+ ELUVEITIE + AMORPHIS + GATECREEPER
Sábado 25 de Octubre de 2025 – Palacio de Vistalegre – Madrid
¿Hay algún fin de semana en la capital en el mes de octubre, en el que no haya ningún concierto que ver?. Casi diría que llevamos una racha de varios conciertos semanales, dejándonos alguno por el camino…es una auténtica locura, la oferta de la que disponemos la gente del rock a la hora de escoger en qué gastar nuestro tiempo y dinero. Pero, entre toda esa vorágine de giras entre las que elegir, la fecha en la que ARCH ENEMY habían decidido presentarnos su último «Blood Dinasty», era casi sagrada. Muchas son las veces que podemos ver a los suecos por España en los últimos años, mostrando un crecimiento escénico cada vez mayor…cada vez más potente respecto a la vez anterior, y eso, el fan lo valora, lo ve y lo disfruta. No voy a abrir el melón de si la etapa de Angela Gossow o Johan Liiva es equiparable a la de Alissa-White Gluz, y por supuesto, no voy a perder el tiempo en comparar etapas, ni generar debates absurdos. Lo creo realmente innecesario, ya que cada uno tendrá sus preferencias, pero que la banda está en un claro ascenso de popularidad, que todavía no ha rozado siquiera su límite, es un hecho, incluso ahora que han perdido a Jeff Loomis por el camino (aunque su aportación no brillase todo lo que podía, ni en estudio, ni en directo), reclutando a Joey Concepcion, a quién, por cierto, tenía muchas ganas de ver en acción. Sea como fuere, el poder de convocatoria de los de Amott es grande, algo impepinable y totalmente corroborable si te dejaste caer el sábado en los alrededores de Vistalegre. Claro que, algo ayuda el contar con nada menos que AMORPHIS, ELUVEITIE y GATECREEPER para ayudar a visibilizar más si cabe semejante acontecimiento. Yo al menos, tenía muchas ganas de hincar el diente al cartel y pasar una tarde que casi pudimos considerar un mini festival de cuatro bandas, y hacer un maratón de grandísimas formaciones en formato de tiempo reducido. Ofertas así, con tan envidiable atractivo de plantel, no se ven todos los días.
Los estadounidenses GATECREEPER serían los encargados de recibirnos, ya con una muy buena porción de público pendiente de ellos, mientras el resto de asistentes enseñaban su QR para entrar (¿dónde quedó aquello de picar o rasgar la entrada?…¡nos hacemos mayores!) y, para nuestra sospresa, los jóvenes death metaleros se tuvieron que conformar con poder colgar su telón tras ellos, poner cuatro cadenas sobre los amplis, y desplegar sus encantos rodeados, casi en exclusiva, de luces verdes tenues. Menos mal que los chicos, que ya llevan desde 2013 repartiendo guantazos por los escenarios, obviaron lo precario de su parte visual impuesta, y nos azotaron sin compasión con «Death Star», tema que abre su último «Dark Superstition» y que, con un sonido más que decente, nos dejaban intuir un sonido deudor de las guitarras crujientes de ENTOMBED, la actitud vocal de OBITUARY y unas formas muy old school, que en lo que a mí se refiere, me tuvieron encandilado desde que pisaron el stage.
Chase “Hellahammer” Mason se mantuvo muy activo durante todo el concierto, moviendo su mano de arriba abajo, motivando al público ante una música que suena como una apisonadora, y cuyo mérito radica en hacer que disfrutemos de nuevas propuestas hijas bastardas de «Clandestine», «Cause of Death», «Massive Killing Capacity» o «War Master». El que no conozca estas obras, que haga el ejercicio de regalarle algo impresionante a sus oídos. No dejaron de patear culos, como les gusta decir en su tierra, con salvajadas como «Caught in the Treads», y es que replicar el sonido de ENTOMBED por parte de Eric “The Darkest Cowboy” Wagner e Israel Garza, tal y como hicieron, es miel para los oídos más exigentes, pues creo que lograron una atmósfera muy similar a la que generaban las bandas clásicas a primeros y mediados de los 90. Pelos moviéndose circularmente, oscuridad, una voz desgarradora y una tanda de temazos incontestable…cosas como «The Black Courtain» lograban sacar un poco los pies del tiesto, acercándose a un death metal menos descarnado, con melodías asomando, pero lo hacían con tanta convicción y fidelidad a un estilo, que de veras ví futuro en ellos, cogiendo testigo y haciendo carrera de fondo hacia la meta con orgullo. Apostando, además, por un gran disco como el que presentaban, sabiendo que temas como «Mistaken For Dead» o «Flesh Habit», enorgullecerían a los propios hermanos Tardy. Otros como Skeletal Remains lo han intentado sin el nivel de éxito de estos.
Para terminar de fusilar su tiempo, «From the Ashes» del anterior «Deserted», «Sick of Being Sober» de su debut «An Unexpected Reality» (muy death’n’roll) y «Flamethrower» de su segundo «Sonoran Depravation», hicieron la boca agua de los más amantes de sonidos auténticos, puros y extremos, distribuyendo su set de un modo inteligente, con un tramo completo dedicado a sus nuevas composiciones, y una traca final representando toda su carrera. Y yo, adorador de las trayectorias de las bandas citadas, ya tengo otro referente actual para que nutra mis oídos y mi colección discográfica. Buenísimos GATECREEPER, desde Arizona.
Puntualidad, un telón gigantesco con la portada de su nuevo disco, «Borderland», y primera banda por la que se había movido gente en exclusiva. AMORPHIS son tan eclécticos, variados y únicos, que pueden gustar al público de los anteriores GATECREEPER, tanto como al de ELUVEITIE. A mí mismo, me encantan por igual álbumes tan dispares como «Tuonela», «Eclipse» o «The Beginning of Times».
Los finlandeses no tienen límites, y ahí estaban, saltando al escenario, preciosamente distribuido por cierto, con el teclado bien visible de Santeri Kallio y la batería de Jan Rechberger sobre una tarima, tres plataformas y un juego de luces a años luz del que la banda de apertura dispuso. Tras la intro, «Bones» nos muestra a una banda sonando muy profesional, poderosa, con gran presencia de los teclados, que envolvían la música sin taparla, y un Tomi Joutsen enérgico, muy atinado con sus voces más rabiosas, aunque en las más limpias se le escuchase algo más débil debido a la propia configuración del equipo.
Los solos de Esa Holopainen tienen un tono precioso, y creo que lograron un nivel de ecualización agradable al oído desde el inicio, algo que comentamos entre compañeros. Saltamos 16 años atrás, concretamente a «Skyforger» , «Silver Bride», y su maravillosa melodía que sonó perfecta, grandilocuente, en su tono original y un Tomi muy acertado en sus voces sosegadas, que hizo las delicias de los muchos fans de AMORPHIS, para los que eran el plato fuerte de la noche.
Aquí la agresividad se tornó belleza, en un tema que disfrutamos como locos, y en la que disfrutamos de la versatilidad del comunicativo y simpático vocalista. Los impresionantes efectos de guitarra al inicio de «Wrong Direction» lo llenaron todo en cuanto al sonido, atmosférico y lleno de matices, al menos desde donde yo me ubicaba, dejando que «Queen of Time» fuese uno de los grandes protagonistas de su espectáculo, que estaba siendo una delicia a nivel musical. El teclado de Santeri, de raíz progresiva, acompaña en todo momento a una pieza impresionante que sonó con gran fidelidad y con la delicadeza que requiere. Cada matiz, cada arreglo, está ahí, y eso es digno de elogio en una banda como AMORPHIS.
Echaron la vista atrás con «The Moon» de «Halo» (2022), y de nuevo, ese «algo» de las melodías de AMORPHIS, acompañado de la impresionante voz gutural de Joutsen, combinado con su tesitura limpia, logran una sensación nostálgica, bella, que solo logran bandas de su calibre y nivel. Ojo al dulce musical que supone el puente del tema en directo… ¡intenso!. «Dancing Shadow» de su nueva obra, ya parece ser conocida entre los asistentes, a juzgar por el nivel de disfrute del personal.
Pero las cuerdas iniciales, arabescas y evocadoras, de «Death of a King», crean a continuación una de las más impresionantes estructuras musicales de la noche, para el deleite de todos. La percusión de Jan Rechberger, la fuerza de la voz, el increíble estribillo… los astros estaban alineados a favor de AMORPHIS y sus fans, que veían como, inevitablemente, la corta estancia de los músicos en escena no se alargaría mucho, cuando empieza a sonar «Black Winter Day» del clásico «Tales From the Thousand Lakes», desprendiendo un aura único, intenso, con las líneas de teclado copando una pieza musical de gran peso en la historia de la banda, y del propio género musical.
Ni qué decir que cuando sonó «House of Sleep» del «Eclipse», volvieron a tocarnos la fibra a través del gran single que es, que cantó gran parte del público. «The Bee» fue la maravilla elegida para despedir algo menos de una hora de pura musicalidad, con unos integrantes en su estado máximo de expresión y un repertorio perfectamente elegido para la ocasión. Otra demostración de la grandeza que atesora una formación tan especial como ellos.
Nuevamente, la crew cambia el atrezo rápidamente para que la banda suiza ELUVEITIE nos trajese su metal arropado de música celta, el cual llevan practicando desde 2006 (en estudio) y su sensacional «Spirit». Creo que fue en la gira de «Ordes of Chaos» de KREATOR, cuando aluciné con su aparición en Madrid, siendo teloneros de los titantes del thrash germano…y, desde entonces, he sentido un enorme respeto por aquella banda que igual te sorprendía con una melodía de zanfona, que con un growl.
Mucho ha llovido, cambios de formación, discos memorables, experimentación, evolución… ELUVEITIE llegaron pisando fuerte, y ahí estaban de nuevo, con un escenario repleto de tarimas enfundadas en color verde, emulando puro norte, una vitrina para la batería, y los ocho miembros preparados para teñir de instrumentos poco convencionales Vistalegre.
Empezar con «Ategnatos» es apostar fuerte por el show, y saber que aunque «Ànv» es un gran álbum, el peso del álbum de 2019 es mucho mayor. Se ha convertido, por ende, en uno de los más queridos de su discografía.
Obvio es que el gran protagonista en el tema es Chrigel Glanzmann, aunque es abrir la boca Fabienne Erni para interpretar los coros, acompañando a cada pasaje de la canción, y el espectáculo asciende a otro nivel… ¡menuda voz y carisma!. La banda suena brutal, y eso que son mil miembros. Está claro que esta noche, es una de sus noches.
Lea y Fabienne llenan los laterales del escenario, y cada músico ejecuta a la perfección el instrumento de su competencia…pocas, muy pocas bandas con sonidos folk pueden presentar su música como ellos, del modo en que lo hacen. Si la siguiente en caer es «Deathwalker», también de «Ategnatos», está claro que ELUVEITIE han venido a arrasar, a darlo todo, sonando impresionantemente bien, y con una actitud sobresaliente. El público encandilado, y la banda on fire.
Su último trabajo sale a relucir con todas las manos en alto para recibir «The Prodigal Ones», en la que disfrutamos de una motivada y acertada Fabienne que, en mi opinión, ha pasado a ser la protagonista de la historia actual de la banda…un paso al frente y mirada hacia arriba. «Exile of the Gods» como single, es una maravilla, y en el set encaja a la perfección, con ese fácil estribillo que deja escuchar con claridad la impresionante voz femenina, por encima de un Chrigel que, haciéndolo muy, pero que muy bien, siempre creo que sobrecarga sus versos, tanto en estudio, como en los propios directos. Cuestión de gustos.
Queda claro, tan pronto como empieza a sonar «A Rose for Epona» de «Helvetios», que aquel álbum es algo especial, y que le queda increíble a la voz de Fabienne. La comercialidad, sensibilidad y accesibilidad del tema, cala entre el público, que convierte el concierto de ELUVEITIE en el que más movimiento de manos agitó entre las primeras filas.
«Premonition» de «Ànv» ponía la guinda más dura antes de un festín celta de la mano de la preciosa y movida «Ambiramus», la conocidísima «The Call of the Mountains», con todo Vistalegre volcado en el estribillo, acompañando a la banda, dejándose para el final del set «King» del buenísimo «Origins», y, por supuesto, su pequeño homenaje a sus inicios con «Inis Mona», demostración absoluta de que los suizos han sido una de las bandas más consecuentes con su propia historia, comprometidos con su música y sus fans. Nos dejaron un concierto de élite, con feeling, perfecta ejecución instrumental y un repertorio cargado de lo mejor que pueden dar de sí. Tres de tres. Y vamos a por el plato fuerte.
Un telón con el lema «Pure Fuckin’ Metal» respaldado por «Bark at the Moon» sonando, es testigo de como, ojipláticos, todos esperamos a ver el escenario que guardan ARCH ENEMY tras la gigantesca tela. El atrezo de la anterior gira, dedicada a «Deceivers», ya me pareció precioso, pero es cuando pasada la hora de inicio como en 15 minutos, se para la música del madman y «Set Flame to the Night», la imponente intro del «Will to Power», grita que ya queda poco para ver a los músicos hacer su trabajo. Las siluetas de los héroes de la noche se vislumbran de modo traslúcido, siendo la figura de Alissa la última en dejarse ver.
Cae el telón abruptamente, y vemos un escenario completísimo, torres de luces giratorias, varias alturas, focos robóticos, y un enorme telón coronando el atrezo, con motivos de su nuevo «Blood Dinasty». A nivel visual todo es impresionante, y una Alissa nos agrede con «Deceiver, Deceiver», aunque el sonido es, desde donde me hallo, espantoso en muchos aspectos. La inmensa batería de Erladson es una bola que pisa todo lo demás, la voz de Alissa, que estrena atuendos para esta gira, no se escucha, y solo podemos deleitarnos con una fuerza visual que no es acompañada convenientemente por unos músicos que están tocando como deben, pero sin sonar como tal.
Como detalle cuanto menos curioso, y poniendo a ARCH ENEMY muy arriba por esto, cuando arrancó «Ravenous», las guitarras de Amott y Concepcion empezaron a percibirse más afiladas, la voz de la frontwoman se distinguía, y la batería ya no sonaba tan alta. Un ejemplo de banda profesional, que es capaz de empezar en el fango y emprender vuelo a pesar de adversidades…esto ya, sonaba. No de lujo, pero sonaba.
El oro de verdad comenzó en «Dream Stealer», tema de apertura de un «Blood Dinasty» que cada día me gusta un poquito más, sin la inmediatez de «Deceivers». El escenario es una locura en cuanto a iluminación, pero es que la banda se empieza a escuchar perfecta, compacta, con un punch de narices y muchísima energía, en un show muy medido y estudiado para que no pares de cantar junto a Alissa, que no para de posar, moverse, saltar y dirigirse a nosotros.
Desde luego, y me duele decir esto… no eché de menos al gran Loomis, con un Concepcion muy limpio, acertado, y perfecto acompañante del jefe, convirtiendo el tema en un futuro candidato firme a estar en los set de la banda, que, entre tonos morados, mucho movimiento y fogonazos de humo, aplasta con su ya conocida y diría que manida propuesta. La propia «Blood Dinasty», sería la segunda en aparecer del nuevo álbum, muy bien recibida, antes de que la chica del pelo azul se dirija a nosotros para presentarnos un descomunal «War Eternal» de su debut junto a ARCH ENEMY.
Es curioso ver el efecto que genera «My Apocalypse» del «Doomsday Machine» en la gente, en uno de los grandísimos momentos del show, en el que el bajo de D’Angelo echa humo, y la guitarra de Michael desprende una fiereza absoluta…¡un clásico de clásicos!. Imponente, es poco. El logo de la banda, con una estrella invertida, amenaza con que esto no va a parar, y de verdad, el sonido tiraba de espaldas…¡sí!, ¡en Vistalegre!. Aquí he llegado a ver a grandes bandas caer estrepitosamente, y a otras sonar como los ángeles. ARCH ENEMY estaban asentados en la segunda lista hoy. Y eso que la cosa había empezado asustando, y no para bien.
El riff de «Illuminate the Path», tras una pequeña intro, es de quilates para mover la melena entre tonos rojizos, barras de luz infernales que se degradan hasta conseguir un azul oscuro, tonos verdosos y un atrezo que quita el hipo… Alissa, bandera en mano, no para de sorprender con su chorro de voz, aunque he de decir que los tonos limpios, suenan quizás demasiado agudos para la tónica del tema en su versión directo. El estribillo es más accesible, pero el tema es dinámico, potente y gusta, sin más. Como última carta de «Blood Dinasty», cae un «Liars & Thieves» que es tarareable, con un olor a AMON AMARTH importante en su inicio que muta hacia algo más caótico y extremo, lo cual parece gustar a los fans, especialmente a los más jóvenes, que disfrutan de este tipo de propuestas.
Llega el que para mí, fue el momento del concierto y de la noche…un «The Eagle Flies Alone» aplastante, emocionante, descomunal y con un público plenamente volcado en hacer del show y el momento algo memorable. Lo consiguió, no hay duda, conectando inmediatamente con «First Day in Hell» del «Will to Power», que contó con la representación más espectacular de la noche, en tonos rojos, súper heavy. Casi esperabas que saliesen SLAYER a tocarla. Una gozada visual y sonora.
Tras el respiro «Saturnine», «Sunset Over the Empire» del «Deceivers» puso Vistalegre del revés (me encantó su incursión, pero ¿han olvidado «Poisoned Arrow» del mismo disco?… espero la recuperen en algún momento de su historia. Pasión por ese tema siento). La tarareable «No Gods, No Masters» del «Khaos Legions» es una de las habituales, y puso a la plaza a saltar. Me gusta muchísimo como Alissa hace suyo el clásico, y es que lo he dicho en alguna ocasión…me gustaban con Gossow, pero con Alissa no adolecen, e imprime una dinámica, fuerza y técnica indiscutibles a los conciertos de ARCH ENEMY.
La banda volvió a mirar cara a cara a «War Eternal» en «Avalanche», antes de retirarse para darle otro empujón al final del evento. «Snow Bound» del mastodóntico «Wages of Sin» hace aflorar la nostalgia, antes del apocalipsis con una final «Nemesis» agresiva, ejecutada de modo despiadado, milimétricamente, que despedía lo que en un principio parecía una hecatombe, y que terminó siendo un torbellino.
De menos a más, lograron dejarnos una noche memorable, sin clásicos de los primeros álbumes, y quizás con una duración un tanto escueta. Pero lo que nos dieron, nos lo dieron con ondas. Grandísimos ARCH ENEMY que conformaron, junto a las tres bandas previas, una grandísima paleta del metal más variado y de calidad. Para repetir.
Texto: José Rojo
Fotos: Manu Arcas
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