El ciclo superior de Fotografía de la Escuela de Arte de Baleares ya no se imparte este año. Aunque se ofertó en el periodo de matriculación de alumnado, ningún estudiante de las Islas solicitó plaza.
Es el final de una larga agonía. Había perdido 20 alumnos en solo cinco años y el pasado año ya no hubo inscripciones en primer curso. De los tres estudiantes matriculados en segundo, uno se dio de baja en el primer trimestre. La formación de los otros dos corría a cargo de dos profesores y medio. El ciclo tenía más profesores que alumnos, posiblemente la menor ratio de un centro educativo en Baleares. El único docente que disponía de una plaza fija se ha jubilado también este año por lo que la Conselleria d’Educació informa de que no ha sido necesario recolocarle.
La Escuela de Arte y Diseño de Baleares, la segunda más antigua de España (data de 1778), se despide así de uno de sus cuatro pilares básicos. Lo hace un año después de que se formalizara su división administrativa a la espera de crear un nuevo campus público de enseñanzas artísticas superiores junto al Conservatorio. En él estudiaran los alumnos de Música, Danza, Arte Dramático y Diseño. En cambio los estudiantes y profesores de la Escuela de Arte, que es la que imparte los ciclos superiores de Joyería, Cómic, Ilustración y hasta el curso pasado Fotografía, no entrarán en el nuevo recinto. Seguirán estudiando en el edificio actual de sa Riera en la popular Plaza del Tubo.
La demanda del ciclo superior de Diseño no solo no disminuye, sino que ha ido creciendo año a año. Cada curso hay estudiantes que se quedan sin plaza. ¿A qué se debe esta dicotomía? ¿El diseño está de moda?
Los expertos apuntan a un conjunto de circunstancias. Los ciclos superiores de enseñanzas artísticas no son estudios universitarios, pero tampoco Formación Profesional. Hace años el claustro pudo elegir entre integrarse en la FP o mantener un régimen propio, y optó por lo segundo.
Ese régimen especial ralentiza hoy la implantación de nuevas titulaciones artísticas y los cambios de currículo que se implementan para modernizar sus temarios. En cambio cada año la FP amplía su oferta con nuevos ciclos formativos.
La Formación Profesional, considerada históricamente como la oferta de enseñanza para los malos estudiantes, es hoy un fenómeno en auge. Su percepción ha dado un cambio radical, goza de gran prestigio y ya crece en Baleares a un ritmo mucho mayor que la universidad.
Preguntado sobre la falta de demanda en el ciclo fotográfico que impartía la Escuela Superior de Arte y Diseño de Baleares, Miquel Oliver, director de la Escuela de Diseño, apuntaba ya el curso pasado que «La FP se está expandiendo y ganando competencias y tiene ciclos de audiovisuales en los que se dan nociones de fotografía comercial». «Muchos alumnos prefieren formarse en sus centros», dijo.
A todo ello se suma el declive de la fotografía profesional que los expertos relacionan con el auge de los móviles en un mundo cada vez más digital que prima la cantidad sobre la calidad. «Hoy en día con los teléfonos y la IA todo ha cambiado. Parece que no hace falta saber fotografía porque con los nuevos programas de cualquier churro haces una foto. La fotografía es una profesión que en sí misma está en horas bajas», opinó Oliver.
¿Es posible aún revertir el declive? La Escuela Superior de Arte y Diseño sigue siendo, a pesar de su longevidad, una gran desconocida para buena parte de la ciudadanía. Educació prometió el curso pasado mejorar la difusión de su oferta entre los estudiantes para evitar su extinción.
«Es verdad que hay una tendencia a la baja, pero desde la Conselleria no se apuesta por eliminar estos estudios sino reconvertirlos en cursos monográficos, para hacerlos más atractivos a los alumnos, o en un certificado de profesionalidad», señaló.
El entonces director de la Escuela de Arte, Joan Lluis Miró, esperaba que esta fórmula sirviera para reactivar la demanda. «Además de los ciclos superiores aquí hay talleres que se hacían y que queremos mantener. Las enseñanzas artísticas están en la raíz de esta escuela desde su origen en el año 1778. Cuando los alumnos de Diseño se marchen al nuevo campus, nosotros quedaremos en el edificio y tendremos más flexibilidad de horarios», explicó.
Todos los ojos están puestos ahora en ese cambio horario y es que hoy por hoy las mañanas son para los alumnos de Diseño y a los de Joyería, Cómic e Ilustración no les queda otra que adaptarse al horario de tarde de 15 a 22 horas. 104 alumnos estudiaron en la Escuela de Arte el curso pasado y 480 en la de Diseño. Ilustración y Cómic aún llenan sus aulas.
El centro ha pedido al Consell de Mallorca que traslade a sus instalaciones la Escuela de Oficios de Mallorca con el objetivo de poner en valor la artesanía y recuperar los talleres monográficos de ebanistería, cerámica, grabado y serigrafía que impartió en sus mejores momentos la escuela de enseñanzas artísticas.
Cerámica y maquetismo desaparecieron, como ahora lo ha hecho Fotografía, debido a la falta de alumnado, pero los expertos hablan de que la jubilación de los viejos artesanos ha reactivado la demanda de ceramistas. «Hay que recuperar el equilibrio y volver a llenar la escuela», explicó Joan Lluís.