Apenas dos meses después de sufrir el terremoto más mortífero en su historia reciente, que se cobró más de 2.200 vidas, la tierra volvió … a temblar anoche en Afganistán. Un potente seísmo de magnitud 6,3 en la escala de Richter sacudió la provincia de Samangán, en el norte del país y afectó principalmente a Mazar-i-Sharif, una de las ciudades más grandes del país, sin que al cierre de esta edición se conocieran datos sobre daños personales o materiales.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) informó de la magnitud del terremoto, que se produjo a las 0.59 hora local, las 21.29 en España, a una profundidad de 28 kilómetros. El epicentro se situó a 22,5 kilómetros de la localidad de Julm, una ciudad de unos 65.000 habitantes. La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Afganistán confirmó el corrimiento en «varias provincias», ubicándose el epicentro en el distrito de Najchir, en la provincia de Samangán, según esta fuente. Las sacudidas se sintieron incluso en la capital, Kabul, según corresponsales de la AFP, así como en regiones de Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán, que limitan con el norte del país. En Mazar-i-Sharif numerosos habitantes salieron de sus viviendas por temor a posibles réplicas.

Los modelos del USGS estiman que el temblor podría causar cientos de muertes. De hecho, el organismo emitió una alerta naranja, lo que significa que se estima que podría haber entre un centenar yun millar de víctimas mortales. Fuentes de la Media Luna Roja afgana señalaron que mantienen operativos de observación en varias provincias del norte, pero esta madrugada aún no habían reportado cifras oficiales sobre los posibles impactos.

La magnitud del terremoto sería todavía superior a la que en la madrugada del 31 de agosto al 1 de septiembre mató a dos millares de personas en las provincias orientales de Kunar, Laghman y Nangarhar. Fue el sismo más letal que se recuerda en Afganistán, un país golpeado con frecuencia por terremotos, especialmente en la cordillera del Hindu Kush, situada cerca de la unión de las placas tectónicas euroasiática e india. El territorio cuenta con varias fallas activas. Desde 1900, el noreste de Afganistán ha registrado doce terremotos con magnitudes superiores a 7, según Brian Baptie, sismólogo del British Geological Survey.

El más reciente, hace dos meses, se produjo junto a la frontera del país con Pakistán, donde también se sintieron los temblores y las réplicas. La mayoría de las víctimas se concentraron en la provincia de Kunar. Cientos de viviendas se vinieron abajo al estar construidas con piedras y adobe, lo que facilitó su derrumbe, según informaron las autoridades instauradas por los talibán tras hacerse con el control del país centroasiático en agosto de 2021.

Tras cuatro décadas de guerra, Afganistán vive una situación humanitaria desastrosa, agravada por la caída de la ayuda internacional desde el regreso de los talibán al poder, que complica todavía más la capacidad de este Estado empobrecido de responder a las emergencias.