Luis Javier González

Viernes, 7 de noviembre 2025, 20:16

Sasha Williams, el fichaje de relumbrón estadounidense con el que El Cochinillo Segoviano quiere asomarse a categorías superiores del baloncesto femenino, ha vivido estos meses la delgada frontera en la consideración de deportista profesional. Como el ordenamiento jurídico español no considera como tal la competición en la que milita el equipo segoviano, la Primera Nacional, tramitar su llegada a tierras segovianas ha obligado a la entidad a seguir el itinerario de cualquier empresa que contrata a un trabajador extracomunitario, como las empresas frutícolas con los temporeros. Han pasado casi cinco meses desde el acuerdo con la jugadora hasta su debut con victoria el sábado en el Emperador Teodosio. Un proceso que, en la práctica, obliga a los clubes a contar con una estructura profesional, aunque sus jugadores tengan la consideración de empleados ordinarios.

La normativa nacional limita la consideración de deportista profesional a competiciones muy contadas como el fútbol de Primera y Segunda División, la Asobal de balonmano o, en el caso del baloncesto, la máxima categoría femenina y la masculina, la ACB, que otorga también ese estatus a la segunda, la antigua LEB Oro, ahora denominada Primera Federación. En Segovia, pues, solo tiene ese amparo jurídico el Balonmano Nava, que puede tramitar las inscripciones de extranjeros de una vía más directa con la comunicación entre las entidades deportivas de cada país; en el caso español, el Consejo Superior de Deportes. Aunque cada caso es un mundo, en términos generales basta la certificación de deportista de alto nivel para allanar su tránsito entre países.

El gerente del Sportdeporte –el club que ampara el proyecto de El Cochinillo–, Mauro Martín, apostó por Williams por las recomendaciones de un intento anterior de la jugadora por competir en España. Lo tuvo en mente en veranos anteriores y dejó la puerta abierta. «Ya la querían todos los equipos de Madrid. Entonces no estábamos capacitados para hacer esos trámites, pero nunca se sabe». De cara a la cuarta temporada del proyecto en Primera Nacional, se lanzó a la piscina. «Es una apuesta grande por este perfil de jugadora, no solo por lo que te aporta como deportista, sino de imagen. Una americana que todavía está en su madurez deportiva. Desde las Jesuitinas, a Segovia no había vuelto a venir nadie de EE UU a jugar». Había un precedente en el club, el de la georgiana Khatia Keburia, que también llegó con contrato profesional, aunque su trámite fue más sencillo porque era estudiante. «Al principio, el proyecto estaba empezando, no sabíamos hacia dónde queríamos ir. Ahora tenemos una solvencia tanto deportiva como económica, ya estamos reconocidos como uno de los mejores de la categoría. Era un buen momento para demostrar que esto va en serio».

El club tuvo que presentar abundante documentación como un certificado expedido por el FBI

Martín ha recibido llamadas de varios clubes al respecto. «¿Cómo lo haces para traer a los extranjeros?» Su réplica: «Esto no es tan fácil. Con mucha paciencia, contacto y recursos». Una vez que ambas partes acordaron el fichaje, el proceso se inicia remitiendo a la Subdelegación del Gobierno un pre-contrato como prueba de ese acuerdo, que solo será efectivo cuando se otorgue el visado. El Servicio Público de Empleo tiene un catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, es decir, puestos en los que la mano de obra local no cubre las necesidades del mercado. Es habitual que las más más cotizadas sean deportistas profesionales y entrenadores deportivoa; en Segovia, las siguientes categorías son carpinteros de aluminio, electricistas y operadores de grúa.

El club gestionó los trámites a través de su gestoría para una jugadora reconocida en el Salón de la Fama de la Universidad de Stockton –lidera las principales estadísticas defensivas– que también ha sido entrenadora en la NCAA, el baloncesto universitario estadounidense. Williams allanó los trámites con una especie de carta de recomendación en la universidad que reflejaba esos méritos. «Es una manera de acreditar a Extranjería que está capacitada para el trabajo del pre-contrato», subraya Martín. Una vez iniciado el expediente, el club fue acumulando una extensa documentación, que incluye certificados estadounidenses como la no comisión de delitos en los últimos cinco años que otorga directamente el FBI. Y que, además, hay que apostillar al castellano con un traductor jurado oficial. Un gasto más a añadir a la ecuación. El club presentó sus declaraciones del Impuesto de Sociedades de los últimos años para demostrar solvencia económica.

Tras entregar en julio esa documentación, la Subdelegación, que tiene hasta tres meses para responder, dio el visto bueno en septiembre. Con esa autorización de Extranjería, Williams pidió cita en el consulado de España en Nueva York para solicitar el visado de trabajo. Lo hizo el 10 de octubre; tuvieron que pasar aún dos semanas para recibir el visado, por un año. Con eso, el club compró los billetes de avión para dos días después, una prisa que no elevó en exceso el viaje, más asequible en estas fechas. «Lo íbamos mirando, habrán sido 20 o 30 euros más». La prueba del compromiso de la estadounidense por el proyecto es que vino a hacer la pretemporada, como cualquier estadounidense que viaja a España, para agilizar su adaptación. Así las cosas, el contrato está en vigor desde el 28 de octubre. Aunque su visado sea de un año, la vigencia de la relación laboral está fijada hasta el final de temporada. Y no podría, pongamos, trabajar como camarera.

Debutó a las primeras de cambio, el pasado sábado. «No sé si sería casualidad o no, pero el pabellón estaba prácticamente lleno. Y tener a una americana que está trabajando todos los días en el club como entrenadora es un activo para el club». También da clases particulares de técnica individual. El idioma, el inglés, no es una barrera. En la pista, fue un acompañamiento para una victoria cómoda ante el San Isidro, la tercera en cincos partidos, por dos derrotas, un despiste en Villamuriel y otra ante Patatas Hijolusa, uno de los favoritos, que entraba en cálculos. «Vamos a tener una liga en la que no puedes relajarte ni un solo día. De momento, estamos contentos, estamos siete equipos empatados en la tercera posición. Esto va a ser muy largo». El objetivo es acabar la temporada regular entre los cuatro primeros para disputar una pre-fase de ascenso a Liga Femenina 2. Para eso está aquí Williams, la profesional.

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