La elegancia no depende del tamaño ni del presupuesto, sino del equilibrio entre armonía, funcionalidad y buen gusto. Así lo defiende la interiorista Victoria Belousova, fundadora de Victoria Interiors, un estudio especializado en crear hogares sofisticados sin caer en el derroche. Para ella, el verdadero lujo no está en llenar los espacios de piezas costosas, sino en saber combinarlas con criterio, cuidar la iluminación y apostar por materiales duraderos que hablen por sí solos.
En un momento en que las redes sociales nos bombardean con interiores aparentemente perfectos, Belousova propone una visión más sensata y atemporal del diseño: «No hace falta tener muchos metros ni un presupuesto ilimitado para lograr un espacio elegante, basta con entender la proporción, la luz y la calidad de los acabados». Su enfoque combina la estética con la practicidad, demostrando que la belleza puede – y debe -convivir con la vida cotidiana, incluso cuando hay niños o mascotas en casa.
En esta entrevista, la interiorista desgrana las claves para conseguir un piso elegante sin gastar más de la cuenta, desde los materiales que elevan cualquier ambiente hasta los errores que conviene evitar si queremos mantener esa sensación de calidad y equilibrio.
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Cómo conseguir un piso elegante sin derrochar, según la interiorista Victoria Belousova
Foto: Foto: Jordi Folch y Paloma Pacheco Turnes
¿Cuál es el verdadero secreto para que una casa se perciba como elegante y lujosa?
Para mí, la clave está en una buena distribución del espacio. No se trata tanto de tener muchos metros cuadrados, sino de que estén bien aprovechados. Me gustan los techos altos, la abundante luz natural, y las vistas, ya sea a la ciudad o a la naturaleza, porque aportan una sensación inmediata de lujo. Y, por supuesto, la mano de un buen profesional, sea arquitecto o interiorista, marca la diferencia.
¿Qué elementos consideras imprescindibles en un interiorismo de alto nivel, incluso en pisos pequeños?
Yo pienso que la personalización. Un interiorismo de calidad se nota en los detalles hechos a medida: mobiliario, textiles, carpintería… La iluminación es otro pilar clave. No se trata solo de ver, sino de crear ambientes mediante el tono, el ángulo y la intensidad de la luz. Por último, el arte y los objetos decorativos que reflejan la historia y la personalidad del dueño aportan carácter.
¿Hay materiales o acabados que automáticamente elevan un espacio, aunque el mobiliario sea sencillo?
Sí. Los materiales nobles, como el mármol o las maderas naturales, elevan cualquier ambiente. También los textiles ricos en textura y color, los papeles pintados bien seleccionados, o detalles como molduras y panelados texturados. No hace falta usar todo a la vez. El secreto está en dosificar, dejar que cada elemento tenga su protagonismo.
Foto: Foto: Jordi Folch
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¿Y al contrario? ¿Qué detalles arruinan un proyecto y eliminan esa sensación de calidad?
La mala iluminación artificial es uno de los errores más comunes: una luz demasiado fría o cálida puede arruinar el ambiente. Por otro lado, las obras mal acabadas, con defectos visibles, hacen que incluso el mejor diseño se vea barato. Otro error común es elegir mobiliario desproporcionado respecto al espacio. Finalmente, llenar la casa de productos ‘mass market’ sin personalidad diluye cualquier intento de estilo.
¿Cómo equilibras practicidad y sofisticación en el día a día, especialmente con niños o mascotas?
La clave está en elegir bien los materiales. Las telas antimanchas, por ejemplo, pueden ser muy estéticas sin renunciar a la funcionalidad. Los sofás desenfundables, aunque más difíciles de encontrar y algo más costosos, son una inversión que se agradece con el tiempo. Considero que es esencial planificar el almacenamiento: un armario bien distribuido en el recibidor puede evitar el desorden que suele acompañar la vida familiar. En cuanto a las alfombras, optaría por modelos económicos que se puedan renovar cada pocos años.
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Si alguien tiene un presupuesto limitado, pero quiere que su casa parezca más cara, ¿por dónde debería empezar?
Hay que invertir en la base: aquello que cuesta más cambiar con el tiempo. Un buen suelo – ya sea porcelánico o de madera -, ventanas y puertas de calidad, y una cocina bien diseñada con herrajes duraderos marcan una gran diferencia. Tampoco escatimaría en grifería: las piezas baratas tienden a fallar y acaban saliendo más caras. Las cortinas, por su parte, tienen un gran impacto visual y elevan instantáneamente cualquier espacio. El mobiliario puede ser sencillo al principio; con el tiempo, se puede ir mejorando. Pero si la base es buena, todo lo demás suma sobre un terreno firme.