Telefónica incluirá en su plan estratégico que presentará el próximo día 4 una reducción del dividendo con el objetivo de fortalecer la caja y reducir la deuda, según publica la agencia Bloomberg citando fuentes familiarizadas con el asunto. Un portavoz de la compañía ha declinado hacer comentarios.
La decisión se justifica en que la multinacional española ofrece una de las rentabilidades por dividendo más altas entre las operadoras de telecomunicaciones europeas y su nueva política busca alinearla con la de sus competidores, indicaron las mismas fuentes. Telefónica dedica anualmente en torno a 1.700 millones de euros al pago del dividendo, a través de dos pagos por 0,30 euros la acción en total. La acción cae a media sesión de este viernes un 2% hasta los 4,38 euros por título.
La medida pretende fortalecer el balance, generar flujo de caja libre para afrontar inversiones futuras y demostrar un compromiso firme con la disciplina financiera, como prometió el presidente de la operadora, Marc Murtra, cuando accedió al cargo en enero pasado.
Según el plan, el objetivo de rentabilidad por dividendo de Telefónica se reducirá del 6,6% estimado para 2025 y 2026 a alrededor del 4,8% para este año y del 5,2% para el próximo, que es el promedio estimado para el sector según los cálculos internos de la compañía, según las mismas fuentes.
Consenso con accionistas
La medida se ha discutido con los principales accionistas que cuentan con representación en el consejo de administración que habrían dado su apoyo a la misma. Este núcleo está integrado por la Sociedad Estatal de Participaciones (SEPI) (10% del capital), CriteriaCaixa (10%), Saudi Telecom Company (9,9%) y BBVA (5%).
De esta forma, el recorte supondrá una merma en los ingresos para las arcas del Estado que se embolsa 170 millones al año, tras hacerse con el 10% del capital en 2024 a través de la SEPI con un desembolso superior a 2.300 millones de euros. También impactará en los balances de Caixa y BBVA, que han tenido que computar varias depreciaciones en los últimos años por sus participaciones debido a la caída de la cotización.
Además, la disminución del dividendo no solo afectaría a los accionistas de referencia, sino que impactaría en el ánimo del pequeño inversor, que ve como la cotización sigue sin despegar tras años de duro castigo y su mayor recompensa es cortar el cupón dos veces al año. En lo que va de 2025, las acciones se han revalorizado apenas un 10% frente al 38% de media de las empresas del Ibex 35, el 40% que ha subido Orange o el 38% de Vodafone Group, por poner algunos ejemplos. La revalorización de la acción será clave en el nuevo plan estratégico que presente Murtra, una asignatura que suspendieron con estrépito sus antecesores en la presidencia -Pallete y César Alierta- porque la capitalización de Telefónica no ha dejado de caer desde el año 2000 en el que tocó máximos y hoy vale ocho veces menos que entonces.
El recorte del dividendo supone una ruptura drástica con la tradición para una compañía que durante mucho tiempo se ha enorgullecido de su generoso dividendo. El antiguo monopolio telefónico solo ha reducido su dividendo tres veces en las últimas tres décadas: un recorte del 28% en 1998, una suspensión de un año en 2012 y un recorte en 2020 del 25% (desde 0,40 a los actuales 0,30 euros por acción).
Con el ahorro que Telefónica consiga de esta medida fortalecerá su posición de caja de cara a encarar en el futuro operaciones corporativas de consolidación como la compra de Vodafone España o de la alemana 1&1. No obstante, en caso de materializarse alguna de esta operaciones deberá recurrir a una ampliación de capital para no engrosar la deuda.
Los ahorros también ayudarían a Telefónica a reducir su ratio de apalancamiento. Incluso después de reducir su deuda en unos 23.000 millones de euros (27.000 millones de dólares) en los últimos nueve años, la operadora sigue estando entre las operadoras de telecomunicaciones más endeudadas de Europa y tiene la calificación crediticia de grado de inversión más baja de las tres principales agencias de calificación. La deuda que actualmente se sitúa en 27.609 millones de euros a finales de junio (37.149 millones con arrendamientos)
La compañía espera reinvertir los ahorros procedentes de los dividendos en redes, servicios existentes y nuevos, ciberseguridad y defensa, según las fuentes. También está considerando opciones para hacer más eficiente su infraestructura, incluyendo acuerdos de compartición de red que evitarían la duplicación.