Ibiza es el escenario de la segunda temporada de la exitosa serie ‘La Ruta’ que se estrenó en la plataforma Atresplayer el pasado 26 de octubre. Borja Soler, director y cocreador del proyecto, junto a Clara Botas y Roberto Martín Maiztegui, habla con Diario de Ibiza de los detalles de esta historia con dos líneas temporales que retratan la isla en su era hippie y en la época de explosión del ocio nocturno. El cineasta cuenta también cómo fue la grabación, con dana de por medio, y por qué rodaron en Mallorca, en lugar de Ibiza.
En la primera temporada de la serie se centraron en la Ruta del Bakalao, un tema que apenas se había abordado en la ficción nacional y que le toca de cerca, porque es valenciano. ¿Qué le motivó en esta ocasión a poner el foco en la escena musical de Eivissa?
Abrimos esa posibilidad en la primera temporada cuando unos empresarios de Amnesia van a una sesión de nuestro protagonista y le fichan, en un momento, en el 93, en el que la escena musical en Valencia se está masificando, está perdiendo la inocencia y se está mercantilizando mucho mientras que en Eivissa hay una explosión del ocio nocturno, de la industrialización de la fiesta, todavía mayor. Nos parecía muy interesante contar ese recorrido desde 1981, desde los orígenes de aquellas primeras discotecas, hasta las salas de fiesta de Eivissa, con una vocación ya muy diferente. También nos gustaba la idea de establecer un símil con los fichajes de futbolistas que hacen los grandes equipos.
En esta segunda temporada hay dos líneas temporales, la década de los 70 y la de los 90 . ¿Por qué juegan, en concreto, con esos dos períodos?
Normalmente solemos escoger momentos bisagra, momentos de cambio, de crisis, porque también, de una forma u otra, van a afectar a las historias personales de nuestros personajes. En la cronología del 96 lo que contamos va desde un opening hasta un closing, lo que sería la temporada de verano en Eivissa. Nos centramos en esa época porque, después de documentarnos mucho, nos dimos cuenta de que en esa segunda mitad de la década de los 90 es cuando se hace más evidente el aterrizaje en las discotecas de Eivissa de promotores musicales europeos, especialmente clubes británicos, que llevan consigo su propia idiosincrasia y sus djs y van ocupando el espacio que antes era de los djs nacionales. Es decir, que empieza a cambiar el paradigma de la noche. Esto era algo que nos ayudaba mucho de cara a contar el conflicto profesional que tiene el protagonista, Marc Ribó.

Fotograma de la serie, rodada entre Valencia y Mallorca, con su protagonista, Marc Ribó, al que da vida Àlex Monner. / LAIA LLUCH
¿Y por qué han escogido como segunda línea temporal el arranque de los 70?
Porque en esos momentos de tardofranquismo, Eivissa era una especie de oasis y, en concreto, el inicio de los 70 nos interesaba a la hora de construir nuestros personajes. En el 72 se produjo el accidente aéreo del Caravelle, que nos sirve para contar una historia personal muy fuerte que tiene que ver con los padres de Marc. Aquel avión salía de Madrid, hizo escala en Valencia y terminó en Eivissa y en él viajaban muchos obreros que iban a trabajar a la isla, donde en esos tiempos, además del boom turístico, había un auge de la construcción muy fuerte. Ese contexto dialogaba muy bien con lo que estábamos contando en el 96. Nos atraía la idea de que los padres del protagonista de alguna forma hubiesen participado en la construcción de esa Eivissa a la que llega Marc 25 años más tarde, cuando ya es otra isla totalmente diferente.
Otro episodio interesante de la historia de Eivissa que reflejan es el de la creación de la Instant City, que se montó en el Port de Sant Miquel en 1971 para dar alojamiento a estudiantes que asistieron al VII Congreso del ICSID (Consejo Internacional de Sociedades de Diseño Industrial)…
Sí. Ese proyecto de ciudad hinchable, dirigido por los arquitectos Carlos Ferrater y José Miguel de Prada Poole, que se montaba y se desmontaba sin dejar residuos, contrastaba de alguna forma con el tono académico del congreso. En ese experimento ya había una mirada que advertía de hacia dónde podía ir la isla y los peligros que podía correr al no tener en cuenta ni valorar el entorno natural donde estaba pasando todo eso.
¿Hay personajes en la serie inspirados en personas de carne y hueso de la Eivissa de aquellas épocas?
Sí. Por ejemplo, para la época de los 90 nos hemos basado en muchos djs internacionales, como Carl Cox, que aparece en la serie con nombre y apellidos. También en esta segunda temporada hay un personaje que habla de la moda Adlib y que está claramente inspirado en Smilja Mihailovitch.
¿A qué fuentes han recurrido para documentarse?
Los creadores, Roberto Martín Maiztegui, Clara Botas y yo, leímos ‘Mi Ibiza privada’, de Antonio Escohotado, y vimos ‘More’ y ‘F for Fake (Fraude)’, rodadas en Eivissa. También quedamos con bastante gente que vivió aquellas épocas que retratamos. Nos reunimos con el arquitecto Carlos Ferrater, con el relaciones públicas Carlos Martorell y también con Pepe Ribas, uno de los fundadores de ‘Ajoblanco’, porque para la línea temporal de los 70 nos interesaba mucho contactar con gente de la contracultura catalana, que en aquella época tuvo una presencia muy importante en la isla. Además, hemos estado en contacto con los hijos del cantautor Pau Riba, al que le hacemos un homenaje al final del segundo capítulo con ellos interpretando una de sus canciones míticas, ‘Noia de porcellana’. Hablamos mucho con la gente de Amnesia y Pacha y con djs de la zona, como Dj SolDado, que explicó cómo fue la irrupción de los ingleses en las discotecas de Eivissa. También contamos, como representante de los británicos, con Andy Carroll, uno de los creadores de la fiesta Cream.
«Al final, la serie de lo que habla fundamentalmente es de la paternidad y la maternidad»
Me consta que también entrevistaron al poeta y periodista Julio Herranz y al editor David Trías, que se crió en la isla.
Sí. Al final, la serie de lo que habla fundamentalmente es de la paternidad y la maternidad y, a través de David Trías, nos interesaba conocer la experiencia de los hijos nacidos en una familia hippie y cómo han crecido esos niños viniendo de padres tan libres.
¿La Eivissa que se va a encontrar la audiencia en esta serie va más allá de la imagen tópica y típica que el gran público tiene de la isla?
Sí, totalmente. De hecho, eso es marca de la casa. Ya en la primera temporada, como soy valenciano, quería enseñar la Valencia de la gente que vive aquí. No quería caer en los tópicos de la playa, la huerta y los campos de arroz. Obviamente aparecen, de hecho, todas estas discotecas de las que hablábamos en la primera temporada están entre la playa y los campos de arroz. Lo que yo pretendía era evitar esa Valencia de postal y en esta segunda temporada también hemos querido trasladar algo de ese tono a Eivissa y escapar de esa típica imagen de postal que tienen los turistas de la isla.
Una pregunta que nos hacemos mucho en Eivissa: ¿Por qué estando ambientada la historia en la isla la han rodado en Mallorca?
Para nosotros como creadores y para mí como director, la primera opción es siempre rodar en los escenarios reales donde se desarrolla la acción. ¿Qué ocurre? Que el rodaje tenía que ser en invierno, porque en verano es imposible hacerlo ni en Eivissa ni en Mallorca, y en Valencia, difícilmente. Teníamos que rodar entre octubre y febrero y vimos que en esos meses Eivissa hiberna y nos iba a costar mucho darle vida. Por otro lado, había un problema habitacional. Teníamos que movilizar a un ejército de personas en un espacio que no nos daba servicio para eso. Piensa que fue un rodaje de quince semanas, nueve en Valencia y seis en Mallorca, con un equipo desplazado de ciento y pico personas. Aunque hemos conseguido hacer que la serie parezca grande, tenemos muchas estrecheces presupuestarias. Yo estuve peleando hasta las semanas previas de empezar el rodaje para conseguir dos días de rodaje en Eivissa, pero no fue posible.
Tengo entendido que durante el rodaje en Valencia les afectó la dana…
Sí, nos afectó. Rodamos mucho en Valencia, en un complejo educativo que está en Cheste, en el que levantamos nuestra Instant City. El 29 de octubre estábamos allí. El rodaje empezó después de comer y yo creo que eso fue un poco lo que hizo que no hubiera ninguna tragedia, porque realmente el complejo educativo está justo encima del barranco del Poyo. Empezamos a grabar sobre las cuatro de la tarde y a las seis y media ya teníamos goteras en el set de rodaje y decidimos cancelarlo. Cuando intentamos salir, las carreteras estaban ya cortadas y tuvimos que hacer noche en el lugar de la localización. Nos quedamos encerrados allí y a la mañana siguiente, a mediodía, cuando empezaron a abrir un carril de entrada a la ciudad, fue cuando realmente nos dimos cuenta de la magnitud de la catástrofe. El rodaje se suspendió durante dos semanas. Mientras esperábamos a ver qué pasaba, mucha gente del equipo, sobre todo de producción, se volcó en ayudar limpiando y empleando nuestras propias furgonetas y camiones para trasladar comida y todo lo que se necesitara.

El director, Borja Soler, con algunos de los actores, durante el rodaje de la serie. / LAIA LLUCH
La serie se estrenó el 26 de octubre. ¿Cómo ha acogido la audiencia los primeros capítulos?
La acogida está siendo muy buena. Hay algo bonito y antiguo en eso de estrenar un capítulo semanalmente, ahora que estamos acostumbrados a que las plataformas estrenen todos los capítulos a la vez. Lo que nos llega de los dos primeros capítulos está siendo súper positivo, pero falta esa mirada global de la serie, que no tendremos hasta que se emita el último episodio el próximo 30 de noviembre.
¿Habrá tercera temporada?
Creo que no. Me sorprendería mucho que la ‘La Ruta’ tuviera una tercera temporada. A Roberto, a Clara y a mí nos gusta pensar mucho lo que hacemos y ya dedicamos bastante tiempo a pensar si tenía sentido hacer una segunda temporada, que me parece que cierra muy bien la historia que abrimos con la primera. Encontrar espacio para una tercera ahora mismo, si te soy sincero, creo que no lo merecería. Me parece que ya hemos hecho una buena radiografía de las discotecas desde 1981 hasta 1996.
¿Se han planteado presentar ‘La Ruta Vol.2: Ibiza’ en la isla?
A mí me encantaría, más que hacer una presentación, encontrar algún sitio donde pasar algún capítulo de la serie. De hecho, estuvimos hablando un tiempo con Amnesia planteando el tema, pero este es un terreno que más que a los creadores les corresponde a otros departamentos que tienen que ver con la promoción, el marketing y la prensa.
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