Los datos son preocupantes. Una persona con obesidad gasta en sanidad casi cuatro veces más que la media de una familia entera española. Esto se refiere a los gastos privados, que son los que salen de los bolsillos de los hogares. De hecho, si no se logra revertir esta tendencia: los números pueden ir en ascenso de cara a los próximos cinco años.

Todo esto en un contexto donde cada vez hay más pacientes con esta enfermedad: actualmente, en España hay 7,4 millones de personas que la padecen. Así lo avalan las cifras del reciente informe sobre el impacto socioeconómico de la obesidad en España elaborado por Lilly y la Fundación Weber.

Para ser exactos, el gasto anual de una persona con obesidad alcanza los 5.602 euros. Esto supone que el desembolso de estos pacientes representa el 14% de los ingresos del hogar.

El impacto económico de la obesidad en España alcanza los 130 mil millones y se espera que en 2030 el gasto se eleve un 23%

Principalmente, estos gastos van dirigidos al pago de dietistas, gimnasio, fisioterapia, medicamentos o de servicios psicológicos para tratar la enfermedad.

Por su parte, una familia desembolsaba en sanidad una media de 1.577 euros en 2023 (alrededor de 631 euros por cada uno de sus miembros), según la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Una parte del presupuesto en sanidad de las familias está relacionado con los seguros de salud y la compra de aparatos y equipos terapéuticos (gafas graduadas, audífonos). Y la otra mitad se emplea para la compra de productos farmacéuticos y para costear servicios médicos y hospitalarios, así como dentales y otros auxiliares.

De hecho, los seguros privados han ganado cinco puntos en el gasto en salud de las familias, hasta suponer un 20,7% del total.

Otros costes

Además del desembolso en atención médica, una persona con obesidad y sobrepeso tiene otro tipo de gastos.

Los costes se dividen en: directos (aquellos que se incurren directamente a consecuencia de la enfermedad, y que pueden ser tanto de carácter sanitario como no), indirectos (pérdidas de productividad laboral de los pacientes por motivo de la enfermedad), o de calidad de vida e intangibles (son aquellos costes sociales y personales que no se pueden cuantificar en términos económicos).

Silvia Meije Nadal, directora de Acceso al Mercado y Relaciones Institucionales de Novo Nordisk.

«Dado que la carga total de la obesidad integra no sólo los costes sanitarios directos, sino también las pérdidas de productividad, los efectos sobre la educación y el empleo, así como las reducciones en el bienestar individual y comunitario, resulta imprescindible avanzar hacia estudios de análisis del valor social y de retorno social de la inversión«, añadió Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber.

Por eso, aparte del impacto socioeconómico que tiene la obesidad en España, el informe analiza los beneficios que tendrían la pérdida de peso, sobre todo, en el ahorro.

Ahorro

El estudio ha realizado un análisis específico teniendo en cuenta cuatro grados de la enfermedad: sobrepeso, obesidad I, II y III para los que se estima un ahorro concreto.

Con todo, se calcula un ahorro de entre 671 euros y 3.355 euros por persona, asociados a la transición de sobrepeso a peso normal y de obesidad grado II a sobrepeso, respectivamente.

En concreto, si la población española con obesidad perdiera entre el 5% y el 10% de su peso, se lograría un ahorro de unos 25.000 millones de euros en 2030 y la cifra se elevaría a 84.000 millones si la pérdida llegara al entorno de entre el 20% y el 25%.

A estas cifras se añaden las derivadas de las mejoras en la calidad de vida e intangibles, que conllevarían un importe superior a los 7.353 millones de euros en 2025, considerando sólo la franja de pérdida de peso inferior.

Personal sanitario atendiendo a un paciente ingresado.

Esta cuantía se asocia con una mayor participación en las distintas actividades contempladas que a día de hoy las personas con obesidad manifiestan no realizar como consecuencia del exceso de peso.

Para lograr estos beneficios, los expertos formularon varias demandas. Entre ellas, la necesidad de un plan de acción nacional de abordaje de la obesidad.

«Nos hace falta un plan de abordaje nacional que integre a los agentes sanitarios, tenemos una enorme complejidad, en Atención Primaria necesitamos (que son el primer eslabón) más recursos para tratar a estos pacientes», reclamó Diego Bellido, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).