Cuarenta años después de poner a rodar el DeLorean más famoso del cine, Christopher Lloyd ha vuelto a hacerlo: viajar, aunque esta vez sin condensador de fluzo y con un tenedor en la mano. El actor estadounidense ha llegado a Madrid para celebrar el 40º aniversario de Regreso al futuro, que vuelve a los cines este 31 de octubre reeditada por Universal Pictures.

Y antes de verse con Pablo Motos en El Hormiguero, Lloyd ha decidido cumplir con un ritual español más infalible que cualquier máquina del tiempo: sentarse a comer una paella. El intérprete ha compartido la foto en su cuenta de X, y no ha hecho falta más. En cuestión de horas, el arroz de Lloyd se ha vuelto viral.

En la imagen se le ve serio, concentrado, gafas oscuras, suéter negro y una paellera delante que haría viajar a cualquiera… pero al Mediterráneo. El plano es tan cinematográfico que parece un homenaje involuntario a su personaje: el científico que desafiaba las leyes del tiempo ahora se enfrenta a las del socarrat.

El actor, de 86 años, ha llegado a España para recordar una película que marcó época y para demostrar que la energía no se genera solo con plutonio. En su charla con Pablo Motos confesó que aquel rodaje fue “inolvidable, lleno de ingenio y de una creatividad que no se apaga con el tiempo”.

Cuando le preguntaron a qué época viajaría si pudiera, respondió sin dudar: “Al futuro, para ver cómo terminan algunos de los conflictos a los que se enfrenta hoy la humanidad”. En otras palabras: Doc Brown sigue teniendo más esperanza que el resto de nosotros juntos.

Lloyd también dejó claro que no tiene intención de jubilarse: “Actuar sigue siendo mi pasión y, mientras tenga fuerza, seguiré haciéndolo”, dijo con una calma tan desarmante como su sentido del humor.

El programa cerró con un homenaje de Marron llamado “Regreso al futubo”, un experimento científico que hizo reír al actor. “Este programa es una locura”, comentó mientras veía cómo su propia leyenda se convertía en número de plató.

Sin condensador de fluzo, sin cables ni 1,21 gigavatios, Lloyd ha vuelto a demostrar que no hay viaje temporal que supere el de comerse una buena paella en Madrid.