Una triple maldición en Castalia llevó el signo del partido a donde manda la tradición. En un feudo adverso para el Málaga en los útimos … tiempos, se repitió la derrota. El 0-1 que campeaba en el marcador hasta el comienzo del añadido no casaba tampoco con la tremenda estadística de Arcediano Monescillo, que antes del choque de este domingo había dirigido doce veces a los blanquiazules sin una sola victoria de estos.
Al final se impuso también una tercera maldición, la del equipo como visitante. Con el fondo de armario luciendo su mejor nivel, con notables actuaciones de los Rafita, Juanpe, Dani Lorenzo, Lobete o Jauregi, no fue suficiente. El destino volvió a jugar una mala pasada a los blanquiazules con su quinta derrota consecutiva a domicilio, tras las sufridas ante el Huesca (1-0), el Burgos (2-1), el Racing (3-0) y el Leganés (2-0).
Durante mucho tiempo el Málaga se resistió a sus hados, pero ya había perdido en sus dos últimas citas en Castalia, el 2-1 con el que arrancó la temporada en Primera RFEF (y entonces De Miguel resolvió a tres minutos del final), y un más claro 2-0 la pasada campaña (goles de Van de Belt y Bosilj). También llevaba seis empates y otras derrotas con Arcediano Monescillo (once citas en Segunda y una en la Copa, en el KO de Majadahonda), el trencilla ‘decano’ de Segunda, una circunstancia muy poco habitual.
Pero Arcediano le concedió un penalti muy riguroso al Málaga, el del 0-1 de Jauregi, de esos que están muy al límite. Con decenas de repeticiones eran pocos los aficionados que tenían claro qué había pasado realmente. En un saque de esquina saltaron casi al alimón para despejar Jakobsen, que se gira en el aire, Barri y Salva Ruiz, que es al que parece finalmente que se le indican manos. Fue el penalti más largo que se recuerda. Seis minutos de indecisión, y casi tres desde que el colegiado manchego acudió a la pantalla del VAR para comprobar las indicaciones del catalán Ávalos Barrera desde la Sala VOR.
Y para redondear la triple maldición: una decisión muy cuestionable del banquillo, la de Pellicer al situar un tercer central en el área, Galilea, a cuya espalda llegó el tanto del empate. Fue la reacción táctica ante el único cambio del Castellón en el hubo una novedad posicional, el de Camara por Brignani, delantero por central. Por eso el Málaga con cinco en la línea de cobertura y exponiéndose más a la llegada de centros laterales.