XOAN A. SOLER

Auténticos fanáticos de la saga, jóvenes que la veían por primera vez y quien llevaba esperando desde su infancia para poder verla en pantalla grande se dieron cita en Cinesa As Cancelas para revivir las aventuras de Marty McFly y Doc Brown
01 nov 2025 . Actualizado a las 16:59 h.

—¿Me estás diciendo que has construido una máquina del tiempo con un DeLorean?

—Yo creo que si vas a construir una máquina del tiempo en  un coche, ¿por qué no hacerlo con clase? Además, la construcción de acero inoxidable produjo la dispersión del fluzo…

La escena la ha visto Camilo más de cien veces. Este viernes, ha sido, como mínimo, la 101, otra vez en pantalla grande, como cuando tenía 13 o14 años y conoció por vez primera a Marty McFly. Era 1985. El tiempo ha pasado igual, porque en realidad no hace falta un DeLorean. El mañana siempre te alcanza. Cuarenta años después, está a punto de volver. De regresar al futuro. «Está superbien contada. No hay a hacer spoiler para los que no la vieron, pero en el final, cuando parece que llega, que no llega, que se cuelga…Todavía me sigue sobresaltando esa parte, aun sabiendo que termina bien».

A su lado está Nicolás. Para él es la primera vez. Para su madre, Irene, no. «Tenía el DeLorean de juguete y nunca he visto la película entera», dice el pequeño. Inés resalta que era una película adelantada a su tiempo. La clave de todo esto es esa palabra. Tiempo.





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La Voz



26 de octubre de 1985, 1.18 horas. El doctor Emmett Brown llega al centro comercial Twin Pines con su DeLorean. Marty McFly, con una cámara de vídeo. Einstein, el perro, se sube al DeLorean, que cuando llega a 140 kilómetros por hora, desaparece. Se ha producido el primer viaje en el tiempo. No será el último, porque el propio Marty McFly acabará en 1955, conociendo a sus padres antes de que fuesen eso… Sus padres.

Bob Gale se preguntó un día si él se habría hecho amigo de su padre si ambos hubiesen ido juntos al instituto. De ese pensamiento surgió un guion, escrito junto a Robert Zemeckis, que no fue fácil llevar a la pantalla. Lo rechazaron varos estudios hasta que Zemeckis tuvo un éxito de taquilla con Romancing the Stone. Universal Pictures decidió entonces darle luz verde a esa historia de viajes en el tiempo. Regreso al futuro había nacido y llevaba el sello del mismísimo Steven Spielberg como productor ejecutivo. 

«Creo que la debí de ver por primera vez cuando tenía… ¿tres meses?», dice una joven. Es lo que ocurre cuando tus padres son fans de una saga de películas que resolvió muy bien la segunda parte, en la que Marty McFly viaja a un futuro que hoy ya es pasado: el 21 de octubre del 2015. «Creo que no estaba pensado que hubiese una secuela», dice otro de los fans de la película a las puertas de la sala 5 de Cinesa As Cancelas. Efectivamente, pero el éxito del primer Regreso al futuro fue tal que se rodaron dos más. 

«La segunda está muy bien casada. Cuadra todo perfecto». Tanto, que cuando el 21 de octubre llegó, la botella de Pepsi Perfect que Marty se bebe en la película se hizo realidad. La marca produjo 6.500 unidades. Lexus, por su parte, sacó una réplica del monopatín volador que imaginaron 30 años antes los guionistas. No, el mundo del 2015 poco se parecía a lo que habían representado. En el fondo, lo sabían: «Sabíamos que no íbamos a tener coches voladores para el año 2015, pero, ¡Dios!, teníamos que tenerlos en nuestra película, dijo Bob Gale.

«É a miña primeira película de ciencia ficción que lembro». Ignacio es de la quinta de Regreso al futuro, así que nunca tuvo la oportunidad de verla en el cine. Donde sí la ha visto siete u ocho veces es en el televisor. «O intríngulis de ir ao futuro, volver ao pasado.. iso é algo que de cativo vólveche a cabeza tola, pensas que molaría que pasara». 

Lo que parece que no mola es la tercera película de la saga, esa en la que acaban en el Salvaje Oeste. Prescindible para la mayoría de los fans que esta tarde se dan cita en As Cancelas. Es la menos querida de las tres películas, aunque tiene su público. «A mí me gusta», dice una espectadora antes de entrar en la sala y poner en marcha el condensador de fluzo. 


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