El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mueve en política internacional no por cuestiones de defensa y seguridad, por lealtad a sus aliados históricos o por valores que haya que defender. No. El republicano busca transacciones, beneficios, tensar la cuerda si hace falta para sacar de cada nación lo que le conviene o agasajar a quienes coinciden con él para ampliar su base de apoyo… y su beneficio. Es lo que hace con Argentina, un Estado con el que refuerza relaciones porque a) hay un correligionario suyo al mando, como Javier Milei y b) le interesa sacarle rendimiento. 

Lo ha dejado clarísimo esta pasada noche, cuando ha asegurado que la victoria de La Libertad Avanza (LLA), el partido del mandatario argentino, Javier Milei, en las elecciones legislativas de este domingo, ha hecho ganar «mucho dinero» a su país. «Creo que ahora mismo hemos ganado mucho dinero gracias a esa elección, porque los bonos han subido. Toda la calificación de la deuda ha mejorado. Esa elección le hizo ganar mucho dinero a Estados Unidos», declaró Trump a los periodistas en el Air Force One, antes de llegar a Japón.

El republicano hizo referencia al acuerdo económico entre Washington y Buenos Aires con el que la Administración de Trump pretende inyectar liquidez en dólares a la economía argentina para darle un espaldarazo. Se acordó una línea de swap -intercambio de divisas que cuando se ejecuta se convierte en deuda- por valor de 20.000 millones con EEUU y trabajan en otro instrumento de apoyo por el mismo valor, que elevaría a unos 40.000 millones de dólares en total el soporte financiero al país latinoamericano.

«Quiero felicitar al vencedor. Fue un gran ganador y contó con mucha ayuda por nuestra parte. Recibió mucha ayuda. Le di mi apoyo, un apoyo muy firme. Y fue realmente inesperado conseguir esa victoria, ya que algunos pensaban que sería difícil ganar. Y no solo ganó, sino que lo hizo por un amplio margen. Fue algo fantástico», declaró Trump, que no se cortó a la hora de reivindicar su parte de gloria. 

«Contó con mucha ayuda por nuestra parte. Recibió mucha ayuda. Le di mi apoyo, un apoyo muy firme. Y fue realmente inesperado conseguir esa victoria, ya que algunos pensaban que sería difícil ganar. Y no solo ganó, sino que lo hizo por un amplio margen. Fue algo fantástico»

El estadounidense celebró que el partido de Milei, a quien considera un aliado estrecho, se impusiera en las provincias y territorios más importantes de Argentina, como la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, y obtuvo una inesperada victoria en la provincia de Buenos Aires, donde había sido aplastado por el peronismo en los comicios provinciales de septiembre pasado.

Más allá de un simple respaldo al candidato, Trump llegó a condicionar la ayuda a Argentina a una victoria de Milei en estos comicios. El presidente reconoció también el trabajo del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien negoció personalmente auxilios financieros con instituciones privadas y destacó su trabajo hacia los países suramericanos. «Estamos apoyando a muchos países de Suramérica. Nos centramos mucho en Suramérica y estamos consiguiendo una gran influencia en Suramérica en muchos sentidos», comentó al respecto.

Arrancando la motosierra

Mientras un señor de Washington se vanagloriaba de su victoria, Milei, pletórico, avanzaba ya los primeros pasos que va a dar, ahora que ha ganado estabilidad en las Cámaras del país. Dice estar más convencido de profundizar en sus objetivos de desregular la economía y meter la motosierra, un modelo que Trump aplica también en EEUU (que sigue en cierre de Gobierno, por cierto).  

Milei trató de presentarse más moderado y dialoguista, porque no acusó ahora de «ratas» o «mandriles» a sus oponentes y porque reiteró su convocatoria a gobernadores provinciales y legisladores de la oposición para buscar acuerdos, una iniciativa reclamada por el Gobierno de Trump para darle sostenibilidad al programa ultraderechista. “Ayer mismo [por el domingo] abrimos el diálogo. Estoy dispuesto a sentarme con los gobernadores”, remarcó el presidente este lunes, en diálogo con el canal A24. “Necesito ahora una contraparte política para avanzar con las reformas. Ya cumplimos el 98% de las promesas de campaña. Con este resultado tengo que ir a buscar las reformas que me faltan”.

En particular, Milei se refirió a lo que llamó «reformas de segunda generación», una modificación de los regímenes impositivo y del mercado de trabajo. “En lo tributario, planeamos bajar impuestos y también iremos hacia una modernización laboral que no implica una pérdida de derechos”, planteó. Y envió un mensaje a las centrales sindicales: “Los sindicatos saben que esto no funciona, que si lo piensan como negocio están liquidados”. Sin dar precisiones sobre sus proyectos, sugirió que con ellos ganarán “todos porque habrá más trabajadores registrados”. Hoy el empleo informal supera al 40% en Argentina.

El Gobierno ya cuenta con un texto base: la “Ley de Promoción de Inversiones y Empleo”, presentada en 2024 por la diputada libertaria Romina Diez, cercana a Karina Milei. La iniciativa busca incentivar la contratación formal a través de beneficios fiscales para pymes y recuperar algunos artículos del DNU 70/2023, suspendido por la Justicia.

El proyecto que la Casa Rosada espera enviar al Congreso en diciembre apunta a “actualizar una legislación con más de medio siglo de antigüedad”, según explicó el secretario de Trabajo, Julio Cordero. Entre los ejes que se negocian en el Consejo de Mayo figuran, según la prensa local:

  • Convenios por empresa con mayor flexibilidad para negociar condiciones laborales.
  • Incrementos salariales por productividad o mérito individual.
  • Extensión del período de prueba, de tres a seis meses, y hasta 12 en el caso de pymes.
  • Digitalización de registros laborales y simplificación de trámites.
  • Creación de un banco de horas, que permitirá reorganizar la jornada según la demanda.
  • Fondos de cese laboral como alternativa a la indemnización tradicional.

El esquema contempla además medidas controvertidas, como la posibilidad de fragmentar vacaciones, ampliar la jornada laboral hasta 12 horas y pagar parte del salario en vales o tickets, una práctica que ya tuvo objeciones judiciales. También incluye la opción de abonar en cuotas las indemnizaciones por litigios laborales.

Cambiar o no cambiar

Así como el espaldarazo electoral llevó a Milei a reflotar sus propuestas, también le puso un freno a la renovación que había anunciado para su Ejecutivo. Fue una consecuencia directa de lo inesperados, aún para el Gobierno, que fueron los resultados. “¿Quién pensaba que podíamos ganar la provincia de Buenos Aires? Lo vamos a tener en cuenta para los cambios”, dijo. Está por ver quién y cómo se marcha, al final. 

La mayor sorpresa de los comicios, el fundamento del triunfo nacional de Milei, se registró en la provincia más grande y poblada de Argentina, donde reside casi el 38% de la nómina de votantes del país. Allí, hace 50 días, La Libertad Avanza había perdido por casi 14 puntos ante el peronismo, en los comicios locales. Este domingo, la ultraderecha revirtió la derrota en Buenos Aires y se impuso con el 42,45% de los votos frente al 40,91% de Fuerza Patria, la lista peronista.

“Esto reconfigura la estructura política que debo armar para negociar y aprobar las leyes que prometí a los argentinos”, dijo Milei. “El gabinete se diseña de acuerdo con las alianzas que tenga que ir a buscar. Se va a construir a la luz del nuevo Congreso”, señaló. Lo que no se va a modificar, aseguró, es lo que él llama “el triángulo de hierro”, la estructura que concentra el poder de decisión a su alrededor y que conforman su hermana, Karina Milei, y su asesor Santiago Caputo. Los enfrentamientos y las tensiones entre los sectores que ambos representan han marcado el devenir del Gobierno en sus casi dos años de gestión.

Algunas bajas en el Ejecutivo ya están confirmadas. La semana pasada renunció el ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, cuestionado internamente por fallos en la negociación con Trump. Ya fue reemplazado por Pablo Quirno, exsecretario de Finanzas. También había anunciado su dimisión desde este lunes el titular de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, pero aún no formalizó su salida. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su par de Defensa, Luis Petri, así como el portavoz presidencial, Manuel Adorni, fueron electos legisladores y dejarán sus cargos cuando asuman sus bancas, el 10 de diciembre.

Con su 40% de votos a nivel nacional, La Libertad Avanza alcanzará, sumando aliados, 107 bancas de la Cámara de Diputados, sobre un total de 257. Ese número le permitirá sostener los decretos y los vetos presidenciales, y la dejará cerca de conseguir aprobar leyes por mayoría simple. En el Senado, tendrá 24 escaños, un tercio del cuerpo compuesto por 72 legisladores.

Por su parte, con el 31% de los sufragios que recibió en estas elecciones, el peronismo retendrá 98 bancas en Diputados y un tercio del Senado. Verá menguado su poder de fuego en el Congreso, pero seguirá siendo la principal oposición. Al resto de las bancadas –provinciales, de izquierda y de centro– les tocará el rol de árbitros en un Parlamento polarizado.