Tres jornadas consecutivas ante rivales clave por Europa y tres arbitrajes con polémica para el Real Betis. En el club verdiblanco están siendo comedidos en sus declaraciones, tanto de dirigentes como de jugadores y cuerpo técnico, teniendo en cuenta la nueva directiva de la … Real Federación Española de Fútbol y la renovación del Comité Técnico de Árbitros. Una situación que aún no es tensa pero que en Heliópolis se está empezando a ver como complicada dado que coinciden tres actuaciones arbitrales con jugadas más que dudosas en contra ante rivales potentes en la lucha por puestos continentales. En Cornellá lo salvó todo Pau López y en Villarreal fue Antony el que obró la igualada pero contra el Atlético no hubo opción.

Y es que se reclaman hasta tres penaltis, uno en cada partido, en las últimas jornadas por parte verdiblanca. La caída de Abde ante el Espanyol tras un rechace a un tiro de Fornals cuando iba a rematar el extremo y fue golpeado en la cabeza por El Hilali. No quiso saber nada de esa acción Galech Apezteguía, que tampoco había pitado un empujón sobre Lo Celso en el 1-0 local y que sí quiso apreciar penalti de Valentín Gómez en la última acción del partido. Menos mal que Pau mantuvo la ventaja bética en el marcador para el triunfo final.

En Villarreal pitaba el extremeño Hernández Maeso y en el minuto 81, con el Betis entregado al ataque buscando el empate, cayó Lo Celso agarrado por detrás por Pau Navarro cuando afrontaba la meta local y antes de una entrada de Rafa Marín que desbarató la ocasión. El argentino se quedó en el suelo reclamando y ni el VAR llamó al colegiado al monitor.

Lo mismo ocurrió ante el Atlético con Martínez Munuera arbitrando, dado que el alicantino obvió la falta que había recibido Natan de Le Normand con agarrón y patada cuando se disponía el bético a rematar con Oblak ya fuera de su portería. Para colmo, la acción continuó con la jugada del 0-2 de Baena.

En el Betis están expectantes a ver cómo se desarrollan los siguientes arbitrajes para ver si elevan o no su voz dado que esta concatenación de jugadas polémicas no está sentando nada bien en el seno de la plantilla. Y no sólo eso, sino también el trato en las decisiones menores como faltas o amonestaciones.