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A rebufo del centenario de la mecánica cuántica, los físicos de todo el mundo han sido invitados a reflexionar sobre el impacto de esta revolución científica no solo en sus investigaciones, sino también en su imaginario. Y en una época donde los límites entre ciencia y ficción son cada vez más difusos, una pregunta es casi inevitable: ¿qué películas de ciencia ficción eligen quienes dedican su vida a estudiar el universo? La revista Nature, en una serie de entrevistas, ha recopilado sus respuestas. El resultado no deja lugar a dudas: el cine de Christopher Nolan reina entre los académicos.
Interstellar (2014) y The Prestige (2006), ambas escritas y dirigidas por Nolan, fueron mencionadas repetidamente por los científicos consultados. Y no es casualidad. Sus tramas, ancladas en la exploración científica y la complejidad humana, ofrecen una visión estilizada pero respetuosa de la ciencia como aventura intelectual.
Nolan, quien en 2023 fue galardonado con el Oscar por Oppenheimer, ha señalado que su fascinación por la física nació en su infancia, alimentada por las películas de Star Wars y la serie Cosmos de Carl Sagan. “Me mostró que mirar el universo desde una perspectiva científica podía ser tremendamente dramático y emocionante”, declaró en una entrevista con The Talks en 2023.
The Prestige
En una Londres decimonónica, dos ilusionistas rivales se enfrentan en una competencia de ingenio y obsesión. Mientras uno recurre a un hermano gemelo para lograr su truco, el otro busca a Nikola Tesla para construir una máquina de teletransportación cuántica. El film no solo explora la psicología de la competencia, sino que también se atreve a dar un salto hacia lo imposible, tomando como base especulaciones reales sobre el teletransporte.
Barry Luokkala, físico y autor del libro Exploring Science through Science Fiction, considera que el filme es ejemplar tanto por su creatividad como por su fidelidad emocional a la ciencia. “Muestra dos formas de aproximarse al conocimiento: el talento puro y la teatralidad. Ambas son necesarias”, afirma.
Rithya Kunnawalkam Elayavalli, investigadora de partículas fundamentales en la Universidad de Vanderbilt, lo resume con una frase reveladora: “The Prestige vive en mi mente sin pagar alquiler. Es una especie de steampunk de una ciencia que aún no comprendemos”.
Interstellar
En un futuro cercano, la Tierra se agota. Un grupo de astronautas cruza un agujero de gusano en busca de esperanza para la humanidad. Pero más allá de los efectos visuales y el drama humano, Interstellar se distingue por su rigurosidad científica. Kip Thorne, físico teórico y Nobel de Física, asesoró al equipo de producción para garantizar que conceptos como la dilatación temporal, la relatividad general y los agujeros negros fueran tratados con precisión.
Claudia de Rham, teórica del Imperial College London, ha llegado incluso a grabar un podcast entero dedicado a la película. “Es ciencia real llevada al límite de lo que podemos imaginar”, afirma. Kai Liu, físico de materiales en Georgetown, destaca cómo el film permite reconsiderar el universo “con otra luz”.
Laura Green, científica en el Laboratorio Nacional de Campos Magnéticos, lo dice sin rodeos: “Vale la pena nerdificar con Interstellar porque la física es increíblemente precisa”. Para ella, la influencia de Thorne ha sido determinante, especialmente en lo que respecta a ondas gravitacionales, un área que revolucionó con sus investigaciones.
Menciones honoríficas
Aunque el universo Nolan domina, otras películas también han dejado huella. Star Trek IV: The Voyage Home (1986) es recordada por anticipar el uso del aluminio transparente, un material patentado poco antes de su estreno. Luokkala aplaude la forma en que la ingeniería de materiales se convirtió en parte del relato, algo “fascinante y adelantado a su tiempo”.
En Back to the Future Part II (1989), el icónico hoverboard cautivó a generaciones. Kai Liu lo utiliza en clase para mostrar cómo la ciencia puede alcanzar sueños cinematográficos: “Ese tipo de tecnología es hoy parte de nuestra realidad”.

Por su parte, Spider-Man: Into the Spider-Verse (2018) encantó a los físicos de partículas por su realismo inesperado. La recreación del acelerador de partículas debajo de Manhattan se parece mucho al Compact Muon Solenoid del CERN.
A medida que ciencia y narrativa se entrelazan en las pantallas, algo queda claro: para muchos físicos, el cine no es solo evasión. Es un espacio de exploración, un catalizador de preguntas, una ventana hacia lo que aún no comprendemos. Quizá sea eso lo que hace que películas como Interstellar o The Prestige permanezcan, como una constante cuántica, en la mente de quienes dedican su vida a desentrañar los misterios del universo.