Generalmente, los silencios en una cita romántica son sinónimo de incomodidad. Lo último que se esperaba Gema (30) cuando acudió a ‘First Dates’ este lunes 3 de noviembre es que no escucharía la voz ni le vería a la cara a su acompañante. … Sin embargo, gracias a su profesión, consiguió conectar con él con total naturalidad.

El artista onubense Pasajero Z (35) llegó al restaurante de Cuatro ataviado con un traje de licra naranja que nunca se quita y buscando una mujer inteligente y con buen corazón. Aunque no habla, se expresa mediante el lenguaje corporal. De esa manera logró explicarle a Carlos Sobera que, como no solía gustarle a la gente con su identidad real, hace diez años decidió prescindir de ella para convertirse en lo que es ahora: un alter ego que expresa sus inquietudes artísticas usando el cuerpo.

Su cita fue Gema, una profesora de primaria madrileña que buscaba a un hombre con una personalidad que la llenara. «Intento no guiarme por el físico, me interesa más cómo es esa persona por dentro», manifestó ante Sobera. El presentador quedó encantado de las palabras de la soltera, visualizando un ‘match’ que a priori parecía complicado que se produjera.

Gema se lo pasa pipa

Pasajero Z se presentó a Gema sin palabras. Y aún así, consiguió sacarle las primeras sonrisas antes siquiera de que se sentaran a cenar. «He flipado, claro ¿Cómo no voy a flipar?», reaccionaba la madrileña en los totales.

Pero para la docente, que trabaja con niños con necesidades especiales y habla la lengua de signos, el mutismo de su pretendiente no supuso ninguna barrera a la hora de llegar a entenderse. «Por mucho que yo estuviera en mi casa preparándome la cita, cuando llega algo tan inesperado te explota la cabeza y tu guion se baja. Entonces, es todo improvisado y espontáneo. Ha sido wow. No me esperaba para nada esto, ha sido una sorpresa total. Ha sido muy divertido, lo he pasado pipa intentando comunicarnos», reflexionaba en la entrevista con el equipo llena de entusiasmo. Gema se sintió con su peculiar cita «como pez en el agua».

Pasajero Z al llegar al restaurante

Pasajero Z al llegar al restaurante

Cuatro

De hecho, confesó que volvería a cenar con él sin verle la cara, pues no le generaba ninguna curiosidad saber cómo era Pasajero Z físicamente y «me gusta mucho conocer a la persona tal cual».

A su manera, el onubense también le transmitió a ella que sentía que habían congeniado maravillosamente. En el reservado de ‘First Dates’ siguieron disfrutando de la noche bailando juntos hasta que tocó responder a la pregunta definitiva en la decisión final, los dos con un rotundo ‘sí’. Ni el propio Sobera se esperaba que se entendieran así de bien.