El alcalde y diputado provincial Alberto Guerrero inauguró este sábado la exposición de pintura hiperrealista de Pauline Saenz-Smith en la Casa Museo Máximo Rojo. El acto reunió a vecinos, artistas locales y autoridades en un evento que destacó la fusión entre el legado del museo y la precisión técnica de la pintora seguntina.

“En pueblos como el nuestro, el arte es una herramienta para combatir la despoblación y poner en valor nuestra comarca”, comentaba Jesús Carrizo,presidente de la asociación cultural de Alcolea ASCUA.
Pauline Saenz-Smith, afincada en Sigüenza, explica su obra como un diálogo entre naturaleza y objetos antiguos. “Cada pieza desafía los límites entre fotografía y óleo, invitando a detener la mirada sobre texturas y reflejos que capturan el paso del tiempo”, señaló la artista. Sus lienzos, pintados con minuciosidad, transforman lo cotidiano –máquinas, flores, metales– en superficies que reflejan memoria y silencio.
PAULINE SÁENZ SMITH
Pauline Sáenz-Smith, pintora hiperrealista afincada en Sigüenza, en esta exposición fusiona su profunda conexión con la naturaleza y su fascinación por los objetos antiguos, como máquinas de escribir o de coser, creando un diálogo visual que desafía los límites entre la fotografía y el óleo. Cada obra es una ventana a un universo de texturas y reflejos, donde la minuciosidad del pincel captura hasta el más mínimo detalle. Es una obra forjada en la observación paciente de aquello que otros saludan sin detenerse. Pauline capta la textura del tiempo sobre la pátina y la memoria acumulada en lo cotidiano. En sus lienzos late un deseo de recuperar la belleza humilde, detener la mirada y redescubrir los matices del silencio y del paso del tiempo a través del óleo y la luz precisa.
El hilo conductor de la exposición son las setas de su querida Sigüenza, representadas con una fidelidad asombrosa. Pauline no solo las retrata, sino que las dota de una presencia casi tangible, realzando la belleza de lo orgánico y lo efímero. Acompañando a esta flora, aparecen los objetos antiguos: viejas máquinas, piezas de cristal y metal desgastado que nos hablan de historias olvidadas y del paso del tiempo. La precisión en el manejo de la luz, que se refleja en sus superficies, es un virtuosismo técnico que convierte cada cuadro en una experiencia inmersiva.
En su obra, el hiperrealismo no es solo una técnica, sino una forma de enaltecer la belleza de lo cotidiano y lo atemporal. A través de sus lienzos nos recuerda que lo extraordinario puede encontrarse en una humilde seta o en el brillo de una máquina olvidada.
La muestra permanece abierta hasta el 15 de noviembre, consolidando la Casa Museo Máximo Rojo como referente del arte en esta comarca de Guadalajara. Una cita imprescindible para quienes buscan exposiciones de pintura en Guadalajara.