David Alonso Cuesta nació en Coreses en 2003 y en la actualidad estudia Bellas Artes en Sevilla. El joven artista es el autor del monumento dedicado a Ramón Álvarez, que será inaugurado el domingo 9 de noviembre en el pueblo natal del imaginero con motivo de la celebración del bicentenario de su nacimiento
¿Cómo nace el encargo de crear un monumento dedicado a Ramón Álvarez?
El proyecto surgió en abril del año pasado cuando se celebró la primera reunión de la comisión del bicentenario del nacimiento de Ramón Álvarez. Me invitaron a la reunión y a formar parte de la comisión. Entre todas las ideas planteadas por cada miembro yo propuse remodelar el monumento de Ramón Álvarez en Coreses, que consta del busto de Ramón Núñez y de una columna. La idea quedó un poco en el aire, pero en la siguiente reunión de la comisión se decidió que ese monumento se hizo con motivo del centenario y que no debería tocarse. Así surgió la idea de hacer una nueva escultura dedicada a Ramón Álvarez.
¿Qué puede adelantar de la nueva obra conmemorativa?
El punto de partida de la obra creo que es una idea muy correcta. Coreses contaba con una única pieza que había estado en manos de Ramón Álvarez, que no era suya pero que él restauró, un San José que perteneció a la iglesia y que posteriormente desapareció. Por este motivo se me ocurrió que, ya que se iba a hacer una obra de cuerpo entero de Ramón Álvarez, añadir la pieza de Coreses en la que había intervenido para que las dos regresaran de alguna forma a su pueblo natal.
¿Cuánto tiempo ha dedicado a la creación de la escultura?
Al margen del proceso previo de creación de dibujos, desde el inicio de la escultura hasta su acabado he empleado un mes de trabajo. Es interesante destacar que una obra de estas características ningún autor la termina en un mes. En este caso, queríamos inaugurar la obra antes de que finalice el año y, por este motivo, nos marcamos como plazo que antes del 30 de junio tenía que estar en la fundición, pero yo no acababa la Universidad hasta el 19 de mayo. Una vez terminado el curso volví a Coreses, pueblo en el que vivo, y empecé a trabajar en la obra.
¿Qué materiales ha empleado en la obra conmemorativa?
La cabeza y manos de la escultura se modelaron en barro y el cuerpo mediante la técnica de la escayola directa. Posteriormente, la pieza se trasladó a la fundición, en la que han empleado ceras y materiales refractarios, aunque su acabado final será en bronce. La escultura mide 1,85 metros y será colocada en la plaza Gonzalo Aguiar, junto a la Biblioteca de Coreses.
Como vecino de Coreses, ¿crear una obra dedicada al hijo más ilustre del pueblo es una responsabilidad añadida?
Crear la escultura dedicada a Ramón Álvarez es una responsabilidad, pero también un privilegio. No solo por mi corta edad, sino también porque es complicado que a una persona que estudia tercero de la carrera de Bellas Artes se le brinde la oportunidad de poder hacer una escultura en bronce. Si a eso le añades que la obra está dedicada a la persona que he admirado desde pequeño es una responsabilidad, pero más un privilegio.
Conozco en profundidad su obra porque soy una persona muy semanasantera y mi vocación artística nace de la Semana Santa de Zamora
¿Su admiración por Ramón Álvarez ha influido en su decisión de estudiar Bellas Artes?
Conozco en profundidad su obra porque soy una persona muy semanasantera y mi vocaciónartística nace de la Semana Santa de Zamora, de la que Ramón Álvarez es el gran referente. En mi formación ha estado muy presente, así como en mi objetivo de hasta dónde quiero llegar.
¿La creación del monumento conmemorativo le ha permitido acercarse más a la vida y obra del escultor e imaginero coresano?
La verdad es que sí. Por ejemplo, para la realización de la escultura he utilizado telas encoladas que era una técnica con la que trabajaba Ramón Álvarez, a modo de guiño a su reminiscencia. No obstante, no he tenido que informarme más porque creo que, con todos los actos que se han organizado este año en Coreses y en Zamora, se ha reforzado el conocimiento de la figura de Ramón Álvarez.
La obra de Ramón Álvarez se asocia siempre a la Semana Santa de Zamora, ¿es necesario dar a conocer el resto de su legado?
Su obra es mucho más amplia, pero siempre vinculada al arte sacro. Sus obras laicas se limitan a las de hojalatería, dos gigantones y la Tarasca.
¿Los actos organizados con motivo del bicentenario de su nacimiento han contribuido a divulgar la vida y obra de Ramón Álvarez?
Creo que muchas personas se han movido para rendir un gran homenaje a Ramón Álvarez, que no se ha limitado a una escultura conmemorativa, sino que a lo largo de todo el año se han organizado actividades para fortalecer ese conocimiento de su figura. Es complicado que Ramón Álvarez sea reconocido a otros niveles porque su obra es local y se extiende por la provincia de Zamora y Valladolid.
El reconocimiento a Ramón Álvarez no debería parar aquí y que su recuerdo tendría que prolongarse en el tiempo
¿Este reconocimiento debería expandirse en el tiempo y no limitarse al año del bicentenario de su nacimiento?
Creo que el reconocimiento no debería parar aquí y que su recuerdo tendría que prolongarse en el tiempo. Además, creo que este reconocimiento debería aplicarse a otros artistas como Baltasar Lobo, que está un poco olvidado y en la retaguardia. Quizás se piensa más en Ramón Álvarez, pero Baltasar Lobo fue una gran figura.
Al margen de la dedicada a Ramón Álvarez, también es el autor de una obra ceada para la Semana Santa de Zamora…
Al margen de la obra conmemorativa de Ramón Álvarez, he tenido el gran privilegio de crear la cruz guía de mi hermandad desde que tenía tres años, el Santo Entierro de Zamora. Por unas cosas y otras, la nueva cruz guía de la cofradía recayó en mis manos. La verdad es que vivo en un momento muy dulce.
¿En la actualidad, al margen de estudiar, trabaja en otros proyectos artísticos?
Puedo decir con orgullo que sí, que tengo entre manos un proyecto bastante grande, aunque todavía no puedo desvelar nada, porque todavía no está confirmado y no sé si llegará a buen puerto, pero sería un salto cuantitativo en mi carrera. Si ya la obra dedicada a Ramón Álvarez ha supuesto un gran salto porque lo más grande que había hecho era la cruz -guía, ahora espero dar un salto aún más grande.
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