Este pequeño departamento se sumerge en un universo minimalista en el que los pequeños detalles hacen la diferencia
Desde las ventanas se ve el Arco della Pace, imponente y escultural: un gigante de piedra que domina uno de los espacios más pintorescos de la ciudad. Así comienza Ilaria Peru, cofundadora de Atelier Nima, para describir los espacios de este pequeño departamento de 75 metros cuadrados en Milán, ubicado en pleno centro histórico. Un ojo de buey con vistas a la ciudad, o un reflejo de ella. De hecho, este pied-à-terre milanés está teñido de tonos neutros y superficies texturizadas, como si quisiera rendir homenaje a la ciudad que lo acoge.
“El proyecto de renovación de esta vivienda fue encargado por una joven pareja recién instalada en Milán, que quería dotar el espacio de un ambiente tranquilo, un poco la personalidad de ellos”, señala la arquitecta.

El departamento cuenta con una vista privilegiada a la Plaza Arco della Pace.
Carolina Gheri
Este pequeño departamento es un precioso contenedor de tonos neutros. Cada mueble, cada elemento tiene un lugar cuidadosamente seleccionado.
Carolina Gheri
Ilaria Peru, del Atelier Nima, sonríe en el interior del departamento.
Carolina GheriAmbiente acogedor y tonos neutros
Este pequeño departamento en el corazón verde de Milán transmite paz. La atmósfera teñida de algunos tonos de blanco nos transporta a un invierno de colores. Se pretende lograr una sensación de calidez, haciendo que la atmósfera se torne acogedora y envolvente. El objetivo era encarnar la esencia del estilo minimalista sin descuidar la atención al detalle. “Las líneas limpias y los tonos cálidos crean un ambiente armonioso y acogedor”, cuenta Ilaria, para luego sugerir que “una búsqueda constante de luz y elegancia impregna cada rincón”. Junto a los fondos neutros, es imposible no fijarse en la alocada selección de objetos y mobiliario vintage: “productos icónicos del diseño italiano dialogan con el yeso de cal, los acabados de madera y los detalles bronceados conectan con la década de 1970 y sus modas”, todo ello con la mirada puesta en el genius loci milanés. De Vico Magistretti con sus lámparas únicas a Charles Rennie Mackintosh, de Castiglioni a Marcel Breuer para los asientos del comedor.