«España luce de maravilla en el cine y la televisión», dice la escritora y periodista Raquel Piñeiro, autora de ‘Un país en la pantalla’, … un libro en el que repasa algunos de los grandes escenarios, monumentos y paisajes del país que, en algún momento, se han convertido en escenario y plató para la grabación de series y películas. «Tenemos tal variedad de paisajes que España puede perfectamente pasar por Egipto, el lejano oriente, una selva perdida o el espacio exterior», asegura Piñeiro, quien incluye varios rincones vallisoletanos en su exhaustivo repaso por esas localizaciones de cine que brillan de un modo especial cuando se transforman en ficción. De la plaza de la Universidad al Museo de Escultura, de las calles de Medina de Rioseco al castillo de Peñafiel. Y de las grandes superproducciones de Hollywood a documentales históricos.

«Lo más práctico hubiese sido organizar este libro por comunidades o por provincias, pero yo no quería eso. Corres el riesgo de que la gente busque el capítulo de su zona y pase del resto». La alternativa ha sido un recorrido temático que aborda desde el cine quinqui al histórico, del cine de barrio al llegado desde el exterior. Y, al mismo tiempo, Piñeiro explora las transformaciones sociales, económicas y políticas vividas durante las últimas décadas en el país. «Es inevitable. Cuando ves una localización, una película que está ambientada o rodada en un sitio que conoces, puedes darte cuenta en seguida de cómo ha cambiado, aunque sea físicamente, ese lugar».

Ocurre, por ejemplo, con la película ‘Hola, ¿estás sola?‘, el filme de Icíar Bollaín (con Silke y Candela Peña) que se estrenó en la Seminci de 1995. Piñeiro se refiere a esta película en un capítulo dedicado a la revolución del turismo, desde las comedias sesenteras de Alfredo Landa hasta este ejemplo pucelano. «En la película, una foto de Torremolinos en una revista anima a las protagonistas a cambiar Valladolid por Málaga».

Varias imágenes de 'Hola, ¿estás sola?', donde puede verse Valladolid, junto a las vías, la plaza de Vadillos, la plaza de la Universidad y Las Moreas.

Varias imágenes de ‘Hola, ¿estás sola?’, donde puede verse Valladolid, junto a las vías, la plaza de Vadillos, la plaza de la Universidad y Las Moreas.

El Norte

Esa Valladolid que recorre Silke (con un macuto a la espalda) muestra la avenida de Salamanca y el Puente Mayor, desde donde se divisan bañistas en Las Moreras. También puede verse la plaza de la Universidad llena de coches y de terrazas, la plaza de Vadillos a rebosar de jubilados y los muros grises junto a las vías del ferrocarril. El cambio es evidente cuando se compara con la ciudad actual.

Raquel Piñeiro, con un ejemplar de 'Un país en la pantalla'.

Raquel Piñeiro, con un ejemplar de ‘Un país en la pantalla’.

Gonzalo García

«La fisonomía de las ciudades cambia y parece que se nota mucho más. Pero es que también cambia la de los pueblos, los paisajes». Y a veces, hay que hacer triquiñuelas para que parezca que lo que se rueda hoy se ha ambientado, incluso, muchos siglos atrás. Es lo que ocurrió cuando el equipo del productor Samuel Bronston recaló en Torrelobatón, con Sofía Loren y Charlton Heston como grandes estrellas, para rodar ‘El Cid’. El primer capítulo del libro está dedicado a ese desembarco de Hollywood en España, sobre todo en la década de 1950.

«Venían buscando la variedad de paisajes, las muchas horas de luz… pero es que también influyeron, de forma muy relevante, factores políticos y económicos. España era un país barato. Y Franco, la dictadura, les daba todas las facilidades porque era una forma de limpiar su imagen de cara al mundo exterior». Pero, además, había una cuestión puramente económica, vinculada con la política autárquica que entonces dominaba el país.

«Las importaciones y exportaciones no estaban permitidas. Las empresas extranjeras que estaban implantadas en España no podían sacar los beneficios del país. Así que, como solución, Bronston llegó a un acuerdo con la empresa química y de armas Dupont. El productor invertía las ganancias en películas… y eso sí que se podía exportar. Así, podían recuperar parte de los beneficios que obtenían con las ventas de su actividad normal empresarial».

Una de las escenas de 'El Cid', en Torrelobatón.

Una de las escenas de ‘El Cid’, en Torrelobatón.

Rodrigo Ucero

Así fue cómo se rodaron películas como ‘Rey de Reyes’ o ‘El Cid’, que contó con el asesoramiento del lingüista e historiador Ramón Menéndez Pidal. «No está muy claro si Bronston hizo ‘El Cid’ porque fue una idea suya o porque el régimen alentó que se hiciera una película sobre un mito fundacional español. Fue una película que le salió muy bien, que funcionó a la perfección. John F. Kennedy, el presidente de los Estados Unidos, decía que era una de sus películas preferidas».

Otro ejemplo de esas estrellas de Hollywood que llegaron a Valladolid es el de Orson Welles que rodó ‘Mr. Arkadin’ (1955). Utilizó como escenario el Colegio de San Gregorio, donde se rodó un mascarada de Carnaval, «en un momento además en el que esta fiesta estaba prohibida en España». Piñeiro recuerda en su libro -lleno de anécdotas- que unas de las personas que intervino como extra en esta cinta fue el escritor Miguel Delibes. «Se quedó muy fastidiado cuando vio que la escena en la que salía había sido eliminada del (caótico) montaje, aunque se recuperaría posteriormente».

También el Museo de Escultura luce en otro de los artefactos reseñados por Piñeiro. Se trata de ‘Fuego en Castilla’, una de las piezas recogidas en el ‘Tríptico elemental de España’, de José Val del Omar, un proyecto documental en el que se capturaba en cámara las fiestas y costumbres populares. Y además, en grandes escenarios monumentales del país. La primera pieza, ‘Aguaspejo granadino’, se rodó en La Alhambra y las cuevas del Sacromonte, en 1955. La tercera, ‘Acariño galaico’ muestra (en 1961) imágenes «de la catedral de Santiago, de incendios en los montes, de procesiones, de paisajes marinos…». Entre medias, en 1960, se rodó ‘Fuego en Castilla’. «La más famosa es la primera, la de la Alhambra. Pero recomiendo mucho la que se rodó en Valladolid. De una forma casi expresionista, graba las esculturas de Juan de Juni, de Berruguete, y las transforma en arte contemporáneo. Es un documental creativo, artístico, casi una pieza de videoarte, un videoclip. Es impresionante y se puede ver gratis en el archivo de RTVE».

La Alhambra fue uno de los escenario principales del rodaje de ‘Isabel’, serie que recreaba la historia de la reina católica, con muchos puntos de Castilla como escenario. Y esto le da pie a Piñeiro para hablar de otro fenómeno: las consecuencias turísticas de estos rodajes. «Isabel renovó el interés por la figura de la reina y aumentaron los visitantes, no solo en los lugares en los que se había rodado la serie, sino en los escenarios reales de su vida, como Madrigal de las Altas Torres o Medina del Campo», explica Piñeiro en su libro. Recuerda, además, que hubo ayuntamientos que diseñaron páginas web y organizaron rutas turísticas. Valladolid capital, por ejemplo, lo hizo con motivo de la película ‘Voy a pasármelo bien’.

Pero si ‘Isabel’ es un ejemplo reciente (o ‘Juego de tronos’, aunque a Valladolid no le tocó esa lotería), hay otra serie histórica con un pasado significativo. «Es el caso de ‘Pedro I El Cruel’, una serie que se rodó en 1989 en Tordesillas, Peñafiel o Medina del Campo. Con esta serie se demostró cómo la televisión (el cine) también sirve para educar a través de la televisión y crear un nuevo canon literario o histórico». El problema de esta serie, ambientada en el siglo XIV, es que aunque se grabaron localizaciones en estas localidades, la mayor parte de los interiores son decorados de cartón piedra, ya que la producción no disponía de mucho presupuesto. La provincia ha sido escenario de otros rodajes. En Medina de Rioseco se rodó ‘Condenados’, un wéstern dirigido por Manuel Mur Oti (en 1953). Gran parte de la película está ambientada en La Mancha, pero hay una parte rodada en la Plaza Mayor y la calle Misericordia de Medina de Rioseco.

Y el libro habla también, por ejemplo, del reciente rodaje de películas de Bollywood en Valladolid. Pero además, ‘Un país en la pantalla’ está lleno de curiosidades. Por ejemplo, que en ‘Sopa de ganso’, la película de los Hermanos Marx, se proyecta el perfil de un pueblo de Granada (Loja) como escenario del inventado reino de Sylvania. O que en dos capítulos de ‘Vacaciones en el mar’ sale Barcelona (y Chiquito de la Calzada).

«Este libro no fue idea mía, fue una propuesta de la editorial (GeoPlaneta) y de mi editora, Marta Gómez, pero es como si me hubiesen sacado un sueño que no sabía que tenía, porque es un tema que me encanta». Y que se podría ampliar, sin duda. Por ejemplo, con los rodajes en Valladolid de ‘Memento mori’, ‘El robo más grande jamás contado’o ‘Una muchachita de Valladolid’.