, no son pocos los actores de la serie que siguen brillando en las producciones de nuestro país. Sea en la televisión, en el cine o el teatro, la mayoría han gozado de carreras de lo más prolíficas. Quizás es precisamente por eso que, casos como el de Sofía Nieto, que se desmarcan completamente de esa narrativa, llaman tanto la atención. Porque de la intérprete de la inolvidable Natalia Cuesta se sabe más bien poco, y todo porque apostó por cambiar de rumbo. Y de forma radical.

La madrileña empezó su andadura en la interpretación a los 16 años, escalando desde las tablas hasta la pequeña pantalla. Su papel en la comedia de Antena 3 la convirtió en una figura familiar para muchas generaciones, encarnando a una adolescente rebelde que puso patas arriba la rutina de Desengaño 21. Sin embargo, mientras compaginaba grabaciones y guiones, su otro mundo, el de las matemáticas, seguía llamándola con fuerza. Y es precisamente esa dualidad entre lo artístico y lo académico la que ha marcado su camino posterior.

Entre dos mundos
El equilibrio entre la interpretación y la carrera universitaria que la llevó a un cambio definitivo

La decisión de dejar la interpretación no fue repentina ni caprichosa. La también actriz en La que se avecina reconoció en algunas entrevistas que la exigencia del trabajo en televisión chocaba con sus compromisos académicos. Así, durante su juventud, mientras rodaba decenas de capítulos en jornadas maratonianas, Sofía se licenciaba en Matemáticas en la Universidad Autónoma de Madrid, con un expediente tan brillante que le valió un Premio Extraordinario de Fin de Carrera.

Sofía también dio vida a la peluquera Sandra Espinosa en 'La que se avecina'.

Sofía también dio vida a la peluquera Sandra Espinosa en ‘La que se avecina’.

Telecinco

Porque más allá de la televisión, Nieto fue premiada en la XV Olimpiada de Química en 2002 y participó en congresos internacionales, en una muestra clara de su talento científico. Al tiempo, y terminada su licenciatura, se doctoró en Matemáticas, y decidió que la docencia sería su siguiente destino, alejándose de forma definitiva de los focos. De ahí que entre 2010 y 2016 ejerció como profesora adjunta en su alma mater, impartiendo asignaturas complejas como Álgebra Lineal y Geometría, una labor muy alejada del ruido mediático.

El caso es que no todo fue sencillo. El pulso entre dos pasiones que reclaman tiempo y entrega completa hizo que en ocasiones se sintiera desgastada. La presión de un sector tan exigente como la televisión, junto a la disciplina del estudio, la obligaron a tomar decisiones difíciles como la de dejar la segunda serie de los hermanos Caballero tras su segunda temporada. Un paso que supuso también dejar atrás una etapa pública para abrazar la privacidad.

Centrada en las matemáticas
De actriz a académica: la vida tranquila y discreta de Nieto lejos de la televisión

Desde entonces, la vida de la joven que compartiera reparto con José Luis Gil y Loles León transcurre lejos del foco mediático. No cuenta con presencia en redes sociales y sus apariciones públicas son casi nulas. La última vez que apareció en cámara fue en 2011, participando en un desafío matemático organizado por El País, muy alejada ya de sus días como actriz. Su elección profesional ha sido acogida con respeto y cierta sorpresa, pues no es habitual que una figura televisiva dé un salto tan firme hacia las ciencias exactas.

Nieto, en su faceta de docente, proponía un desafío matemático en 'El País'.

Nieto, en su faceta de docente, proponía un desafío matemático en ‘El País’.

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Actualmente, su día a día se mueve en el ámbito universitario, donde combina investigación y docencia. Un claro contraste con aquella Natalia Cuesta desinhibida que ejemplifica no solo una reinvención personal, sino también un mensaje sobre las múltiples facetas que puede tener una vida pública y privada.

Es por todo lo anterior que Sofía Nieto representa, sin quererlo, un testimonio de que la fama no es destino único y que los cambios profesionales pueden ser tan profundos como valientes. De la comunidad de vecinos más hilarante a las aulas universitarias, su trayectoria se lee como un recordatorio de que los caminos se bifurcan y que el talento puede encontrar su cauce en distintos ríos. Incluso si esos ríos son tan distintos como las artes y las ciencias.