El Telescopio de Sondeo VLT (VST), parte del Observatorio Europeo Austral (ESO) y situado en el desierto de Atacama, en Chile, ha logrado capturar una impresionante imagen de una vasta nube de gas y polvo interestelar, cuya forma ha sido asociada con la silueta de un murciélago. Gracias a su amplio campo de visión, este instrumento ha permitido obtener una visión completa de la estructura, que se extiende sobre una región del cielo equivalente a cuatro lunas llenas.
La formación, ubicada a una distancia aproximada de 10.000 años luz, se encuentra entre las constelaciones australes de Circinus y Norma. En la imagen obtenida, el «murciélago cósmico» parece dirigirse hacia un punto brillante situado por encima de su figura, como si estuviera en busca de alimento.
Esta nube no es una estructura cualquiera, sino una activa región de formación estelar, lo que los astrónomos denominan una «guardería estelar». Se trata de un entorno donde nacen nuevas estrellas, alimentadas por las densas concentraciones de gas y polvo. La radiación emitida por estas jóvenes estrellas tiene la capacidad de excitar los átomos de hidrógeno que las rodean, provocando el característico resplandor rojo que domina la escena.
Destacan en la imagen los filamentos oscuros, similares a un esqueleto, que atraviesan la nebulosa. Estas franjas opacas corresponden a zonas de gas más frío y denso, cuyas partículas de polvo impiden el paso de la luz visible procedente de estrellas situadas detrás, creando contrastes que realzan aún más la silueta del presunto murciélago espacial.
Las principales estructuras visibles han sido identificadas como RCW 94, correspondiente al ala derecha, y RCW 95, que forma el cuerpo de esta figura. Ambas designaciones provienen de un catálogo astronómico centrado en regiones brillantes de formación estelar del cielo austral. Las demás secciones del murciélago, sin embargo, no cuentan con denominaciones oficiales.
El VST, operado por el Instituto Nacional de Astrofísica de Italia (INAF), dispone de una herramienta de observación de gran precisión: OmegaCAM, una cámara de última generación con 268 megapíxeles. Gracias a esta tecnología, el telescopio puede registrar imágenes de extensas zonas del firmamento con gran nivel de detalle.
Para la obtención de esta imagen se utilizaron distintos filtros, que permiten capturar longitudes de onda específicas de la luz. La mayor parte de la imagen del murciélago, incluyendo el tono rojizo predominante, fue obtenida en el espectro visible como parte del estudio fotométrico Ha del plano galáctico sur y del bulbo galáctico, conocido por sus siglas en inglés como VPHAS+.
Complementariamente, se integraron datos en el espectro infrarrojo para enriquecer visualmente las regiones más densas de la nebulosa. Estas observaciones proceden del Telescopio de Sondeo Visible e Infrarrojo para Astronomía (VISTA), también del ESO, y forman parte del proyecto VVV (Variables VISTA en la Vía Láctea).
Este tipo de hallazgos, más allá de su belleza visual, aporta valiosa información sobre los mecanismos de formación estelar y la composición del medio interestelar en nuestra galaxia. En este caso, la sugestiva silueta del «murciélago cósmico» sirve de puerta de entrada para descubrir los complejos procesos que tienen lugar en las entrañas del universo.