Los inversores apuestan que el respaldo electoral mantendrá el rumbo de las reformas a favor del mercado.

La moneda y los bonos públicos argentinos se dispararon el lunes, ya que los inversores apostaron a que la victoria aplastante del partido de Javier Milei en las elecciones de mitad de mandato habría rescatado las reformas a favor del mercado respaldadas por EEUU y frenado una oleada inmediata de ventas de pesos.

Los rendimientos de la deuda en dólares del país cayeron por debajo del 10% como reflejo de un aumento de los precios, después de que La Libertad Avanza (LLA) de Milei obtuviera casi el 41% de los votos en las elecciones legislativas del domingo.

El peso se fortaleció alrededor de un 8% hasta 1.377 por dólar estadounidense este lunes. El índice bursátil Merval del país se disparó un 18%.

El respaldo popular a Milei frente al peronismo argentino, que obtuvo el 32% del voto nacional, es un alivio para los tenedores de bonos, que temían que su Gobierno se quedara sin dólares para reembolsarles, a pesar de los 40.000 millones de dólares de apoyo prometidos por EEUU.

Buenos Aires había agotado sus escasas reservas de divisas en sus esfuerzos por apuntalar el peso en las últimas semanas después de que la preocupación por el futuro del programa de reformas de Milei provocase que inversores internacionales y ahorradores locales sacasen dinero del país.

«El impulso reformista de Argentina está de vuelta, y Milei puede legislar desde una posición de fortaleza, no de supervivencia… En lo que respecta al peso, no se va a producir una devaluación después de un resultado así», afirma Thierry Larose, gestor de carteras de Vontobel.

El bono argentino con vencimiento en 2035 subió 12 centavos de dólar hasta los 69 centavos, mientras que la deuda con vencimiento en 2029 subió 9 centavos hasta los 84 centavos, los niveles más altos desde que Milei asumió la presidencia en 2023 tras un impago en 2020.

Argentina tiene que reembolsar unos 18.000 millones de dólares en deuda en moneda extranjera el próximo año, 4.000 millones de ellos en enero. Sin embargo, sus reservas de divisas netas de préstamos del FMI y otros créditos se encuentran en números rojos tras los esfuerzos por contener la avalancha de los ahorradores locales para comprar dólares.

Los ahorradores argentinos tradicionalmente han buscado refugio en activos en dólares antes de las elecciones, dado el historial de hiperinflación y devaluaciones del país.

El peso había caído de aproximadamente 1.340 a casi 1.500 frente al dólar durante el último mes, desde que la victoria peronista en las elecciones provinciales de Buenos Aires en septiembre indicó que el partido de Milei podría tener dificultades en las elecciones legislativas.

La caída amenazó con socavar la política de mantener el peso dentro de un rango de cotización preestablecido frente al dólar, a pesar de que se calcula que EEUU pudo llegar a gastar 2.000 millones de dólares para respaldar la moneda, y en los últimos días alimentó las apuestas sobre una gran devaluación después de las elecciones.

«Dada la solidez del resultado, obviamente hay menos presión para devaluar… los ciudadanos comenzarán a desdolarizarse, vendiendo los dólares que compraron en el período previo a las elecciones como cobertura contra el riesgo político», afirma Carmen Altenkirch, analista de deuda soberana de mercados emergentes de Aviva Investors.

«Esto debería dar al banco central el margen necesario para reconstituir sus reservas. Es muy diferente del resultado que habríamos tenido si a Milei no le hubiera ido tan bien, y se hubieran visto obligados a permitir que la moneda se debilitara», añade Altenkirch.

El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent,manifestó el lunes el apoyo de EEUU a Milei, pero no se refirió al paquete financiero que ha prometido que incluye una línea de crédito estadounidense de 20.000 millones de dólares y otros 20.000 millones en apoyo al sector privado para el pago de bonos de Argentina.

«Esperamos que se sigan dando pasos hacia la libertad económica que atraigan la inversión del sector privado y la creación de empleo, trayendo prosperidad al pueblo argentino», declaró Bessent en una publicación en X.

Los inversores creen inevitable que se aplique al menos algún cambio en la política cambiaria de Buenos Aires, en particular la «paridad móvil», o depreciación mensual oficial dentro de su rango de cotización, que, en el 1%, es inferior a la inflación.

Sin embargo, difieren sobre si el Gobierno de Milei podrá dejar libertad al peso y abandonar la banda cambiaria en los próximos meses, o cuándo podrá hacerlo. «Un sistema sin banda cambiaria podría llegar más adelante en 2026, una vez que aumenten las entradas de capital y la inversión extranjera directa», señala Larose.

«El Gobierno tiene ahora respaldo político, y tiempo, para hacer ajustes en sus propios términos», afirma Daniel Lansberg-Rodríguez, socio director de Aurora Macro Strategies.

Milei está «mucho mejor posicionado para impulsar estas reformas, pero implementarlas aún requerirá una voluntad política sostenida, una hábil gestión de coaliciones y una tolerancia al sufrimiento a corto plazo que pocos presidentes argentinos han logrado mantener«, añade.

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