Ha sido un acto realmente bonito y emotivo. El funeral de Estado por las 237 víctimas de la DANA celebrado en Valencia el día en el que se cumple justo un año de aquella trágica jornada.

Los reyes, involucrados con la tragedia desde las primeras horas, han presidido el homenaje y en él, una vez más, la reina ha demostrado su empatía y compasión por las víctimas, intentando en muchos momentos contener la emoción. Así ha ocurrido momentos antes de que comenzase el funeral, cuando ha conversado con algunos familiares de los fallecidos para ofrecerles unas palabras de consuelo.

Pero uno de los gestos más bonitos de la reina Letizia lo ha tenido con Andrea Ferrari, hija de Eva María, que falleció al salir del trabajo. Antes de que la joven subiese al escenario, Letizia, desde su asiento, le ha tomado de la mano y le ha dirigido varias miradas de apoyo.

«Hoy hace un año que nos cambio la vida a todos y todavía sentimos el vacío que nos dejaron aquellos días», ha iniciado Andrea Ferrari su discurso en el que se ha acordado de todas las víctimas y de la solidaridad que recibieron durante aquellos días. «Gracias por recordarle al mundo entero que en medio del caos, la humanidad sigue existiendo», decía antes de hablar de su madre. «Hablar de ella es hablar de amor y luz en estado puro. La personas con más brillo y con una energía radiante que iluminaba todo lugar donde iba. Una increíble persona, amiga y sobre todo madre (…). La persona más bonita del mundo entero. (…) Estoy muy orgullosa de poder decir a los mil vientos que tú eras mi madre porque tú eres inigualable y como tú no hay ni habrá ninguna», contaba emocionada sobre ella.

Al terminar, la reina, atenta a sus palabras y a su emotivo discurso, se ha levantado para aplaudirla y recibirla con un cariñoso y cálido abrazo que la protagonista ha recibido con ternura y entre lágrimas.