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El misterioso soldado de Waterloo representado en un cuadro del Museo Nacional del Ejército de Londres ha sido identificado. Durante más de dos siglos, un fascinante retrato de 1821 permaneció envuelto en el misterio. En él aparece un soldado negro británico, elegantemente vestido con un uniforme blanco de caballería, sosteniendo unos platillos y luciendo con orgullo una medalla de Waterloo.

¿Quién fue este hombre? ¿Cómo llegó a formar parte del ejército británico en una época en la que la esclavitud aún era legal en muchas partes del mundo? Hoy, gracias a una exhaustiva investigación histórica y tecnológica, sabemos su nombre: se trata de Thomas James.

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Un retrato que desafía los estereotipos

El cuadro, atribuido al renombrado retratista Thomas Phillips, conocido por pintar a personalidades de la talla de Lord Byron y el Duque de Wellington, fue adquirido por el Museo Nacional del Ejército de Londres en 2023. En ese momento, ni el autor ni el retratado se conocían; sin embargo, el uniforme, los objetos presentes en la obra y la medalla visible en el pecho del sujeto ofrecían una gran cantidad pistas y sobre todo, destacaba que no se trataba de un soldado cualquiera.

Y muy llamativo es el hecho de que se trate de un veterano negro de las guerras napoleónicas, algo extremadamente raro en el arte británico del siglo XIX; tanto que apenas se conocen otros dos retratos similares de aquella época.

¿Quién fue Thomas James?

Ahora ya podemos ponerle nombre al retrato. Y un poco de su historia. Según los registros del museo, Thomas James nació en 1789 en Montserrat, una isla caribeña bajo dominio británico y lo más probable es que hubiese sido un esclavo. Pero para 1809, aparece en documentos enlistado como músico militar en el regimiento de los 18th Light Dragoons, una unidad de caballería que tuvo un papel activo en la batalla de Waterloo (1815).

Aunque era analfabeto, James en una Londres que ya había abolido la esclavitud, logró alistarse en el ejército, un espacio donde, al menos nominalmente, los hombres negros y blancos del mismo rango eran tratados por igual y recibían el mismo salario.

Un acto de valentía que mereció un retrato

El momento determinante en la vida militar de James ocurrió durante la batalla de Waterloo, a unos pocos kilómetros al sur de Bruselas. Allí no luchó directamente en el frente, sino que fue asignado a la protección del equipaje de los oficiales británicos. Y, precisamente, durante la batalla, un grupo de soldados prusianos desertores intentó saquear dichas pertenencias. James se enfrentó a ellos y resultó gravemente herido.

Ese acto de valentía puede que conmoviera a uno de sus oficiales a encargar su retrato como muestra de gratitud (un retrato que habría pagado el oficial, ya que con la paga de un soldado raso, James nunca habría podido permitírselo).

retrato soldado negro entero
retrato soldado negro entero

La pintura ya se encuentra en exhibición en la sala ‘Army at Home’ del Museo Nacional del Ejército.

Gorringes / Museo Nacional del Ejército

Identificando la pintura

La identificación del retrato de Thomas James como protagonista de la pintura fue un trabajo minucioso de investigación interdisciplinaria. Conservadores de la Universidad de Lincoln utilizaron rayos X, fotografía infrarroja y análisis de pigmentos para datar y autenticar la pintura (que contaba con pintura no original y capas de barniz descolorido). Al mismo tiempo, los historiadores revisaron registros militares, listas de medallas de Waterloo otorgadas a soldados negros (solo se conocen nueve) y estudiaron elementos simbólicos del retrato.

Los accesorios y detalles de vestuario apuntaban a un rol específico: músico de caballería. Y solo un regimiento encajaba con todos estos elementos. De ahí dar con el nombre de Thomas James fue lo más ‘sencillo’ de toda la investigación.

En aquella época, ser músico militar estaba lejos de representar un único papel lúdico, ya que sus instrumentos eran usados como material táctico, como los tambores y las trompetas que se convertían en elementos esenciales para transmitir órdenes en medio del caos del combate. Además, los músicos negros, particularmente en la caballería, eran apreciados por su talento, espectacularidad y, según los códigos de la época, su “exotismo”. De hecho, se sabe que los regimientos británicos competían por tener a los mejores músicos negros en su haber.

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Finalmente, el retrato restaurado de Thomas James se exhibe ya de forma permanente en la galería “Army at Home” Museo Nacional del Ejército en Chelsea, Londres.