En el año 2001, la cantante mexicana Paquita la del Barrio (que en paz descanse) publicó ‘Rata de dos patas’, la canción de despecho más despiadada de la historia. Su espíritu recorre ‘La Perla’ de Rosalía, sobre todo su intención humorística.
Sobre un ritmo de vals, Rosalía describe a un «playboy» que es un «campo de minas para (su) sensibilidad» y que tiene la «medalla Olímpica de oro al más cabrón». En este corte de ‘LUX’, Rosalía hace un traje a un ex derrochador que se cree el centro del mundo, que miente a su terapeuta, que es un «terrorista emocional» y que colecciona «bras»… ¿de sus fans? Parece que Rosalía ya no busca esa perla en el fondo del mar, sino que la esquiva.
El humor de ‘La Perla’, una colaboración con el grupo estadounidense de regional mexicano Yahritza y Su Esencia, cuya vocalista tiene un timbre parecido al de Vila Tobella, tanto que sus voces se confunden ligeramente cuando armonizan; llega a su punto álgido en el puente recitado de la canción, en el que Rosalía retrata a un tío subidito de ego, llena de ironía.
Pero ese humor no se limita a la letra, sino que también se filtra en el arreglo musical, que, sobre todo en la entrada de los vientos, remite a las big bands feriantes de los años 30 y 40. La coincidencia entre la palabra «doppelgänger” -una palabra tan inusual como inesperada- y el clímax orquestal de la canción construye un momento maravillosamente absurdo y cómico.
‘La Perla’ no es la canción más representativa de ‘LUX’, pues se inicia con unos acordes de guitarra acústica, aunque poco a poco la orquesta se impone. Pero, elegida como «focus track» en el día de estreno del disco, y colocada en primera posición del Today’s Top Hits, sin duda es una de sus composiciones más inmediatas y accesibles.