El rápido aumento de brillo del cometa interestelar 3I/ATLAS a medida que se acerca al sol sorprende a los investigadores: estas nuevas características se suman a otras que abren dudas sobre la naturaleza real de este enigmático cuerpo espacial, que incluso algunos especialistas han relacionado con una «nave espacial interestelar».
El popular visitante de otro sistema estelar, el enigmático cometa 3I/ATLAS, sigue sorprendiendo a los especialistas, ahora por un súbito estallido de brillo al llegar al perihelio o punto más cercano al Sol, un comportamiento que no se condice con lo observado en cometas provenientes del Sistema Solar. El cometa, identificado el 1 de julio de 2025 y catalogado como el tercer objeto interestelar conocido, mostró un incremento de luminosidad con una rapidez nunca vista en cuerpos similares, mientras pasaba cerca del astro rey.
De acuerdo a un estudio publicado en arXiv, el fenómeno logró registrarse aprovechando satélites solares, entre ellos SOHO, STEREO-A y GOES-19, teniendo en cuenta que la proximidad al Sol impedía las observaciones desde la Tierra, por el deslumbramiento generado por la estrella. Los investigadores Qicheng Zhang, del Observatorio Lowell, y Karl Battams, del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos, utilizaron imágenes de esas sondas y compararon sus señales con las de estrellas cercanas, concluyendo que el brillo del cometa fue “acelerado” y de una magnitud sin precedentes.
Predominio de gases
Además del rápido y desmesurado aumento de brillo, 3I/ATLAS apareció en un color azulado. Esa tonalidad sugiere que la luminosidad estaba dominada por emisiones gaseosas, especialmente de moléculas de carbono, en lugar del resplandor rojizo que produce habitualmente el polvo de los cometas al reflejar la luz solar. De esta manera, los científicos creen que una eyección masiva de gas y una composición inusualmente rica en hielos volátiles y dióxido de carbono podrían explicar, en parte, la extraña actividad del objeto interestelar.
En ese sentido, como explica Universe Today, las imágenes tomadas con telescopios terrestres de gran apertura, como el Gemini North, han mostrado al cometa como una especie de “arcoíris cósmico”: una sucesión de fragmentos de color que reflejan diferentes emisiones y movimientos durante la observación. Sin embargo, estas imágenes permiten confirmar que la mayor parte del brillo del cometa procede de líneas de emisión gaseosas, y no solamente de polvo.
Referencia
Rapid Brightening of 3I/ATLAS Ahead of Perihelion. Qicheng Zhang and Karl Battams. arXiv (2025). DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2510.25035
En espera de nuevas observaciones
Según informa Phys.org, el fenómeno desafía las expectativas y exige más observaciones mientras el cometa se aleja del Sol y recupera visibilidad desde la Tierra. Los próximos meses permitirán estudiar con espectrografía detallada su composición y la evolución de su coma, buscando que 3I/ATLAS muestre pistas sobre la química y la historia de otros sistemas planetarios. Vale recordar que su extraño comportamiento ha provocado que el reconocido físico estadounidense Avi Loeb sugiriera que el cometa podría ser en realidad una pieza o una nave de tecnología extraterrestre.
En tanto, como la trayectoria de 3I/ATLAS lo llevó relativamente cerca de la órbita de Marte, esto facilitó observaciones desde múltiples sondas y telescopios espaciales. Estos conjuntos de datos serán esenciales para determinar si el objeto se constituye únicamente como una antigua huella de otro sistema estelar o si su comportamiento revela además procesos físicos, como depósitos de hielos inestables o metales poco comunes, que no hemos logrado apreciar hasta hoy.