Fares Micue es una fotógrafa conceptual nacida en Lanzarote y criada en Gran Canaria, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana. Su obra, enfocada en el autorretrato, se ha exhibido a nivel internacional en espacios como el Mondrian en Singapur o el Rosewood Villa Magna en Madrid. Además, ha sido nominada a varios premios como el Prix de la Photographie en París o el International Color Photography Contest en Estados Unidos, entre otros.
Su fotografía está cargada de simbolismo y colores vivos. ¿Qué tipo de mensajes busca transmitir?
Suelo decir que son poemas visuales. Siempre tengo una historia que intento transmitir a través de las imágenes, en su mayoría mensajes de positivismo y apreciación personal. Intento animar a la gente a valorarse, a que siga sus objetivos y vea que si uno pone la mentalidad y los ojos en el objetivo que quiere, se puede conseguir. Yo lo he experimentado personalmente e intento compartir esas lecciones que he ido acumulando a lo largo de mi vida.

‘Pure gold’, fotografía de autorretrato / Fares Micue
Su fotografía también está cargada de elementos de la naturaleza. ¿Forma parte de su proceso de inspiración?
La primera experiencia viene de mí, pero también intento transmitir sentimientos que son universales a todos los seres humanos. En ello encontramos los elementos de la naturaleza que los pueden expresar de forma sencilla. Por ejemplo, yo pongo mucho énfasis en las flores porque siguen este proceso natural de nacer como semilla, que lo identifico mucho con el potencial que tenemos. Si le damos los pensamientos y el abono adecuados, crece y se convierte en una flor hermosa. También tiene épocas de marchitarse y decaer, pero eso no quiere decir que en la próxima primavera no volveremos a verla. Utilizo esa metáfora natural para plasmar mucho las etapas que tenemos en la vida porque ese proceso siempre se repite. Tenemos el potencial, tenemos la idea. Hay que regarla, cuidarla, cultivarla.
¿Considera que venir de una periferia como Canarias ha supuesto un obstáculo en su carrera artística?
Es un pensamiento que yo solía tener al principio, antes siquiera de pensar en la fotografía como un medio de vida. Siempre me gustó el arte y mi sueño era ser actriz, pero tenía la idea de que necesitas estar en cierto sitio para que te pasen ciertas cosas. Es decir, que hay cosas que no te van a pasar en un pueblo pequeño. Viví en Londres durante un tiempo y, al pasar el tiempo allí, me di cuenta de que no era el entorno lo que impedía que yo tuviera éxito en cierto campo o que encontrase mi camino, sino que era mi mentalidad. Entonces, fuera donde fuese, se iba a repetir lo mismo porque mi mentalidad era la misma. Decidí volver a Gran Canaria, que es donde me crie, y retomé mi hobby, que era la fotografía.
¿Qué repercusión han tenido las exposiciones y los premios en su trabajo?
Diría que no mucha, francamente. Al final, necesitas que el público disfrute de tu trabajo, quiera conocerte mejor, tener tus obras y seguirte como artista. Los premios o las titulaciones ayudan para el currículum, pero a la hora de la verdad lo que importa es que tengas el aprecio de la gente.

‘Morning calm’, fotografía de autorretrato / Fares Micue
Usted fue autodidacta. ¿Cómo fueron sus inicios?
A mí me gustaba escribir y escribía constantemente pequeños poemas, frases y líneas por aquí y por allá. Intenté buscar una manera en la que yo pudiera transmitir esos textos, y pensé en traducirlos a una imagen que yo pudiera manejar. Compré una cámara porque, en un principio, quería unas fotos bonitas. Después descubrí la fotografía conceptual, es decir, la fotografía como medio de expresar una idea imaginaria, algo que no existiese, porque hasta entonces yo solo conocía la fotografía con la que se plasma una realidad o un evento. Se me ocurrió utilizar mis propios textos a modo de guion y plasmar una historia completa como se ve en una película, pero en una sola imagen.
¿Cómo fue su proceso de aprendizaje?
En mis tres primeros años no sabía para qué funcionaban los botones, aparte del de disparar. A medida que me iba exponiendo a diferentes tipos de fotografía conceptual iba anotando lo que me gustaba, es decir, el enfoque, la luz… Cuando decidí tomarme mi tiempo y aprender cómo regular todas esas variantes, busqué estructuras básicas de la cámara y de esa manera empecé a aprender y practicar. Todo esto antes siquiera de pensar en dedicarme a la fotografía, pero pensé: «Ya que tengo la cámara, como mínimo voy a aprender a utilizarla en condiciones».

‘Emotional turmoil’, fotografía de autorretrato / Fares Micue
¿Encuentra una diferencia entre su impacto a nivel local, nacional e internacional?
A nivel nacional, digamos que soy nueva. Todavía es un poquito surrealista porque al poco tiempo de colgar mi trabajo online me contactaron desde fuera y, en lugar de buscar otros mercados, me centré en esa puerta que ya estaba abierta. Mi principal mercado es Estados Unidos y está tan lejos que no siento el impacto en mi vida diaria. Fuera hago muchísimas cosas, todas mis exposiciones están fuera. Entonces, a pesar de llevar varios años en el mundo de la fotografía, tenerlo aquí mismo, en mi municipio, en mi barrio, y que la gente lo vea y me pregunte, es una experiencia nueva.
¿Cómo se construye una carrera sólida en este sector?
Las artes suelen ser un camino complicado porque es muy variable. Hay épocas buenas, hay épocas más bajas. Pero sí se puede vivir de ello, siempre y cuando te sepas mover y reinventar. Es importante seguir aprendiendo, aunque ya tengas un método sellado y que te funciona. Ahora estoy aprendiendo a coser porque el vestuario que utilizo en mi fotografía es muy particular y muchas veces no lo encuentro. También hago muchas colaboraciones con decoradores de interiores para hoteles, recepciones, libros o cruceros.
¿Las redes sociales son un empuje?
Han sido un gran beneficio porque yo soy de un lugar pequeño desde el que físicamente no tendría acceso a todo el público que he tenido. En gran parte debo agradecer mi carrera a internet porque he podido llegar a más sitios y encontrar a muchas de las empresas con la que posteriormente he trabajado y tengo buena relación.
Suscríbete para seguir leyendo