Además de este notable descubrimiento anatómico, los fósiles también revelaron características adicionales de los tejidos blandos: una cresta carnosa a lo largo de la espalda que habría alcanzado unos 28 centímetros de altura en un animal adulto, una hilera de espinas que bajaban por la cola y escamas poligonales de entre uno y nueve milímetros de tamaño. Estos detalles sólo eran visibles gracias al excepcional estado de conservación, posible gracias a las condiciones únicas del lugar del descubrimiento.

Conservado en arcilla

El cadáver se secó primero durante una sequía, después fue rápidamente sepultado por los sedimentos del río durante una inundación y se llenó de arena. Una fina capa de arcilla -de menos de un milímetro de grosor- se asentó sobre la superficie de la piel, preservando su forma exterior como una especie de «plantilla de arcilla» Este tipo de fosilización sólo se había observado anteriormente en entornos marinos con poco oxígeno, por lo que éste es el primer caso documentado en un sistema fluvial terrestre.

Importancia para la paleontología

El descubrimiento tiene una gran importancia para la paleontología: El Edmontosaurus annectens se reconoce ahora como el vertebrado terrestre más antiguo conocido con verdaderas pezuñas, lo que lo convierte en el ejemplo más antiguo conocido de locomoción ungulada en la historia evolutiva. Los hallazgos sugieren que las pezuñas empezaron a desarrollarse en los primeros hadrosaurio ya en el Cretácico Temprano, mucho antes de que evolucionaran en los mamíferos.