El filósofo surcoreano-alemán es reconocido por su estilo de escritura sentencioso, categórico y extremadamente conciso. Sus textos no se pierden en largas argumentaciones; cada frase apunta directamente al quid de la cuestión, ofreciendo afirmaciones provocadoras y precisas (casi eslóganes) sobre la sociedad contemporánea, la tecnología, el poder y la cultura. Su estilo hermético y su rechazo a la exposición mediática, sin embargo, contrastan con la popularidad de sus cifras: es uno de los filósofos más leídos en España y Latinoamérica.
Han fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias 2025, por su “capacidad extraordinaria para comunicar de forma precisa y directa nuevas ideas en las que se recogen tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente”, expresan desde la Fundación Princesa de Asturias, y añaden que “su análisis resulta sumamente fértil y proporciona explicaciones sobre cuestiones como la deshumanización, la digitalización y el aislamiento de las personas”.

La principal tienda de Apple en el centro de Nueva York es obra del arquitecto Peter Bohlin.
CC Kanesue vía Flickr
La arquitectura transparente, una herramienta al servicio del control
En esa línea, arroja luz sobre fenómenos del mundo contemporáneo: términos como capitalismo, intimidad, información o control se incluyen en su análisis de la sociedad, y en sus ideas encontramos relaciones directas con el mundo de la arquitectura. Para Han, la obsesión moderna por la visibilidad y la transparencia es un sinónimo de pérdida de poder; y, en sus palabras, la arquitectura es una forma de materializar poder. “Al moldear el espacio, el arquitecto crea un continuo de formas en el que se encuentra consigo mismo: [en cierta forma] se diseña a sí mismo al diseñar un espacio”, reflexiona en su libro What is Power? (2018).
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En ese sentido, la arquitectura transparente (aquella que renuncia al interior oculto) es la prueba materializada de que nos estamos sumergiendo en una sociedad que exige visibilidad, acceso, eliminación de umbrales, de misterio… Un ejemplo claro es la flagship de Apple en Fifth Avenue, obra del arquitecto americano Peter Bohlin del estudio Bohlin Cywinski Jackson, un cubo construido íntegramente en cristal que esconde en un piso subterráneo la tienda de tecnología. Según su pensamiento, se trata de un espacio que empobrece la experiencia, elimina la distancia (la “negatividad”) que permite reflexión, sorpresa, misterio, convirtiéndose en parte de un régimen de control en el que los límites entre el interior y lo exterior, así como lo público y lo privado, quedan cada vez más difusos.

Para Han, la Kaaba de la Meca representa la antítesis a la arquitectura transparente: lo arcano, que deniega toda visibilidad.
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“Más fiesta y más siesta” como antídoto al individualismo consumista derivado del neoliberalismo
En Gijón, el filósofo reivindicó la necesidad de abandonar la libertad individual ficticia que promueve el neoliberalismo, para retomar la idea original de libertad en comunidad, que da sentido a la vida humana. En esa línea, destacó la cultura de “la fiesta y la siesta”, tan arraigada al sur de Europa, como forma de combatir la vorágine consumista en la que nos sumerge el capitalismo tardío y de encontrar una forma de vida mejor para las personas. Bajo esa filosofía, el pensador siempre ha sido también un gran defensor de la labor manual como refugio ante una sociedad controlada por la tecnología. “Ya no usamos las manos, usamos los dedos”, ha afirmado en la rueda de prensa, “yo las uso [para cuidar su jardín, tocar el piano, gesticular] porque con ellas genero las arquitecturas del alma, que siempre ha necesitado del trabajo manual. Todo lo que conforma la vida real del hombre se transmite con las manos».